Lo que debes saber para protegerte del impacto del plástico en tu salud y en tu medio ambiente
La industria del plástico ha invertido mucho dinero en fomentar la cultura de usar y tirar en la que vivimos.
Ahora que la verdad sobre los peligros del plástico está saliendo a la luz, la industria busca formas de asegurarse que sigamos adictos a lo barato, a lo fácil y a lo desechable.
Para comprender en qué medida los nuevos materiales sintéticos pueden ser una solución o no a nuestra crisis de contaminación por plásticos hay que primero aclarar muchas de las mentiras y verdades a medias propagadas por la industria.
Jugando con la confusión de términos
El que un plástico esté elaborado total o parcialmente con materia orgánica (maíz por ejemplo) no significa que sea biodegradable. No es lo mismo bioplástico que plástico biodegradable. Hay bioplásticos que duran cientos de años en el medio ambiente, contaminando igual que los demás.
¿Qué significa “biodegradable”?
En el mundo del plástico la definición de “biodegradable” se puede aferrar a muchos estándares diferentes, la mayoría creados por la propia industria. Por ejemplo ciertos plásticos “biodegradables” sólo lo son en plantas de compostado industrial a altas temperaturas. Otros no son biodegradables en agua de mar.
Un experimento divertido consiste en tomar varios objetos de plástico “biodegradable” y ponerlos en el jardín. Con algunos tipos pueden pasar años y siguen intactos. Si lo has hecho -o lo haces- escríbenos y cuéntanos tu experiencia.
Toxicidad
Los plásticos biodegradables al igual que los convencionales también necesitan de cientos de aditivos químicos. Estos ingredientes a menudo están sujetos al secreto industrial.
Es decir que estamos en las mismas que con los plásticos convencionales en cuanto a toxicidad se refiere: no sabemos qué sustancias tóxicas pueden pasar a la comida o a la bebida que nosotros ingerimos. Tampoco sabemos qué tóxicos van a quedar en el terreno, en el agua o en los seres vivos tras su “biodegradación”.
Huella medioambiental
Paradójicamente fabricar bioplásticos es más contaminante y genera más CO2 que fabricar plásticos con petróleo. Los bioplásticos necesitan suelo, agua, fertilizantes, abonos, cultivos (a menudo transgénicos), manufactura, transporte, etc. además de aditivos químicos.
Inviabilidad
En el supuesto imaginario de que fuera viable técnica y económicamente (que lo no es) reemplazar con bioplásticos las 280 millones de toneladas de plástico que el mundo fabrica al año, esto tendría consecuencias catastróficas para el medio ambiente y causaría una crisis alimentaria global al disparar los precios de la comida.
Las mentiras del greenwashing
La industria llama “verde “natural” y “ecológico” a cualquier cosa que le conviene. El ejemplo más notorio de este “greenwashing” (lavado de imagen verde) es la “plant bottle” de Dasani y Coca Cola. Según su publicidad, esta botella identificada con un tapón verde y un logo de una hojita verde “está elaborada hasta en un 30% con plantas”. Aparte que ese porcentaje podría ser cualquier cosa entre 0% y 30%, la realidad es que, como la propia empresa reconoce, se trata de una botella de PET con tapón de HDPE, es decir plásticos comunes y corrientes que duran cientos de años en el medioambiente. La única diferencia es que se le ha añadido algo (entre 0% y 30%, no se sabe) de etanol, el cual es un alcohol industrial destilado del maíz. Como el maíz es “una planta” y de ahí el término “plant bottle”.
En resumen…
¿de verdad merece la pena todo esto para poder usar pajitas de plástico para refresco y bolsas de la compra desechables?
La mejor solución es siempre la más sencilla: evitar el plástico de usar y tirar, especialmente los usos supérfluos, los productos desechables que generan gran cantidad de residuos, y los objetos que entran en contacto con la comida y la bebida.
Te dejamos ahora que disfrutes del spot publicitario del “plant bottle” de Dasani y CocaCola, un verdadero monumento al “greenwashing”
Fuente: http://elplasticomata.com/el-espejismo-plasticos-ecologicos/