La FGR informó que obtuvo órdenes de aprehensión contra dos funcionarios que sacuden la columna vertebral del sexenio de Felipe Calderón por su participación en la operación ‘Rápido y furioso’. ¿Qué impacto tendrá esta orden de aprehensión en nuestro país? Acompáñenos a descubrirlo.
Por José Manuel Fuentes
RegeneraciónMx, 11 de enero de 2022. – En un año elemental para definir el proyecto de la 4T (elecciones del 2022 y la revocación de mandato), la Fiscalía General de la República (FGR) obtuvo órdenes de aprehensión en contra de siete personas –incluido Genaro García Luna, ‘El Chapo’ Guzmán y Luis Cárdenas Palomino– por su participación en el famosísimo caso ‘Rápido y furioso.’
La operación ‘Rápido y furioso’, como ustedes saben, nació como estrategia de combate al tráfico de armas (se movían ilegalmente más de dos mil armas de fuego de los Estados Unidos a México) e “identificar a sus usuarios”. Sin embargo, fracasó y se armó un escandalo a nivel regional.
No podemos olvidar, lector memorioso, que esta operación estaba incluida en la Iniciativa Mérida, la cual consistía en la cooperación antinarcóticos establecida por EU en un acuerdo con México y los países de centroamérica. La influencia estadounidense se pudo observar en la militarización de la seguridad pública en México en tiempos de Felipe Calderón.
Para enfatizar sobre esta operación ofreceré, como siempre, el contexto político e histórico. La Iniciativa Mérida fue creada durante la administración de George W. Bush (2001-2009) en EU, sin embargo, se concretó con el presidente Barack Obama y, de igual manera, se creó la operación ‘Rápido y furioso’ en 2009. Incluso, esta operación podría convertirse en un caso similar al ‘Watergate’, por ello desde el 2010, el congreso estadounidense investigó la operación, pero en México la justicia estaba atada y ciega.
De manera que la investigación sobre la operación ‘Rápido y furioso’ en México, por fin, tomó relevancia en la primera reunión entre el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su homólogo estadounidense Donald Trump –el 8 de julio de2020–, en donde aseguraron el combate conjunto contra la corrupción. Si concatenamos los hechos, como cuando el entonces embajador Christopher Landau respondió al gobierno mexicano para brindar información sobre la operación, podemos tener el siguiente escenario:
La “amistad política” de AMLO y Trump tenía un objetivo común: ir por Felipe Calderón y Barack Obama para llevarlos ante la justicia. No es casualidad que detuvieran (en 2019), durante la era Trump, a Genaro García Luna (GGL) en EU, ante acusaciones de aceptar sobornos del Cártel de Sinaloa. La administración Trump estaba preparando todo para llegar a Obama, desde que salió información del Juicio del Chapo (2018) hasta la detención de García Luna.
Regresando al comunicado de la FGR, tal vez se pregunten: ¿a quién le afecta políticamente la orden de aprehensión en contra del superpolicía García Luna? La respuesta es obvia: a Felipe Calderón. La periodista argentina Olga Wornat, en su libro Felipe, el oscuro aludió que Calderón tuvo el conocimiento de “la riesgosa operación”. Aunque el expresidente niegue que nunca fue “notificado.” Y yo me pregunto: ¿quién le va a creer a Calderón que él no sabía nada? Dice que no fue notificado por la operación ‘Rápido y Furioso’ y tampoco sabe sobre las corruptelas de García Luna, ¿cree que somos idiotas? Él era el encargo de nuestro país.
A eso debemos agregar que ante el anuncio de la FGR crecen las esperanzas, en el pueblo mexicano, de que sean juzgados Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino (excoordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito y brazo derecho de Luna) para llegar al espurio de Felipe Calderón.
También están los expertos en seguridad y en narcotráfico que no creen que García Luna sea juzgado en México y tampoco en EU, ya que sería un terremoto para ambos países, sobre todo, porque llega a funcionarios de alto rango.
Por el cierto, el periodista de investigación Jesús Lemus aseguró, en 2020, que Genaro García Luna se “declaró no culpable de los delitos de narcotráfico porque espera llegar a un acuerdo con Biden”, quien fue vicepresidente de Obama durante dicha operación.
Por consiguiente, en México no existe mucha fe en la justicia después de la exoneración de Cienfuegos, ya que el sistema judicial está secuestrado por jueces corruptos del antiguo régimen; además, el papel del fiscal general Alejandro Gertz Manero ha causado polémica durante este sexenio. No obstante, vale la pena enfatizar que la justicia mexicana está ligada con la estadounidense y, por lo tanto, los tiempos no son favorables para la 4T.
Una cosa es cierta: la Cuarta Transformación tiene el gran reto de terminar con los privilegios de los corruptos calderonistas y traer la justicia en México. No será una tarea sencilla, pero vale la pena intentarlo.
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