Jake Patterson, de 21 años, fue acusado de asesinar a los padres de la niña de 13, Jayme Closs, y después secuestrarla. La menor consiguió escapar por su cuenta
Regeneración, 13 de enero, 2019. Un sujeto asesinó a los padres de una niña de 13 años de edad y la secuestró, pero ella consiguió escapar de su captor tres meses después de haber sido privada de su libertad.
Este domingo se difundió en medios estadounidenses la información de que un sujeto identificado como Jake Thomas Patterson, de 21 años, fue acusado como responsable de los hechos antes mencionados.
El hecho ocurrió en Wisconsin, Estados Unidos y ha causado conmoción por el carácter abyecto de la historia.
Se trata de la menor de edad, Jayme Closs. Había sido secuestrada el pasado 15 de octubre y fue recientemente hallada con vida.
Al parecer había conseguido escapar de su secuestrador tras 88 días de cautiverio.
Los padres de la joven fueron asesinados en un domicilio de la ciudad de Barron. Cuando las autoridades hallaron los cuerpos, pero no a la menor, reportaron a ésta desaparecida.
Autoridades buscaron a la niña mediante operativo a escala nacional sin resultados.
El pasado jueves 10, Jayme Closs fue encontrada con vida en la localidad de Gordon, a 100 kilómetros de su ciudad.
De acuerdo con RT, la menor consguió escapar de una casa mientras el secuestrador se hallaba en otro lugar y se aproximó a una vecina que paseaba a su perro.
La niña lucía delgada y tenía el pelo enmarañado, pero se veía bien físicamente, relató esta vecina.
Ésta llevó a la menor a un domicilio cercano, donde pidió que llamaran al 911.
Momentos después de este hecho las autoridades hallaron al secuestrador, Jake Patterson, circulando en su vehículo por la zona, intentando buscar a la chica.
La Policía lo detuvo, pues su vehículo coincidía con lo descrito por Closs.
De acuerdo con las autoridades, el secuestrador y Jayme no tuvieron contacto previo a los crímenes. Sin embargo, el motivo del sujeto era el secuestro de la menor.
El acusado no tiene antecedentes penales y está desempleado.
En su domicilio se encontró una escopeta con la que, se cree, fueron asesinados los padres de Jayme Closs.
Las autoridades indicaron que el hombre «planificó sus acciones y tomó muchas medidas concretas para ocultar su identidad a la Policía y al público en general». Así, antes de cometer el crimen, se afeitó la cabeza para evitar dejar evidencia de ADN en la casa de los Closs.