Opinión: Derecha para principiantes (Parte I)

Por Ramiro Padilla Atondo

RegeneraciónMX.- No se conoce la malignidad de la derecha en toda su extensión hasta que abandona el poder.  Podría hacer un recorrido de lo que ha significado la derecha en el mundo pero preferiría enfocarme en el momento histórico que está pasando nuestro país.

Verán ustedes, ya hemos visto en anteriores colaboraciones una suerte de historia abreviada de este famoso partido hegemónico mexicano, hoy instalado en la franca decadencia. 

Se puede decir que la decadencia de la derecha en México se gestó en su propio inicio. Eran los tiempos de la caída de la cortina de hierro, donde algunos escritores anunciaban el fin de la historia, otros el choque de civilizaciones y Chomsky explicaba el cambio de prioridades del imperio; ya no había guerra fría, ahora los discursos y las acciones migrarían hacia un tema de capital importancia, la llamada “guerra contra las drogas”.

Después del fraude monumental en las elecciones del 88, llegaba el verdadero pulso neoliberal de la mano de Carlos Salinas de Gortari. Esto implicaría consecuencias de las que aún hoy estamos luchando por recuperarnos. 

Estas consecuencias tendrían por supuesto varios frentes; la reconfiguración del poder desde la perspectiva de una no tan oculta guerra a la disidencia. Figuras de la izquierda asesinadas, la proliferación de nuevas escuelas privadas, los cambios en el modelo educativo y por supuesto, un trabajo intenso en el nuevo discurso hegemónico por medio de la máquina de distracción masiva, la televisión.

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Una esperanza hueca que prometía la llegada ahora sí al primer mundo. Cuando hablo de consecuencias discursivas, me refiero de manera exacta a la forma en la que el gigantesco monolito piramidal llamado PRI estableció nuevos valores para la sociedad. 

“Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” diría Don César Garizurieta y era de cierta manera una forma de mantener el equilibrio. Millones de mexicanos estaban sindicalizados, lo que les permitía acceder a beneficios como vivienda salud y retiro digno. 

Obviamente la derecha en su vertiente neoliberal, era el principal enemigo de los sindicatos. Esto tenía que ver con el trabajo de un nuevo discurso que convenciera a los estratos de la clase media y baja para adoptar los valores de países que no tenían que ver ni por cultura ni por historia con nosotros.

Solo piénsenlo. De allí vienen frases que ya son anecdóticas, como “El pobre es pobre porque quiere” “La medida de tu esfuerzo es la medida de tu triunfo” etc. Mientras el número de pobres se disparaba.  No es gratuito que ahora haya una sobreoferta de cursos de superación personal presididos por una casta de engañabobos.

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Dicen que el producto más acabado del neoliberalismo es el pobre de derecha, pero esto implica un trabajo ideológico de décadas. Vamos, no es que todos los odiadores del presidente sean plenamente conscientes de que han vivido una mentira. 

Cuando se asocia bienestar con lo material, claro en abonos chiquitos y para toda la vida, piensan que esa es la verdadera felicidad. Pero como se muestra hasta la saciedad en el deterioro sistemático de la sociedad norteamericana, una persona con una vida equilibrada no tiende a buscar los paraísos de la felicidad artificial llamados drogas.

Hemos llegado a un punto histórico en el que nos cuestionamos si estamos sacrificando el bienestar espiritual en aras de construir el bienestar material. En esta coyuntura histórica, tenemos el futuro en nuestras manos. Por fin el país nos pertenece. Ya es tiempo de construir un humanismo mexicano. La siguiente semana abundaré en este tema. ¡Excelente semana!

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