En varias ciudades de Estados Unidos se registraron protestas en contra de una posible intervención armada en Siria. En Baltimore, activistas se reunieron en una céntrica arteria de la ciudad para hacer escuchar su rechazo contra los argumentos que usa su gobierno, para convencer a la población de que esa intervención es necesaria.
Varias decenas de personas se concentraron en la ciudad de Baltimore para expresar su rechazo a la pretensión del gobierno estadounidense de atacar a Siria.
Más temprano, el secretario de estado dijo que su gobierno está convencido de que el presidente Bashar Al-Assad fue quien autorizo el uso de armas químicas.
El secretario de estado John Kerry dijo que la evidencia presentada por la casa blanca ha sido obtenida por la comunidad de inteligencia del estado. Manifestantes dicen que esa es la misma, desacreditada inteligencia, que sentó las bases para la guerra en Irak.
Los manifestantes expresan contrariedad con dos personas (Obama-Kerry) que en sus respectivas campañas presidenciales se mostraron opuestos a la guerra y ahora están a punto de ingresar en conflicto que podría tener consecuencias impredecibles.
Al igual que en otras ciudades del país, está germinando una ola de manifestaciones que este fin de semana aglutinaran a miles de manifestantes a lo largo de E.U para decirle no a la intervención militar.
Sudamérica condena posible intervención de Estados Unidos en Siria
Los líderes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), reunidos en Surinam, condenaron enérgicamente el viernes la posible intervención comandada por Estados Unidos sobre Siria por el supuesto uso de armas químicas contra civiles.
Tras varias horas de deliberaciones, los presidentes firmaron la Declaración de Paramaribo, que incluye varios temas regionales, pero con el énfasis puesto en la crisis Siria, que podría desencadenar un conflicto de gran magnitud.
Estados Unidos y Francia están considerando la posibilidad de una acción militar contra el Gobierno de Bashar al-Assad, al que acusan de haber usado armas químicas en un ataque el 21 de agosto, a las afueras de Damasco, que dejó 1.429 muertos, incluidos 426 niños.
«Insistimos en que el presidente (Barack) Obama está entrampado en una política de guerra que le quiere imponer al mundo (…) ha llegado a la conclusión de que para salir de la crisis necesitan una gran guerra y por eso quieren imponer la guerra en Siria», dijo el presidente venezolano, Nicolás Maduro, a periodistas al finalizar la cumbre presidencial.
«Un ataque a Siria arrancaría un conflicto bélico de consecuencias incalculables. Siria tiene un gran poder militar, y tiene grandes amigos (…) es una locura atacar a Siria», agregó Maduro.
Los gobiernos de Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela -que conforman la Unasur- manifestaron esta semana su rechazo a una posible intervención.
Países de Europa han expresado preocupación por los peligros de una reacción militar de Siria, cuyo Gobierno niega el uso de armas químicas y responsabiliza de los ataques con gas a los rebeldes que luchan desde hace dos años por derrocar a al-Assad.
Cualquier intervención militar de Occidente podría demorarse al menos hasta que los investigadores de Naciones Unidas presenten su informe luego de retirarse de Siria el sábado.
Reuters.