Por Ramiro Padilla Atondo
RegeneraciónMx.- Creo que a estas alturas del partido son pocos los que creen que una economía de mercado se controla sola. Basta ver los países asiáticos para entenderlo. Es el estado el que regula las relaciones entre las empresas y el mercado. No les da manga ancha para que sean los grandes empresarios los que determinen sin la interferencia estatal como deben manejarse los mercados.
El desastre norteamericano del momento puede darnos pistas importantes de los por qués. No hay ninguna mano invisible del mercado, hay claramente, una especie de toma hostil del poder. Eso se hizo visible a finales de los setenta con la crisis del estado de bienestar a nivel mundial, y el ascenso de Ronald Reagan y Margaret Tatcher.
A nuestro país llegó el neoliberalismo un poco retrasado. La desastrosa administración de Miguel De La Madrid dio paso al abuso colosal de Carlos Salinas de Gortari, que como bien lo llama nuestro presidente se convirtió en el padre de la desigualdad moderna. Justo en su gestión, y con el remate del aparato productivo del estado, un poco más de una veintena de ricos mexicanos entraron por la puerta grande a las listas de Forbes.
Eran los años en los que si necesitabas una línea de teléfono solo había un tipo que te la podía proveer al precio que le daba la gana; Carlos Slim.
¡Vaya libre mercado! Dijimos bastantes. Pasó de ser uno entre muchos ricos en el país, a convertirse en el más rico del mundo por un periodo de tiempo. El ideal de las elites económicas es básicamente el control total de todo lo que se produzca en el país, así como de su presupuesto. Claro está, si las cosas van mal, siempre estará el generoso estado para rescatar a cualquier empresario que la riegue.
En el fondo y como lo he dicho otras veces y retomando el concepto expresado entre otros por Martin Luther King y Noam Chomsky, socialismo para ricos, capitalismo puro y duro para pobres, o, se socializan las pérdidas y se privatizan las ganancias.
Una situación de ganar o ganar. Podemos recordar por ejemplo el caso del Fobaproa, un desfalco que podría alcanzar los dos billones de pesos, que pagaremos hasta el 2070, y que no sabemos con certeza a quien se lo estamos pagando. Es más, yo le propondría al congreso y al presidente que se quede el INAI por un periodo de prueba, y que desclasifique todo el expediente Fobaproa para probar si sirve para algo.
La derecha en México, furibunda y clasista exige regresar a un status quo que ya no existe, con títeres corrosivos y chillones, pero vacíos de ideas.
Empresarios como Claudio X González que no solo se pagaba un salario como de 9 millones de pesos al año por medio de fundaciones que funcionaban con dinero de nuestros impuestos, sino que incluso recibió fideicomisos para hacer investigación sobre ¡Papel de baño!
Sujetos como él salen todos los días a acosar a los hijos del presidente, a mentir descaradamente en las redes sociales y yo me pregunto, ¿Cuánto dinero es suficiente para él?
La mano invisible del mercado se terminó no solo en nuestro país sino en el mundo. La civilización está buscando alternativas después de la larga noche neoliberal. Estas circunstancias ya rebasaron a esta derecha mexicana que se rehúsa a aceptar su nuevo rol marginal en un nuevo país.
Básicamente ya no pueden torcer el mercado para su ganancia personal.
Y esas señores, esas son excelentes noticias para todos nosotros.
Pero nos toca hacer nuestra parte. No permitirles que regresen.
Excelente semana.
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