Derrame de Grupo México en Sonora deja secuelas en 76% de pobladores

Pobladores de comunidades aledañas a los ríos Sonora y Bacanuchi, afectados por el derrame de Grupo México del 2014, presentan graves afectaciones como la presencia de cobre y aluminio en la sangre, además de casos de cáncer de piel y daño a los riñones e hígado. 

sonora

Regeneración, 21 de abril de 2016,.-40 mil metros cúbicos de sulfato acidulado fueron derramados a los ríos sonora y Bacanuchi el 6 de agosto de 2014, por la mina Buenavista del Cobre, de Grupo México.

Las enfermedades y padecimientos producto de la contaminación de ambos ríos han sido una contante creciente entre la población de comunidades aledañas. Se han detectado casos de cáncer de piel, y daños en órganos como riñones e hígado.

En fechas recientes, un equipo de profesionales de la salud procedente de Estados Unidos entregó un diagnóstico realizado en seis de ocho ubicaciones aledañas al cauce del agua envenenada por la mina hace dos años.

De él, se obtienen datos que señalan que cerca del 76% de los integrantes de una muestra de mil habitantes, padece al menos, problemas en la piel.

Además, 78% de los pacientes de la muestra padece de afectaciones en los ojos, dolores regulares de cabeza, y malestares diversos.

La misión humanitaria estadounidense entrevistó a mineros, visitantes de Cananea, pobladores de Bacanuchi, Tahuicopa, Baviácora, Ures, Topahue y El Molinito.

Compuesta por sindicalistas, personas de la academia, profesionales de la salud y periodistas, esta misión ha concluido que ante tales afectaciones y su gravedad, el gobierno mexicano debería exigir a empresa minera Grupo México la instalación de clínicas accesibles a comunidades rurales, para que atiendan adecuadamente estos casos. Los daños ocasionados por la empresa deben ser atendidos.

Según testimonios de pobladores, hay familias enteras con grave deterioro de salud. El fideicomiso creado por Grupo México no ha realizado suficientes estudios a fondo, ya que no contempla los análisis necesarios para detectar presencia de metales en el cuerpo humano.

Aunado a la crisis sanitaria, está el problema de la falta de empleos, y autoridades locales como la gobernadora Claudia Pavlovich, el presidente municipal y otros funcionarios del estado no cumplen con sus promesas de ayuda a las comunidades.

Una de las medidas urgentes que tanto autoridades locales como empresa deben tomar es la instalación de plantas potabilizadoras de agua que eliminen los metales pesados, pero a la fecha sólo se ha construido una planta tratadora en Bacanuchi, que aunque fue inaugurada el pasado 4 de febrero aún no opera.