25% de arancel a leche y queso, afecta a miles de familias granjeras en EU, especialmente en California que exporta a México el 30% de su producción Regeneración, 27 de julio del 2018. Granjeros productores de leche y queso de los Estados Unidos insisten en las severas afectaciones por los aranceles impuestos por Donald Trump, para las exportaciones a México. En el caso de California el 30% de la producción de lácteos se envía fuera de EU- mayoritariamente a México-, en el caso de otras regiones de la Unión Americana las exportaciones solo llegan al 17%.
De acuerdo con un informe de Global Market Intelligence, el 90 por ciento de la leche de productores lácteos estadounidenses se convierte en queso, y el 90 por ciento de ese queso se vende fuera de Estados Unidos, y apuntó que México compra casi un cuarto de todos los productos lácteos exportados, según cita la revista mexicana de negocios Forbes.
En una carta enviada a la Casa Blanca el mes pasado, 65 productores lecheros, procesadores y cooperativas de todo el país instaron a Trump a llegar a un acuerdo con México.
«El paquete de ayuda de 12,000 millones que Trump anunció esta semana para compensar el daño a los agricultores de la guerra comercial podría reemplazar algunas pérdidas de ingresos a corto plazo, pero no hará nada para reconstruir cualquier cuota de mercado tomada por competidores extranjeros», dijo Bill Schiek, economista de la Dairy Institute of California.
Productores lácteos de Wisconsin, Estados Unidos, pidieron a Donald Trump, que detenga los aranceles impuestos a México, en respuesta a los impuestos metalúrgicos, debido a que afecta su modelo de negocio, en especial el gravamen al queso, y de no hacerlo, correrían peligro a largo plazo tres millones de empleos.
Por otra parte empresarios de la leche, encabezados por Doug Reigle, de Regal Ware, aseguraron que el 65 por ciento de sus ingresos provienen del exterior, de otros países, además de que empresas locales están gastando individualmente hasta 150 mil dólares en cubrir gastos sólo de aranceles.
Para productores, los aranceles a bienes importados son una moneda de cambio en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y reconocen que los beneficiados serán empresarios europeos, quienes lo verán como una oportunidad para ganar cuota de mercado, tras la conclusión del acuerdo.
Recientemente, 101 legisladores republicanos escribieron una carta a la Casa Blanca objetando los aranceles de aluminio y acero, argumentando que “ese tipo de aranceles si terminan siendo permanentes en lugar de una herramienta de negociación por parte de Trump“, además, agricultores estadounidenses están soportando la carga de las contramedidas ya impuestas por México, equivalentes a 2.62 mil millones de dólares de los productos seleccionados.
En tanto, el Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, en México, (Mexicampo), aseguró que en materia de leche y sus derivados lo que requiere el país es una política sin privilegios para productos importados y un Plan Nacional de Producción, Industrialización y Comercialización.
El dirigente, Álvaro González Muñoz, puntualizó que la defensa de los productores y los consumidores será una asignatura para la nueva administración, y deberá impedir que los importadores y procesadores importen materias primas para falsificar la leche pura.
Subrayó que lo importante es crear las condiciones para producir localmente, con ventajas en empleo, inversiones y dinámica comercial, y para lo cual se necesitan condiciones favorables de apoyo a la productividad. En materia de producción, industrialización, distribución y comercialización de estos alimentos, México no debe recurrir al mercado internacional de lácteos, a excepción de emergencias, señaló.
Refirió que en 24 años que han sido parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), jamás se registró ninguna situación emergente. “Sin embargo, desaparecieron 600 mil unidades productivas lecheras”.
Explicó que el comercio de leche y sus derivados permaneció abierto desde que se formalizó el TLCAN con Estados Unidos y Canadá en 1994, y ya sin pago de aranceles hasta transcurridos los primeros 15 años de ejercicio, cuando entró en vigor junto con azúcar, maíz y frijol.