El día 12 de abril, pero de 1813, las tropas insurgentes de José María Morelos rompen un sitio de veintisiete meses y logran tomar la ciudad de Acapulco.
José María Morelos dio la orden de que se ejecutara el asalto final. El combate se extendió a lo largo del día con gran dificultad para los atacantes, puesto que recibían un nutrido fuego proveniente del fuerte de San Diego, del fortín del Padrastro, del Hospital y de dos bergantines que desde el mar hostilizaban a los insurgentes.
Las fuerzas españolas se refugiaron en el Fuerte de San Diego, donde lograron resistir hasta agosto del mismo año, cuando se firmó un tratado de rendición entre José María Morelos y Pedro Vélez, defensor realista de la plaza de Acapulco.
La victoria insurgente fue fundamental pues el puerto era uno de los puertos más importantes y parte fundamental a lo largo de su estrategia de guerra