Nueva economía para producción, empleo, bienestar

Rogelio Ramírez de la O

EL PLAN ECONÓMICO EN EL PROYECTO ALTERNATIVO

El plan económico del Proyecto Alternativo es el único plan diferente de lo que aplican desde hace 30 años y siguen aplicando el PRI y el PAN y lo que proponen otros partidos y grupos políticos que les son afines.

¿En dónde está lo diferente? – Ellos creen que la economía está muy fuerte y este proyecto sostiene que con 54 millones de pobres y medio millón de migrantes a Estados Unidos cada año por falta de empleo, la economía no puede estar fuerte.

Ellos creen que para crecer más se requiere privatizar el petróleo, la salud, los servicios públicos y todo lo que se pueda. Este proyecto contempla el fortalecimiento del petróleo bajo la propiedad de la nación y administrado por el estado, para convertirlo en palanca de desarrollo.

Ellos creen que el cobro de IVA en alimentos es una reforma fiscal y este proyecto propone una reforma fiscal seria.

Ellos creen que si la macroeconomía está equilibrada, sin déficit fiscal, el progreso llegará solo. En este proyecto la estabilidad macroeconómica es necesaria, pero también hay que impulsar al sector productivo real y generar progreso material para todos.

Aquí me refiero a cuatro temas fundamentales del proyecto económico que aparecen en el libro del Proyecto Alternativo.

Primero es la nueva economía que tiene el objetivo de elevar el nivel de la producción nacional y con ello el empleo y el bienestar. En esta nueva economía les irá bien a todos los productores que sean eficientes y no sólo a unos cuantos grandes empresarios.

Para que sean eficientes, el estado se comprometerá a vender los energéticos a precios competitivos, a hacer infraestructura, a invertir en educación y salud y a combatir los monopolios. Se trata de una participación inteligente en la globalización apara provechar sus ventajas y sin hacernos ilusiones sobre muchas cosas que no nos puede resolver.

Para que la nueva economía sea autosustentable, los precios competitivos no se lograrán por decreto, sino con más competencia y con un esfuerzo de reducción de costos en las empresas y organismos del estado.

Además de nuevas reglas para lograr lo anterior que cambian en 180 grados las reglas que hoy se aplican, fortalecer la oferta nacional requiere romper con la parálisis de inversiones públicas y comprometerse con proyectos de desarrollo regional de alto impacto.

Estas inversiones serán en energía, infraestructura, obras de apoyo a la agricultura, la reforestación, la pesca y la educación, la salud, los grupos sociales desfavorecidos, la ciencia y la tecnología. En el proyecto alternativo las empresas privadas participarán con más inversiones, al estar delimitados con claridad el campo de acción del estado y el del sector privado. El campo, en particular, es estratégico como fuente de empleo, de equilibrio inter-regional y de soberanía alimentaria.

En segundo lugar, hacer todas las inversiones que el proyecto propone hace indispensable reducir el costo del gobierno. Esto, eliminando todo gasto burocrático innecesario, incluyendo excesos de oficinas, viajes, vehículos, helicópteros, pensiones de ex presidentes y otros que hoy tiene la alta burocracia, así como la corrupción y la cultura de dicha burocracia que ve los contratos públicos como fuente de “negocios”. Con esto se ahorrarían cientos de miles de millones de pesos.

En paralelo con un gasto racional, se cobrarán bien los impuestos a quienes tienen que pagarlos, pero sin aumentar las tasas. Categóricamente rechazamos el IVA en medicinas y alimentos. El aumento de la recaudación que será necesario se obtendrá haciendo que todos paguen lo que les corresponde.

En especial, muchos grandes contribuyentes no pagan o pagan muy poco por numerosas exenciones y privilegios que en este proyecto se revisarán para eliminarse al no comprobarse su utilidad pública. También hay que simplificar el sistema para todos los pequeños contribuyentes, pues es ilusorio que paguen con el actual sistema tan complicado y costoso para ellos.

Esta es la única propuesta fiscal integral seria que hoy se conoce y la única que se define sin ambigüedad en favor de la mayoría, sin disfrazar el IVA en alimentos con triquiñuelas y sin dar falsas promesas.

En tercer lugar, la economía no puede crecer mientras unos cuantos, pero importantes sectores tienen el privilegio de no enfrentar competencia alguna y por eso cobran precios exagerados. El alto grado de monopolio ha restado al crecimiento del PIB entre 2 y 3 puntos porcentuales cada año. Sólo en los últimos 10 años de gobiernos del PAN apoyado por el PRI esto ha acumulado una pérdida a la economía de 350 mil millones de dólares de producto, la tercera parte de lo que hoy producimos.

Aquí está una explicación para quienes se preguntan por qué una economía tan prometedora como México no ha logrado crecer más, cuando otros países de menor potencial sí lo han hecho.

En el proyecto se fortalece el actual régimen de competencia, pero también se atiende en específico los precios exagerados en sectores de alta concentración.

Estos precios se corrigen abriendo dichos sectores a nuevos participantes. La política propuesta a la larga dará mayor confianza, incluso a las mismas empresas que hoy dominan los mercados, porque les ofrece certidumbre de reglas, un ambiente de crecimiento que hoy no tienen y un gobierno firme y neutral y no coludido con ningún grupo en particular, que tampoco tienen.

En cuarto lugar, en el sector energético la política del PRI llevada a un extremo por el PAN, ha querido regresar a México en la historia y hacerlo un enclave de exportación de petróleo crudo, sin reparar que para una economía tan grande esto no es posible, porque requerimos muchos productos elaborados con petróleo. Y en este intento el gobierno está agotando las reservas y propiciando que aumenten las compras al exterior de petrolíferos y petroquímicos.

Así, la exportación de crudo neta de lo que cuestan estos productos elaborados, ha ido cayendo, a pesar de los altos precios del crudo de 19 mil millones de dólares en 2006 a 11 mil millones en 2010. Y cuando el aumento en el valor de la exportación fue de mil millones, el de la importación fue de 10 mil millones en el mismo periodo.

Por eso en el proyecto se cuidará el petróleo crudo para procesarlo en México, cubriendo nuestras necesidades de productos elaborados, dándole valor agregado y con ello creando empleo y aumentando la oferta de productos, incluyendo gasolina, cuyas importaciones se eliminarían y muchas materias elaboradas que se usan en las industrias químicas y de materiales.

El compromiso es que esta producción se venda a precios competitivos, es decir, no más altos que los de nuestros principales competidores. Y en cuanto a la gasolina y el diesel, no usarlos como se usan hoy, como fuente de recaudación. El aprovechamiento óptimo del petróleo y su sinergia con la ingeniería y la investigación mexicanas pavimentará la transición hacia nuevas fuentes de energía no contaminante.

La diferencia de este proyecto con la política actual queda expuesta con el hecho de que aun cuando el Congreso aprobó y reservó fondos para una refinería, el gobierno no la ha comenzado. Por el contrario, la asignación de 30 mil millones de pesos que tenía a fines de 2009 el Fondo de Estabilización para la Inversión en Infraestructura-Pemex fue reducida mediante una transferencia de 20 mil millones al gasto operativo de Pemex en 2010 sin que sepamos que estaban haciendo mientras tanto los Consejeros Independientes de Pemex.

Como ven, el cambio propuesto no es sólo de estrategia, sino de concepción sobre lo que debe ser una economía soberana, autosustentable y para las mayorías. La economía del proyecto alternativo es de horizontes tan amplios como son los horizontes del potencial productivo de México, comprometida con la gente y sustentada en la certidumbre de las políticas públicas.

Es la única alternativa que refrenda la confianza en nosotros mismos como nación soberana capaz de superar sus problemas con sus propios recursos.

Muchas gracias.

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