#Opinión: Pluricriminales (Primer parte)

Por Manuel Pedrero

RegeneraciónMx.- Al igual que el chef que, con paciencia y maestría, emplea sus ingredientes para realizar sus platillos o como el escultor que, con esmero y destreza, trabaja y cincela el mármol, el Presidente apostó a conservar la mayoría en la Cámara de Diputados. Y así sucedió. Acto seguido, anunció las tres iniciativas que pretende enviar a la Cámara.

Es claro que una de las reformas que más interesan al presidente López Obrador es la Energética, acaso uno de los cimientos más importantes de la llamada 4T. El objetivo del Presidente es fortalecer la CFE que hoy encabeza Manuel Bartlett.

Se comprende. López Obrador ya no quiere que las familias mexicanas sufran incrementos en el pago de la energía eléctrica, sino al contrario: que exista un beneficio real para los usuarios. Los subsidios a los grandes corporativos como Oxxo, Walmart y Bimbo ha sido un insulto.

No es gratuito que varios monopolios hayan promovido más de 30 amparos contra las reformas a la llamada Ley de Hidrocarburos. El empresariado ha querido jugar a las fuercitas con López Obrador. Pero es un despropósito. ¿Su ceguera les impedirá ver que, en los últimos 40 años, AMLO es el presidente más aceptado en México? Y no sólo en nuestro país, sino también en el extranjero. ¿Habrán olvidado que la encuesta de Morning Consult coloca al mandatario mexicano como uno de los presidentes mejor evaluados del mundo? Y esta aceptación no sólo se ha reflejado en el Congreso, sino, principalmente, en la población.

Hay una segunda iniciativa que también interesa muchísimo al Presidente. Y esa sí, debo confesarlo, me preocupa un poco. La propuesta es que la Guardia Nacional se integre a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

No hay que olvidar que el desgobierno de Calderón fue duramente criticado (y con razón) en su intentona de militarizar al país. Me inquieta ⎼y me parece una contradicción⎼ que se haya dicho que la GN iba a tener un mando civil, no militar.

De entrada, me parece que la confianza podría sufrir un duro golpe. Para nadie es un secreto que la población, dentro de todo, se siente un poco más segura entre civiles. Y no lo digo yo, sino diversas encuestas.

Como quiera, el plan del Presidente, según parece, es enviar esta iniciativa al Congreso en 2023. En ese caso, habrá que seguir atentamente el decurso de los acontecimientos.

La tercera propuesta (y acaso la más polémica) es el proyecto de reforma electoral. El objetivo, como bien se sabe, es renovar y depurar al Instituto Nacional Electoral (INE), que hoy se encuentra navegando en un mar de polémicas. El rechazo de la oposición, desde luego, era predecible. Pero la virulenta disconformidad que han expresado grupos parlamentarios que se dicen aliados y afines a López Obrador (me refiero, en concreto, al PT y a sus actores políticos), no sólo resulta imprevisto, sino incluso alevoso.

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Ante la propuesta de eliminar las diputaciones plurinominales (y que ha sido una petición constante entre el pueblo), los supuestos aliados se han negado con acritud.

Más allá de las intrincadas teorías que esgrimen sus defensores, siempre sale a relucir una gran mentira: que los plurinominales representan a las minorías. ¿En serio? Echemos un vistazo a los nuevos plurinominales de esta legislatura.

Comencemos por el PRI. Entre sus diputados plurinominales se encuentra Idelfonso Guajardo, exsecretario de Economía de Peña Nieto, que, entre otras corruptelas, avaló el convenio que el exgobernador Rodrigo Medina de la Cruz signó con la armadora coreana KIA, concediéndole una montaña de beneficios. Otro de los plurinominales priístas es Eduardo Enrique Murat Hinojosa, hijo del exgobernador de Oaxaca, José Murat, y hermano del actual gobernador de aquella entidad: Alejandro Murat. ¿Y qué hay con los Murat? No gran cosa: se trata de una familia oaxaqueña que, mediante los mágicos artilugios de la política, pasó de ser una estirpe modesta a ser una influyente casta que, actualmente, es propietaria de millonarios inmuebles en Estados Unidos. ¿Cómo pasó? Misterios atesorados por la corrupción. Otro de los pluris priístas es el prehistórico exsecretario de la Reforma Agraria echeverrista, Augusto Gómez Villanueva. ¿Lo recuerdan? Sí, es uno de los tipos que, en 1995, festejó, con Roque Villanueva, el aumento de 10 a 15 por ciento del IVA en la Cámara de Diputados. A esta lista de pluris agregue usted al exgobernador de Durango, Ismael Hernández Deras, al exgobernador de Coahuila (que será el líder de la bancada priista), Rubén Moreira. Todos políticos, como se ve, de fina estampa y gran reputación.

Pero déjenme decirles que el PAN no se queda atrás. Entre los plurinominales se ese partido asoma el rostro de Juan Carlos Romero Hicks, aquel político que solía describirse como una persona sencilla y presumía en sus redes sociales que era dueño de un “vochito” y que, sin embargo, resultó dueño de una millonaria mansión en Estados Unidos (y que, por cierto, fue exhibido en un programa de Vicente Serrano).

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Otro pluri del blanquiazul es Jorge Romero Herrera, quien durante su periodo al frente de la delegación (hoy alcaldía) Benito Juárez, fue señalado por manipular fondos para la reconstrucción de la Ciudad de México después del sismo de 2014, recibir moches de proveedores, además de ser acusado por prepotente, soberbio e ineficiente. Y, por si fuera poco, al plurinominal lo precede la famita de atacar por la espalda a sus adversarios políticos y de atacar a periodistas que se atreven a hablar mal de él (o mejor dicho: de enlistarle sus corruptelas). A esta lista añada a José Elías Lixa y Mariana Gómez del Campo, sobrina, nada más ni nada menos que de Margarita Zavala.

Y, ya para no ir más lejos, agregue a la lista de plurinominales (por MC) a Salomón Chertorivski Woldenberg, sobrino de José Woldenberg (el exconsejero presidente del extinto IFE, que ayer calificó de perros pavlovianos a quienes decidan participar en la próxima consulta ciudadana del 1 de agosto). Chertorivski, que tiene dotes de cómico incidental, es aquel personaje que, con la mano en la cintura, dijo que podía acabar con la pandemia en un tiempo récord y, al final, ni siquiera logró definir qué era un virus.

Después de este recuento de nombres y perfiles, vale la pena formular un par de preguntas a esos férreos defensores de los escaños plurinominales que, una y otra vez, alegan que son la cabal representación de las minorías: ¿Cuántos mexicanos creen que se sienten representados por estos políticos? ¿Cuántos hermanos tarahumaras consideran que se sentirán identificados con estos perfiles? ¿Cuántos hermanos zapotecos creen que se sentirán representados por los Murat?

Un dato duro, ya para finalizar esta primera parte de mi argumentación: si los plurinominales no existieran, el pueblo de México se ahorraría más de 350 millones de pesos.

Nos leemos en breve.

* Estudiante de politología, es autor del libro “La era del político”, colaborador del programa Sin Censura y conductor de la emisión Sin Máscaras.

Sigue a Manuel Pedrero en Twitter como @YosoyPedrero