La política energética en los gobiernos de Felipe Calderón y Ernesto Peña Nieto causaron que la dependencia del México del gas estadounidense, lo que derivó en un gran apagón en gran parte del país.
Regeneración, martes 16 de febrero de 2021. En menos de diez años México se convirtió en un gran dependiente del gas natural estadounidense para la generación de electricidad.
Actualmente el 95 por ciento de las importaciones de gas natural provienen de Estados Unidos. Por esta razón la tormenta invernal que azotó a Texas y Nuevo México provocó que se suspendiera el suministro a México, lo que derivó en el apagón eléctrico en nuestro país.
A partir de los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, las compras de gas estadounidense aumentaron gradualmente; actualmente llegan a 275 por ciento, es decir, cuatro mil millones de pies cúbicos diarios adicionales.
México suspendió poco a poco su producción y ahora requiere gas natural para la generación de 60 por ciento de la electricidad que se consume en todo el país.
Además, en ese lapso la producción de gas de Petróleos Mexicanos se ha reducido en 49.6 por ciento; 2 mil 484 millones de pies cúbicos diarios menos, ya que las cifras en el promedio de los nueve meses del año indicaron una producción de 2 mil 530 millones de pies cúbicos al día.
Importaciones millonarias
La Secretaría de Energía asegura que, entre enero y septiembre de 2020 se importaron 5 mil 479 millones de pies cúbicos al día, cuando en 2010 la cifra era de mil 459 millones de pies cúbicos.
La elevada dependencia de gas natural proviene de las políticas neoliberales aplicadas en los sexenios anteriores.
Lo más grave es que la demanda de energía de Estados Unidos aumenta a medida que las temperaturas bajan, lo que incrementa los precios.
El director de la subsidiaria de CFE, Miguel Reyes Hernández, informó que lo sucedido en Texas era una tormenta perfecta de factores que ahogaron las importaciones del gas que
México utiliza para hacer funcionar muchas de sus termoeléctricas.
El plan de López Obrador
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha comentado en varias ocasiones que las políticas energéticas se sexenios anteriores sólo sirvieron para entregar contratos millonarios a particulares.
Por esta razón, recientemente envió una iniciativa de reforma que modifica el mercado energético; pretende establecer como obligación los límites a la generación de electricidad privada y la dominancia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Entre los cambios más relevantes está el orden de despacho al que se obligaría al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) que como gestor de la red ahora no ponderaría el uso de energía más barata por nodo; sino en primer lugar la energía de las hidroeléctricas de la CFE; seguida por la que se genera en otras plantas de la estatal, la eólica (de privados para intercambio entre ellos o venta a la CFE) y finalmente los ciclos combinados de la CFE, dejando al último las otras renovables, como solar, de privados.
La intención es establecer un piso parejo para la CFE, es decir, que no compita en desventaja con los generadores privados de electricidad.