Si la nube de plasma causada por la explosión ocurrida hoy en el Sol llega a la Tierra, podría causar auroras aún más espectaculares, dañar satélites, comunicaciones y sistemas de energía.
Regeneración, 6 de septiembre de 2017.- Este 6 de septiembre, el Sol liberó dos llamaradas de clase X, la categoría más poderosa.
A las 09.10 GMT, una llamarada solar de clase X explotó desde una gran mancha solar en la superficie del Sol, la misma que registró una eyección de masa coronal el 4 de septiembre, con una tormenta magnética que alcanzará la Tierra este mismo día.
Dicha llamarada es la más fuerte desde el 2015, cuando se registró una con categoría X2.2, misma que 3 horas más tarde, a las 12:02 GMT, fue superada por una llamarada X9.3, de acuerdo con el centro de predicción del clima espacial (SWPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Según la SWPC, estas llamaradas pueden resultar en apagones radioeléctricos: “la radio de alta frecuencia experimentó una amplia zona de apagones, pérdida de contacto durante una hora sobre el lado iluminado por el Sol de la Tierra, y la comunicación de baja frecuencia, utilizada en la navegación, se degradó durante una hora”.
De acuerdo con Américo González Esparza, investigador de la Unidad Morelia del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, “las tormentas solares se manifiestan en enormes explosiones. De repente salen burbujas del Sol, nubes de gas que se empiezan a propagar y algunas pasan cerca de la órbita de la Tierra. Nuestro planeta tiene un campo magnético que funciona como coraza; es un escudo que, en general, evita que el viento solar llegue a la atmósfera”.
Sin embargo, en ocasiones las enormes nubes son capaces de romper la ‘coraza’ por algunas horas y las partículas aprovechan para entrar y producir auroras boreales, así como interrupciones en telecomunicaciones, “en lo que se llama tormenta geomagnética”, explicó el especialista.
En la actualidad, muchos de los satélites son indispensables para dotar a la población de telefonía, Internet, sistemas de posicionamiento global (GPS) y rutas aéreas o marítimas, así que las afectaciones a sus transmisiones pueden ocasionar peligros a la población y daños económicos considerables.
La mancha solar responsable de las llamaradas es la región activa 2673, la más pequeña de dos manchas masivas en la superficie del Sol, y en las que cabe varias veces la Tierra. El pasado 4 de septiembre, esa misma mancha emitió una llamarada solar de clase M, una décima del tamaño de una llamarada de clase X.
De acuerdo con Space.com, si la nube de plasma causada por la llamarada llega a la Tierra, podría causar auroras aún más espectaculares, pero también podría dañar satélites, comunicaciones y sistemas de energía. “Esa nube llegaría dentro de 3 o 4 días”, según Space.com, aunque los CMEs accionados por las llamaradas enérgicas vienen generalmente rápidamente.
Con información de El Universal