Por José Manuel Fuentes
RegeneraciónMx. – Ayer el presidente (demócrata) Joe Biden se dirigió a la nación estadounidense para oficializar “el fin de la guerra” en Afganistán, la cual duró 20 años, en donde calificó como un “éxito” la evacuación del país. ¿Es cierto, pero exagera? Es evidente que Biden vive en otra realidad. Estados Unidos (EU) deja un Afganistán en un caos social y, aún más, en manos de los talibanes, quienes aplicarán (radicalmente) la ley islámica.
En efecto, el futuro de Afganistán aún es incierto e incluso ha dejado varias preguntas en el aire, una de ellas es: ¿Afganistán se quedará en la derivada o llegará otra potencia a ocupar el lugar de EU? A mi consideración, existen dos potencias que pudieran ocupar ese lugar, una de ellas es China y la otra es Turquía.
En esta ocasión, abordaré las razones del porqué Turquía podría “conquistar” Afganistán. A Turquía, en ocasiones, la perdemos dentro del tablero geoestratégico en Asia Central, lo cual es un grave error.
Por ello, consulté al doctor, en Relaciones Internacionales, Jesús López Almejo, quien me explicó que “Turquía tiene como presidente a Erdogan, que está reviviendo la etapa Otomana; él mismo se ve como un sultán otomano y quiere rehabilitar el islamismo.”
El doctor aseguró que esto implica ir a “aquellas tierras en Asia Central”, en donde se encuentran las etnias turcomanas (es decir, muy familiares al turco); Erdogan, con su lectura geopolítica, puede intentar recuperar la grandeza de Turquía.
Sin embargo, el especialista aseguró que los ejércitos turcos están preparados para combatir a ejércitos regulares y no guerras de guerrillas como los talibanes.
Por otro lado, consulté al doctor, en Relaciones Internacionales, Germán Patiño, él cree que ningún país quiera ocupar el lugar como esa nación porque es una carga bastante grande. El especialista asegura que “el papel de Turquía será interesante, porque por ahí no se conoce; Turquía ha entrado muy de lleno a nivel internacional.”
En efecto, a mi modo de ver, con las acciones del presidente (turco) Recep Tayyip Erdogan, ha de quedado claro que él mismo se ve como el nuevo “sultán neotomano”. Uno de los principales símbolos del “nuevo sultán” es haber convertido el museo de Santa Sofía (de nuevo) en Mezquita. Ahora bien, es necesario precisar que un sector de la población (turca) tiene el deseo de instaurar el imperio Otomano, que como ustedes recordarán, fue un imperio que abarcó de 1299 -1923.
Otro punto a su favor, es que Turquía posee aliados estratégicos en Asia Central; por ejemplo, Pakistán, que por cierto, tiene una cierta influencia en los talibanes. Es importante destacar que Turquía no tuvo una partición tan activa en Afganistán; asimismo, mantuvo contacto constante con los talibanes, aunque Turquía puede ser una amenaza para ellos.
Por su lado, Turquía está comprometida con la lucha contra el terrorismo, pues bien, es el único país de la OTAN en el norte de Siria que está luchando contra el Estados Islámico de Irak y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés).
Dicho eso, quizás se pregunten: ¿Turquía tendrá intereses geoenergéticos en tierras afganas? La respuesta es obvia, dado que Afganistán, como ustedes saben, es un país que posee pletóricas reservas de litio. Esto lo confirma un memorando interno del Pentágono, el cual se menciona que Afganistán podría convertirse en la “Arabia Saudita del litio”, de igual manera, informó que Afganistán podría tener 1 billón de dólares en depósitos minerales. ¡1 Billón de dólares!
En estos momentos, no podemos soslayar que Turquía tiene en la mira el litio, al mismo tiempo, empezó su incursión de utilizar el litio en su sector tecnológico.
En fin, estos aires de reconquista en Asia Central por parte del “nuevo sultán,” Recep Erdogan, podría ser a largo plazo y no necesariamente por la vía militar. Lo que es un hecho es que Turquía está expandiendo su influencia en África y en los Balcanes. Y yo me pregunto: ¿Afganistán será el próximo destino?
José Manuel Fuentes. Estudiante de arquitectura y autor de más de un centenar de artículos de análisis geopolítico.
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