Alejandro Gertz Manero explicó en una entrevista el plan para garantizar la paz de AMLO, que plantea recuperar calle por calle, colonia por colonia, todo el país.
Regeneración, 10 de enero de 2018.- Ante un posible gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la estrategia de seguridad no será a nivel nacional, sino un trabajo a desarrollarse calle por calle, colonia por colonia, atendida directamente por AMLO, así lo visualiza Alejandro Gertz Manero, uno de los que integrarían el Consejo Asesor para Garantizar la Paz.
En entrevista para El Financiero, Gertz Manero desmenuzo la estrategia y explicó poco a poco de qué se va a tratar.
“Cuando uno no ha logrado recuperar una calle, cuando uno no puede recuperar una colonia o un barrio ¿va uno a poder recuperar un país? ¿Eso tiene lógica? Por supuesto que no”, sentencia el exsecretario de Seguridad Pública federal y capitalino en los gobiernos de Vicente Fox y Cuauhtémoc Cárdenas, presentado la semana pasada como el integrante de mayor experiencia en el consejo consultivo que acompañaría al tabasqueño en el combate a la inseguridad.
Y sí. El proyecto pasa por tener a un presidente de la República que se involucre personalmente en las tareas de seguridad pública.
“(AMLO) parte de un principio que es muy razonable. La estructura que ha estado combatiendo el delito en los últimos 12 años ha sido francamente disfuncional y necesita de mejor coordinación”, dice en entrevista con El Financiero.
“La gente que está en los puestos de batalla y que está dando la vida, tienen que tener la certeza de que la estructura sobre la que se está sosteniendo y que todo el proyecto que está detrás de ellos tiene un sentido social y un sentido ético”, añade.
Gertz Manero, hoy rector de la Universidad de las Américas campus Ciudad de México, adelanta que trabajará en los próximos meses junto a un reducido número de asesores en la confección de un plan de reformas que llevaría a la actualización más grande de las estructuras de seguridad pública y nacional que el país haya visto desde la II Guerra Mundial.
Este es parte del croquis inicial:
Del Centro de Investigación sobre Seguridad Nacional (CISEN), asegura que no desaparecerá de golpe y porrazo, pero se le transformará de ser un instrumento que “espía a los opositores del régimen” a uno “que sirva a la sociedad”. Debe, insistió, “desaparecer la forma en que está estructurado” para dar paso a un servicio de inteligencia más eficiente.
De los cárteles de la droga, no adelanta si seguirá la estrategia de decapitación –atacando a capos-, pero recalca que el gobierno ya no esperará a que “los monstruos se alimenten y sean verdaderamente inmanejables para cortarles la cabeza”.
De la Guardia Nacional, precisa: no reemplazará al Ejército o a la Armada; ambas seguirán operando como estructuras independientes, pero sí aportarán elementos a la nueva institución. Se trabajará para reglamentarla, conforme a lo que se contempla en la Constitución.
De Durazo, nominado por López Obrador como secretario de Seguridad Pública, reconoce que quizá no tiene experiencia en la materia, pero “es un buen organizador”. De la colaboración con Estados Unidos, ataja: “tenemos que hacer que nos respeten”.
Y de la guerra contra la delincuencia, advierte que es ganable.
“¡Por supuesto!”, promete.
-Enfrentamos una de las peores crisis de seguridad que haya visto el país, con las organizaciones criminales más fortalecidas que nunca y sin que se vea una posible respuesta efectiva del Estado. ¿Es salvable la situación?
-¡Por supuesto! Le voy a dar tres ejemplos. Uno: (en la década de los 70) a mí me pidieron que encabezara la campaña contra el narcotráfico en medio de la Operación Cóndor. Parecía que el país se les había ido de control completamente en esa materia. El gobierno americano generó la Operación Intercepción (el cierre de la frontera), una cosa muy seria, pero logramos ganarla. Dos: la Ciudad de México. En el momento que nos tocó enfrentar ese problema (en la década de los noventa), estaba en los niveles de violencia y criminalidad más grandes de la historia y en dos años se logró controlar. Tres: en los cuatro años que estuve en seguridad pública a nivel nacional, todos los índices, todos sin excepción, fueron a la baja. Eso me da la certeza de que esto se puede contener, pero no en la forma que lo han planteado, ni en la forma en la que lo han tratado de resolver, pues no ha funcionado, eso es evidente.
-Pero, ¿cuál es la solución? Durante 12 años se han invertido miles de millones de dólares al tema de seguridad pública y no sólo no avanzamos, sino vemos retrocesos.
-Perdón por hablar de experiencias propias, pero cuando a mí me tocó estar al mando de la seguridad pública a nivel nacional, teníamos un presupuesto de que no pasaba de 9 o 10 mil millones de pesos al año. Teníamos una estructura de alrededor de 9 mil personas, y si usted ve los informes oficiales del Sistema Nacional de Seguridad, todos los delitos, tanto los del orden común como federal fueron a la baja entre 2004 y 2005. Cuando empezaron a meter dinero, se les fue de las manos. Entre más dinero y gente le ponen, peor nos va.
-¿Cuál va a ser el papel que asumirán ustedes en el Consejo Asesor para Garantizar la Paz?
-La idea de López Obrador es tener un grupo de personas que dada su experiencia y sus conocimientos, puedan establecer y preparar un proyecto para que él lo vea y lo considere, y que sea el proyecto al que someta a la ciudadanía.
-Usted estuvo en la Secretaría de Seguridad pública de la Ciudad de México y encaró el tema de la corrupción con la hermandad y de la delincuencia callejera. Después asumió la secretaría a nivel federal. Parece que el perfil idóneo para ser secretario era el suyo y no Alfonso Durazo. ¿Por qué no fue elegido usted?
-Se acuerda usted de esa frase: ¿y yo por qué? (Ríe). No se trata de eso. Yo creo que hay que entender una cosa: la relación cercana de las personas que van a ser del gabinete de López Obrador, en caso de que él sea el presidente. Requiere que hayan trabajado duro durante años y que tengan esa vinculación personal. Además, en el caso de Alfonso, es una gente que es muy buena para coordinar y organizar estructuras de gobierno. Es un buen organizador. Es una decisión razonable en razón de lo que debe ser un equipo.
-¿Y cuál sería la diferencia sustancial que traería el nuevo gobierno respecto a la estrategia que hoy tiene el gobierno federal, que es la inercial que se ha seguido desde la administración de Calderón de despliegue de tropas, más armas, más policías?
-La diferencia fundamental sería en entender el problema, hacer propio un problema y tener la conciencia de que uno tiene que asumir esa consecuencia. Por eso me refiero a que fue muy importante lo que hizo López Obrador, cuando dijo que va a asumir personalmente esta responsabilidad. Es decir, se comprometió personalmente a ser el jefe de ese proyecto y sacar adelante al país en ese aspecto, que son las razones que él considera válidas para hacer ese trabajo. En esas condiciones, si usted no le entiende al problema y usted no lo asume, y espera que otros lo hagan por usted, mientras los señores están asaltando o si los tiene que andar trayendo de otros países del mundo porque se robaron todo lo que tuvieron a la mano, así no se maneja un país. Se cambia eso, o no funciona.
-Ahora, hay algunas dudas que genera esto. Comienzo por la Guardia Nacional. Cito la frase que usó AMLO: “Se va a integrar a todas las fuerzas policíacas y militares en el país en una sola corporación”. ¿Estamos hablando de una fusión del Ejército y la Marina? ¿O de qué estamos hablando en términos concretos?
-No, mire, la figura de la Guardia Nacional es una figura que está en la Constitución desde el año de 1917, pero es una figura que en sólo dos artículos de la Constitución está señalada, es decir, no está reglamentada, no está estructurada bajo una norma y es la que genera toda la legalidad en el país. Se tiene que hacer ese trabajo, se tiene que organizar esa pirámide jurídica, para que se consolide la figura de la Guardia Nacional, que es una figura que viene al igual que muchas figuras constitucionales, de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, en donde es una realidad permanente y muy operativa.
-Una de las razones por las que no hemos tenido una Guardia Nacional ha sido la oposición del Ejército a que se cree otro cuerpo que le dispute presupuesto y control territorial. Usted mismo, cuando era Secretario de Seguridad Pública Federal, enfrentó mucha resistencia, particularmente de los militares, pues siempre han sido celosos de su terreno por así decirlo, ¿No corre el riesgo de que el proyecto de seguridad se estrelle con una barrera de color verde?
-Yo no lo creo, esa al menos no fue mi experiencia. Cuando yo trabajé con unidades específicas de policía militar y con unidades específicas de la Marina, estaban trabajando con nosotros en plena armonía, teníamos una coordinación exacta y funcionamos perfecto, nunca tuvimos ningún problema, jamás. Todo depende de cómo lo plantee uno: esto no es para gente que no tenga todo el conocimiento de estas materias y que lo pueda ir desarrollando, porque de lo contrario uno tendría al enemigo adentro. Entonces, en lugar de salir adelante, existiría una falta de resultados como la que estamos viendo.
-¿Cómo se va a combatir a organizaciones poderosísimas como los cárteles de la droga?
-Muy sencillo, volviendo a recuperar lo que hemos perdido, lo que son las calles, la vida cotidiana. Porque si no, estamos combatiendo un territorio que no es nuestro, cuando debería ser al revés.
–Me queda la impresión de que se está configurando una especie de lucha “cuadra por cuadra y calle por calle”…
-¿Y qué? ¿Habrá de otra? Yo no veo de otra.