Víctor Manuel Guerra García
ENAH
Regeneración, 4 de junio de 2021. Mucho revuelo causó en las redes el video que algunos músicos de Monterrey grabaron un spot mostrando su apoyo a Samuel García, personaje que ha resultado muy mediático no por sus propuestas sino por las continuas muestras de clasismo, se mencionaba en los comentarios de los cibernautas que el rock ha perdido esa esencia crítica por sumarse a una campaña política, pero habría que plantear que la música en general tiene diferentes formas de acompañar a las campañas electorales.
Tenemos al menos cuatro diferentes formas, la primera cuando los candidatos en cuestión echan mano de una pieza en especial que tiene cierto éxito y con su base rítmica hacen una versión nueva donde se enaltecen sus cualidades y propuestas; una segunda forma es la composición de una canción o pieza especial para un partido o candidato, la tercera y cuarta son quizás la que más polémica causan; la tercera es cuando los músicos y cantantes acompañan en un spot o lanzan un video apoyando a un político y la cuarta es cuando son contratados para tocar en eventos de campaña.
El primer caso se ve cotidianamente en la actualidad donde los candidatos, principalmente en cargos como diputaciones o presidentes municipales donde se reversionan canciones de reggaetón, algo hasta cierto punto normal, puesto que es como componer un jingle publicitario.
El segundo caso la vemos en casos de mayor alcance donde los compositores ponen su creatividad al servicio de un partido y su candidato, los dos ejemplos más emblemáticos son por un lado el spot de Juan Gabriel en la campaña presidencial del año 2000, por el otro es la composición de Moy Barba, “movimiento naranja” estrenada en diciembre de 2017, interpretada por el niño Yuawi López, integrante del grupo Venado Azul, grupo musical Wixarika, esta canción quizás la de mayor proyección en cuanto a música de campaña política al grado de ser solicitada hasta en fiestas y eventos sociales, eso lo pudo constatar un servidor.
La tercera es cuando aparecen músicos apoyando o grabando un spot a favor de un candidato, aquí es donde la polémica surge porque, por ejemplo, Plastilina Mosh, Genitallica, Tropical Panamá, Ronda Bogotá y Pato Machete, salen cantando una composición basado en una expresión de Samuel García “Ponte Nuevo, Ponte León, ponte puro Nuevo León” producido por Moy Barba, que sinceramente no sé porque causa tanta molestia si ninguno de los mencionados componen o integran colectivos contestatarios, es decir, no hay cuestionamientos al sistema en sus composiciones como para que los escuchas del rock se rasguen las vestiduras.
Un ejemplo de esto también se puede considerar la campaña Tu rock es votar, del año 2006, cuando varios artistas se sumaron a una campaña para convocar a los jóvenes a votar, entre los que destacaron estuvieron Fobia, Julieta Venegas, Plastilina Mosh, Molotov y Meme de Café Tacvba, su lema “Si no votas cállate” esto provoco que varios músicos de rock y otros géneros marcaran distancia de esta campaña diciendo que el no votar también era una postura política, aquí la coincidencia esta en que la politización de los grupos realmente no es sólida.
En el cuarto caso, pues es la contratación de eventos en vivo donde los asistentes escuchan a los grupos, aquí la desaprobación o la polémica que puede causar es por un lado lo que representan esos grupos para un sector de la población y por otro la actitud de los grupos, sea cumpliendo solo con su trabajo o arengando al voto del partido que les paga.
La música tiene diversos usos y significaciones en el terreno político, algunas de mejor calidad y producción otras no tanto, sin embargo, es necesario reflexionar en el sentido no solo de las piezas musicales sino como construimos una identidad con aquellos que aparecen en los spots y como se tejen redes de publicidad y trabajo a través de las campañas electorales.