Sabiduría indígena es clave para mantener biodiversidad

El uso de la genética y el aprovechamiento de los conocimientos tradicionales de los indígenas son claves para mantener la biodiversidad en América Latina, indicó ayer el secretario ejecutivo de la Convención sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CBD), el especialista brasileño Braulio Ferreira.

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Regeneración 28 de marzo 2014.-Ferreira argumentó, además, que “Latinoamérica es la región con mayor riqueza y diversidad de pueblos indígenas del mundo, y la que más ganaría con el aprovechamiento de sus conocimientos tradicionales” aplicados, por ejemplo, al terreno de la agricultura y la genética.

El experto brasileño participó en Montevideo en una reunión sobre la implementación del Protocolo de Nagoya de 2010, con el que se pretende asegurar “la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos”.

” Clave para la salud”

Según Ferreira, el desarrollo y acceso a este tipo de recursos son “clave para la salud, la biotecnología y la agricultura”, campo este último que avanza hacia una mayor dependencia de la ingeniería genética para combatir los efectos del cambio climático.

La inclusión de los pueblos nativos, según el experto de la ONU, pasa por la traducción del Protocolo de Nagoya a lenguas indígenas, la capacitación de sus líderes en asuntos jurídicos complejos y los acuerdos para el reparto de los beneficios derivados de explotar recursos genéticos, teniendo en cuenta que algunas comunidades poseen sociedades no monetarias.

El experto afirmó además que las principales amenazas a la biodiversidad en América Latina son “por ejemplo, la deforestación, la polución, la introducción de especies exóticas invasoras y el cambio climático”.

En concreto, el cambio climático se perfila como un problema “menos urgente”, pero será “el primer factor” que afecte a la diversidad de especies en un futuro próximo, vaticinó.

Braulio Ferreira añadió que los efectos del cambio climático se están percibiendo en la región a través de “la elevación del nivel del mar, la acidificación de los mares y el incremento de la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos”, como inundaciones, terremotos y olas de calor o de frío.

El experto de la ONU denunció, sin embargo, que los gobiernos latinoamericanos han incidido en los sistemas de alerta y reparación ante desastres naturales, pero no han prestado la misma atención a la prevención de los mismos.