Programas sociales, política y derechos humanos

Los países más avanzados del mundo tienen todo tipo de ayudas sociales. Y allá es  natural, es un simple derecho humano que ahora se visibiliza en México

Regeneración, 3 de mayo del 2019. Ayudas sociales es el tema que aborda el escritor Ramiro Padilla Atondo, además puntualiza la importancia y legitimidad del gobierno actual al posicionarse políticamente en torno a las acciones de gobierno como parte del ejercicio sano de la democracia en México.
Como politizar los programas sociales
Por Ramiro Padilla Atondo
(Y no morir en el intento)
En mi página de facebook aparece un twitazo sabanero del director de Excélsior que dice lo siguiente: “No perdamos el foco: Esos programas sociales no están diseñados para liberar a la gente de la pobreza, sino para someterla más, para crear clientelas dependientes de la ayuda gubernamental, para que nunca puedan salir adelante por sus propios medios y siempre deban el favor”.
En efecto, es terrible la dependencia. Pero la dependencia de muchos medios de comunicación  de las becas super millonarias del gobierno. Quiero explicar, porque parece este un asunto de párvulos, que esta idea que se vende hoy, (con desafortunada intención) de que el dinero gubernamental no debería ser utilizado en paliar un poco las abismales diferencias, me parece por decirlo lo menos, de una supina imbecilidad.
La raíz de este pensamiento,  tiene su origen en la idea incubada en las universidades norteamericanas, donde muchos de nuestros anti próceres han estudiado.
Un gobierno pequeño donde cada quien se rasque con sus propias uñas, con un mercado que no acepte ningún tipo de regulación. Vamos, esos mantras que se repiten hasta  la saciedad, eres pobre porque quieres, el que no tengas acceso a una escuela, a un camino pavimentado, que solo comas una vez al día,  es tu problema, y yo, de tez blanca, con maestrías y doctorados en las más prestigiosas universidades tengo que decírtelo con todas sus letras.
Creo que a estas alturas, una buena cantidad de mexicanos preferimos que un par de señores de la tercera edad puedan ir al mercado y saber que comerán bien, que un estudiante podrá al menos comer en su escuela y tener para el camión, que tener cada sexenio una nueva casta de multimillonarios a costa de nuestros impuestos.
La idea de politizar las ayudas sociales, como si un gobierno que lo ofrece en su plataforma política tuviese que abjurar de lo que prometió, entregar la ayuda de manera ascéptica, sin ninguna intencionalidad electoral me hizo reírme un buen rato.
Sería básicamente como decir que un partido no tiene derecho a que la gente lo evalúe por lo bueno o lo malo de su gestión.
Casi todos nuestros actos tienen una intencionalidad política.
La manera en la que nos relacionamos tiene mucho que ver con eso.
Para probar mi punto no necesito siquiera voltear a los ochentas o noventas. Solo basta ver lo que se hizo en desarrollo social y la ya famosa estafa maestra. Los programas sociales que eran utilizados como moneda de cambio.
Quizá algunos de ustedes recuerden las infames palabras de Rosario Robles al decir que las mujeres indígenas tenían muchos hijos para abusar de estos mismos programas, las facturas por los paliacates millonarios, y el dinero en efectivo que se utilizaba con otros fines.
En un país donde el 90% de los que nacen pobres, mueren pobres, las palabras de Pascal Beltrán del Río me parecen por lo menos ridículas. Paliar un poco la pobreza de los que menos tienen aunque se le atribuyan fines electorales a muchos nos parece un simple acto de justicia.
Es un acto de supremo egoísmo pensar que alguien que nunca tendría los medios para salir de la miseria deba rascarse con sus propias uñas. El músculo de la empatía de estos críticos tipo condesa los tiene condenados a permanecer en los márgenes de la respetabilidad.
Un gobierno que hace las cosas bien con los pobres, está en su muy legítimo derecho de ser votado de nuevo.
¿Acaso se les olvida que así funciona la democracia?
Ya pueden devanarse los sesos de nuevo intentando crear una crítica donde en el pasado fracasaron de manera estruendosa. Recuerden, existen distintos tipos de becas.
La publicidad oficial no será de nuevo utilizada para vender falsas realidades.
Y recuerden.
Los países más avanzados del mundo tienen todo tipo de ayudas sociales. Y allá es  natural, es un simple derecho humano que ahora se visibiliza en México.
Sigan participando.
*Ramiro Padilla Atondo. @ramiroatondo Es un escritor mexicano de Ensenada, Baja California.

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