Paul McCartney no se destacó por ser un showman, pero sí por ser probablemente el músico más completo dentro de la banda, pues su formación musical, su efectividad en la composición y la lírica, lo convertían en el integrante más equilibrado.
Por Miguel Martín Felipe
RegeneraciónMx, 26 de junio de 2022.- James Paul McCartney, nacido en Liverpool, Inglaterra el 18 de junio de 1942, es sin duda uno de los personajes más influyentes en la historia mundial reciente. De entre los cuatro Beatles, Paul se destacaba por tener una formación musical un poco más cuidada. Su padre era músico en una banda de guerra de la marina y dominaba varios instrumentos, por lo que para Paul el aprendizaje musical fue algo natural.
De hecho, cuando en 1957 fue presentado con John Lennon por amigos comunes cuando este último había terminado un concierto con su banda The Quarry Men, Paul lo dejó impresionado con una gran interpretación de Twenty flight rock de Eddie Cochran. Más tarde John confesaría que las cualidades que vio en Paul fueron muchas, pero una de ellas fue que “sí sabía acordes”, pues Lennon tocaba la guitarra con los acordes de banjo que le había enseñado su madre Julia, por lo que The Quarry Men solo salían a flote gracias a la enjundia de John que años más tarde se convertiría en su sello distintivo. El propio Paul destaca que desde un primer momento se dio cuenta de que John no era precisamente un virtuoso, pero que le llamó la atención su arrojo y dominio del escenario, ya que no se sabía ni siquiera las letras de los éxitos rockeros o estándares del skiffle que ofrecía en sus actuaciones, pero suplía esta carencia con un sorprendente ingenio para improvisar versos que cuadraban perfectamente con los acordes tocados casi a ciegas con su guitarra y peculiar percusión de la tabla de lavadero tan popular en las orillas del río Mersey a finales de los 50.
Aunque John siempre se mostró muy seguro de sí mismo y sus presentaciones en público llevaron a todos a pensar que él era el auténtico líder de los Beatles, Paul no se destacó en los primeros años por ser un showman, pero sí por ser probablemente el músico más completo dentro de la banda, pues su formación musical, su efectividad en la composición y la lírica, lo convertían en el integrante más equilibrado, una cuestión que en algunos momentos fue elogiada por Lennon, pero en otras ocasiones causaba exasperación tanto a él como a George Harrison, pues ellos muchas veces pasaban de la meticulosidad y el apego a los cánones.
Pero, aunque Paul era conocido por ser el Beatle refinado, bien portado y pulcro, no escapó a la moda del consumo de marihuana y LSD. No se puede saber si el consumo de sustancias fue determinante para explosión creativa que los Beatles experimentaron a partir del disco Rubber Soul de finales de 1965. Tanto en esta placa como en la siguiente, Revolver, de 1966, las composiciones de Paul se tornaban más audaces, aunque no con el aire totalmente experimental de John o George. La forma en que Paul se mostró innovador fue implementando algunos aires de jazz, swing o vodevil, así como instrumentaciones ajenas al rock de la época. De hecho, desde el disco Help! ya había roto los estándares con Yesterday, que fue aderezada por George Martin y era interpretada por Paul con una guitarra acústica en solitario. Piezas como la melancólica For no one, la tierna Michelle o la festiva Got to get you into my life (con sus impresionantes metales) dan cuenta de ese florecimiento compositivo.
Aunque Paul no había mostrado ser el más interesado en las artes fuera de lo musical, fue él quien ideó el concepto del disco Sgt. Pepper’s Loneley Heart’s Club Band de 1967, que también supuso un antes y un después en los discos de la época, al grado de opacar al tremendo Pet Sounds de los Beach Boys, que también tenía pretensiones conceptuales. When I’m sixty-four es una pieza de este disco donde Paul rinde homenaje a su padre con un ritmo totalmente vodevil en que destacan los metales y el piano.
Paul no tomó con especial entusiasmo el retiro espiritual de los Beatles con el Maharishi Mahesh Yogi, bajo cuya tutela estuvieron varias semanas en Rishikesh, a orillas del Ganges, en la India. En ese 1968 de introspección, Paul fue el primero en regresar de tierras indias. Llegó con canciones interesantes bajo el brazo que se incluyeron en el álbum blanco, de entre las cuales destacan aquellas con punteo acústico, técnica que les fue enseñada por el músico Donovan en el mencionado retiro. Blackbird (homenaje a la lucha por la inclusión racial en Estados Unidos), Mother Nature’s son y Rocky Raccoon son piezas que nuevamente escapaban de los estándares del rock y a su vez inspiraban a nuevas generaciones.
El “álbum blanco”, llamado de manera oficial simplemente The Beatles, es una etapa en sí misma que dio paso a la última, en la que el grupo no mantendría la cohesión. Y en vista de que John estaba absorto en su relación con Yoko Ono, con todo lo que esto implicaba, Paul mantenía el ímpetu compositivo y pretendía tomar de manera más formal la batuta del grupo. Esto se ve reflejado en el metraje de Get Back, que en su momento salió como la película Let it be. Básicamente retrata a manera de documental el proceso de creación del penúltimo álbum de los Beatles, una idea de Paul que consistía en el regreso triunfal a los escenarios. Sin embargo, tanto la primera versión de 1969 como la extendida y restaurada que apareció en 2021, dan cuenta de que la relación entre los miembros de la banda era cada vez más rasposa y en ocasiones se rehusaban abiertamente a ser dirigidos por McCartney, al grado de que George dejó momentáneamente la banda. El proyecto culminó con el icónico concierto en la azotea de Apple Records, aunque del disco lucen más dos composiciones memorables en las que Paul volcó su talento a través del piano y la voz: Let it be y Long and winding road.
Paul mismo fue quien hizo oficial la disolución de los Beatles por la vía legal en 1970 y dejó abiertas heridas que tardarían en sanar. Sin embargo, Abbey Road, el último disco de la banda, pese a contener dos bellas piezas de George, contiene también a un Paul pletórico con suites que encadenan canciones de su autoría, mientras que cierra por todo lo alto con The end y (la a mi juicio innecesaria) Her majesty, ambas composiciones de Paul.
Desde la separación de los Beatles y hasta la actualidad, Paul no haría más que sacar disco tras disco y realizar gira tras gira. Estamos ante una leyenda, un compositor irrefrenable, quien, desde dentro de la banda más influyente de todos los tiempos, supo distinguirse por ser siempre un innovador y un multi instrumentista efectivo y autodidacta.
Su legado sigue y seguirá siendo motivo de análisis y fuente de inspiración. McCartney celebró el pasado 18 de junio de 2022 su cumpleaños número 80. Vaya este texto como homenaje a uno de los personajes que más han influido en mi viaje sin retorno hacia ese vasto universo llamado música.
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