Para The Economist, López Obrador tiene que aprender de Lázaro Cárdenas y manejar la actitud de confrontación con las instituciones y políticos mexicanos. “AMLO se compromete a actuar como el hermano mayor en América Latina”, no como el obediente hermano menor de EU”
Regeneración, 02 noviembre 2017.- La publicación británica, The Economist, destaca que Andrés Manuel López Obrador, “el favorito en la competencia presidencial de 2018 en México, debe de encaminar su rumbo hacia las políticas de su modelo a seguir: Lázaro Cárdenas, quien es recordado por expropiar el petróleo de empresas extranjeras y por la promulgación de reformas agrarias.”
Para una de las publicaciones más influyentes del mundo, aunque es difícil predecir cómo podría gobernar como Presidente, si sigue los pasos de Cárdenas podría dejar un legado duradero.
“Lázaro es recordado sobre todo por dos logros: En 1938 se apoderó de campos petrolíferos propiedad de británicos y estadounidenses y nacionalizó la industria. También promulgó una reforma agraria a gran escala, dividiendo grandes haciendas en ejidos. Estas políticas han demostrado ser duraderas. El Estado aún controla casi todo el petróleo de México y los ejidos se mantienen en todo el campo”, señala el medio.
El campo y el petróleo, son también temas de la agenda de López Obrador. “Denuncia las reformas recientes para abrir la industria de la energía a empresas privadas como el trabajo de los traidores y ha pedido un referéndum para devolver completamente el sector petrolero al Estado. En su libro, “2018: The Way Out”, alaba los pisos de precios que Cárdenas establece para los cultivos básicos, que espera reinstaurar para hacer que México sea autosuficiente en agricultura”, dice The Economist.
Sin embargo, la publicación agrega que aparentemente el tabasqueño parece entender mal cómo su ídolo dejó un legado tan duradero.
Según The Economist, describe que el general Cárdenas buscó reducir la división social, no aumentarla y rara vez incitaba al odio contra los rivales, en cambio, López Obrador es menos aficionado a los gestos unificadores.
El texto menciona que Cárdenas también fue un orgulloso constructor de instituciones. “Cuando asumió el cargo, su partido era poco más que una camarilla de generales de la Revolución Mexicana y él lo transformó en un movimiento con 4.3 millones de miembros, que se convertiría en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).”
Dice que López Obrador no logra entender cómo manejar los conflictos internos y recuerda que luego de postularse dos veces como candidato presidencial por el PRD, lo abandonó en 2012 para formar Morena, “un nuevo partido de izquierda, puramente como vehículo para su candidatura.”
La publicación dice que si AMLO gana las elecciones, “es poco probable que disfrute de una mayoría legislativa y su actitud de confrontación le dificultará encontrar aliados para sus políticas”.
Para The Economist, López Obrador tiene que aprender de Lázaro Cárdenas y manejar esta actitud de confrontación con las instituciones y políticos mexicanos. Aunque el diario británico se olvida y no menciona que el tabasqueño ha firmado 33 acuerdos de unidad en todo el país, donde han rubricado militantes y dirigentes de todas las expresiones políticas, así como ciudadanos sin partido.
“López Obrador se compromete a actuar como el hermano mayor en América Latina”, no como el obediente hermano menor de los Estados Unidos. Sin embargo, Cárdenas basó su expropiación petrolera en cálculos geniales y celo nacionalista”, señala la revista británica.
“El entonces Presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt, sería cauteloso de conducir a México hacia Alemania, asegurando que cualquier represalia sería limitada”, sostiene el medio.
Dice que si López Obrador es elegido, le espera una situación similar a la de Cárdenas con Roosevelt, pero ahora con un Presidente estadounidense más irritable y antagonista.
The Economist refiere que si la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) satisfacen a Trump, López Obrador, si gana la elección, aún revisaría cualquier acuerdo que considere “injusto”. Pero le advierte que no todos los presidentes mexicanos han disfrutado de la buena suerte de Cárdenas en las peleas con el “Tío Sam”.
Con información de The Economist