Niños pobres sufren envejecimiento prematuro

*El ambiente, tanto social como económico, en el que crecen los niños provoca un estrés que altera drásticamente el estado genético de salud 

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Regeneración, 12 de abril 2014.-Un nuevo estudio, realizado por el Dr. Daniel Notterman en la Universidad de Penn State, investigó a un grupo de 40 niños de 9 años, la mitad pertenecientes a grupos desfavorecidos y la otra mitad de hogares privilegiados. El estrés causado por una vida a los márgenes de la sociedad provoca una reducción drástica de los telómeros.

Estos telómeros son puntas protectoras especiales que comienzan y concluyen cada filamento de ADN, las cuales se recortan un poco con cada división de las células en el cuerpo y son responsables por una gran cantidad de los efectos del envejecimiento.

En el estudio, se encontró que los niños desfavorecidos presentaban, en promedio, telómeros tan cortos que no sorprendería verlos en personas varias décadas mayores que los niños de 9 años en el estudio. Los niños cuyas madres cambiaron de pareja más de una vez antes de que estos alcanzaran los 9 años de edad tenían telómeros un 40% más cortos que aquellos cuyas madres permanecieron en relaciones estables. Los niños cuyas madres completaron una carrera universitaria, por la otra parte, demostraron telómeros 35% más largos, en promedio, que los niños cuyas madres no fueron a la universidad.

En general, se asociaron también madres más jóvenes y estilos de crianza más severos con una reducción de los telómeros. El ambiente, tanto social como económico, en que crecieron estos niños provocó un estrés que terminó por drásticamente alterar incluso el estado genético de salud de estos niños. Aunque la relación entre los telómeros y la salud no es completamente entendida aún, el caso es que se encontró una clara relación entre el estrés físico y cambios biológicos irreversibles en el cuerpo, aún en niños lejos de la edad adulta; esto presenta un caso claro para la intervención en la vida de niños desamparados, donde se podría evitar mayor daño genético al proveer educación y seguridad en el hogar.

El estudio se realizó con tan sólo 40 niños, lo cual no hace definitivos a los resultados, pero el siguiente paso es confirmarlos con un estudio mayor, el Dr. Notterman se encuentra en la fase de planeación para un estudio de 1,000 niños, los cuales serían evaluados a los 9 años de edad y 6 años después a los 15 años de edad.

Información:  www.theverge.com