La historia de la ultraderecha mexicana no se puede contar sin el Partido Acción Nacional (PAN), fundado por hombres blancos, heterosexuales, ricos y católicos, con la única intensión de oponerse al PNR.
Por Miguel Martín Felipe
RegeneraciónMx, 16 de abril de 2022.- En la entrega pasada nos centramos en aquellos grupos radicales integrados por juventudes católicas beligerantes. Álvaro Delgado consigna en su libro El ejército de Dios que los miembros del Yunque reciben adiestramiento militar o de defensa personal. Esto nos hace ver que la “guerra” es algo que se toman muy en serio.
En mayo de 1937 se funda la Unión Nacional Sinarquista en Guanajuato, con líderes remanentes de la cristiada como Salvador Abascal, Juan Ignacio Padilla, Jesús Hernández Alcalá, entre otros. Todos ellos eran laicos que hacían activismo en favor de la iglesia y precisamente fue con dinero suyo que se fundaron los grupos ya mencionados como el MURO, los Tecos o el propio Yunque.
La vena sinarquista prevaleció en esferas del poder, sobre todo cuando en el sexenio de Fox, Carlos Abascal llegó a ser secretario del trabajo, mientras que Jorge Serrano Limón, miembro del Yunque con tradición sinarquista y presidente de la organización Provida (organización que combate el aborto y la concepción in vitro bajo un esquema religioso), se vio envuelto en un escándalo por desvío de fondos, específicamente 25 millones de pesos que el propio gobierno le asignaba y que se fueron, según figuraba en el portal de transparencia, en la compra de tangas. Actualmente la organización sigue en pie, pero casi en el anonimato. Es presidida por la dama de sociedad Brenda del Río.
Partido Acción Nacional
Pero volviendo a la revisión histórica, es pertinente hablar sobre el Partido Acción Nacional, que se funda en 1939 entre una cúpula de hombres blancos, heterosexuales, ricos y católicos. Su fin principal era oponerse a la política del PNR, más concretamente a la expropiación petrolera, pues los empresarios católicos conservadores fueron tradicionalmente afines a la participación mayoritaria de las empresas extranjeras en la economía mexicana, pues siempre han asociado la noción de exotismo extranjero europeizante con el prestigio social.
Rafael Barajas, mejor conocido como ‘El Fisgón’, publicó en 2014 un libro llamado La raíz Nazi del PAN. En dicha obra, el avezado monero cuenta cómo varios de los fundadores del PAN, a saber: Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna, Gustavo Molina Font, Manuel Herrera y Lasso, Aquiles Elorduy, Pedro Zuloaga Irigoiti y Luis Calderón Vega (padre de Felipe Calderón Hinojosa), entre otros; mostraban sus ideas antisemitas, así como su simpatía por el régimen del Tercer Reich en una revista llamada La reacción. Dentro de los principales argumentos para justificar esta postura, estaba la aseveración de que Hitler era un ejemplo de líder cuya ideología era la más adecuada para poner orden en un país como México, donde influencias desapegadas de las buenas costumbres habían causado muchos estragos. Todo ello según palabras publicadas en la mencionada revista durante el periodo de la segunda guerra mundial.
La vergüenza
El PAN fue desvirtuándose con el paso de los años y básicamente dividiéndose hacia su interior entre conservadores cuya principal motivación para hacer política son los preceptos católicos, y aquellos que, si bien ostentan una ideología conservadora, básicamente aprovechan al PAN como una plataforma de impulso al libre mercado y la primacía del sector privado en la economía local, así como la mayor reducción posible del Estado; aquello que ahora llaman liberalismo minarquista.
Sin embargo, y sobre todo durante la campaña de 1988, con su candidato Manuel ‘Maquío’ Clouthier, la imagen del PAN se fue construyendo en torno a una idea de democracia que hacía contrapeso a la imagen de autoritarismo y corrupción que el PRI ya arrastraba. Esto fue capitalizado por los medios y la cúpula empresarial en 2000 para encumbrar al impreparado y conservador Vicente Fox y así propiciar su ascenso al gobierno en detrimento del ya insostenible régimen priista.
Los sexenios de Fox y Calderón son actualmente considerados no solo un retroceso en lo que al Estado laico se refiere, sino también una vergüenza en cuanto a escándalos de corrupción, así como en seguridad, con la “guerra” que Calderón declaró a solo ciertos cárteles y que convirtió al país en un cementerio.
Si bien se identifica actualmente a miembros del PAN como yunquistas, la llegada de AMLO al poder propició la aparición de nuevos grupos tan radicales que ni en el propio PAN tuvieron cabida. La llegada de un gobierno de izquierda hizo reaccionar a una genuina ultraderecha que se hace presente a través de redes sociales. A ese otro abismo nos asomaremos en la próxima entrega.
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