18 de julio 2014.-La situación en la Franja de Gaza empeora a medida que pasan los días y los crímenes de guerra son cada vez más evidentes. Aunque parezca increíble, el Centro de Rehabilitación Al-Wafa, es también un objetivo de las fuerzas de ocupación israelíes.
La operación “Margen Protector”, iniciada por la entidad sionista en la madrugada del martes 8 de julio, suma ahora, además de las más de 192 víctimas mortales y un número de personas heridas que ronda las 1500, las consecuencias derivadas de la saturación de los hospitales y de la destrucción material causadas por unos ataques que hasta ahora se han prolongado durante 8 días.
La destrucción material está suponiendo importantes obstáculos en el traslado de las víctimas a los hospitales para que puedan recibir asistencia médica, hecho al que tenemos que sumar el peligro que implica el rescate de las mismas- que en muchas ocasiones se encuentran sepultadas bajo los escombros- por la amenaza real de un nuevos ataques, dado que las fuerzas israelíes atentan contra los mismos objetivos en repetidas ocasiones, provocando que las personas que acuden a auxiliar tras un bombardeo se conviertan en objetivos y víctimas de los posteriores.
El esfuerzo del personal sanitario en los hospitales, donde no han dejado de trabajar en ningún momento, es enorme; como también lo es el de los paramédicos, muchos de los cuales han hecho público entre la población sus números de teléfono personales, indicando además las áreas en las que se encuentran, para poder ofrecer una primera asistencia a las víctimas en el menor tiempo posible, y en tanto se produce su traslado a hospitales que ya se encuentran en estado de emergencia. El constante flujo de personas que precisan asistencia está desbordando las escasas reservas de unos hospitales ya de por sí desabastecidos, como consecuencia del bloqueo impuesto en 2006 por las fuerzas de ocupación israelíes; los medicamentos y el material quirúrgico se agotan.
La población civil está siendo objeto de los ataques que se dirigen a áreas agrícolas, a estructuras como viviendas o mezquitas, a vehículos particulares, a las principales calles de las ciudades de la Franja de Gaza, como el atentado en Sheik Radwah, en Gaza City, que causó la muerte de 5 palestinos; pero también a los hospitales y centros de atención especializados, como el que este domingo se dirigió contra una clínica de tratamiento de discapacitados mentales, que también asiste a niñas con parálisis cerebral y huérfanas, que causó la muerte de dos mujeres: Suha Abu Saada de 47 años y Ola Wishaa de 30, y provocó quemaduras de segundo y tercer grado en otras dos y a la mujer que se encontraba a su cargo.
Todos estos objetivos evidencian el carácter criminal de la operación israelí “Margen Protector”, entre cuyos objetivos también se encuentra el Centro de Rehabilitación Al-Wafa. Se trata de un centro no gubernamental, situado al Noreste del territorio, que ofrece servicios médicos de rehabilitación y fisioterapia, cubriendo una de las más urgentes necesidades de población de Gaza, tan acostumbrada a sufrir los castigos colectivos impuestos por el régimen israelí. Al-Wafa es el único centro en la Franja de Gaza que ofrece tratamientos de atención tanto física y como ocupacional, con terapias de rehabilitación cognitiva y recreativa, terapia del habla. Además, este centro destaca por ser el único en ofrecer la terapia V.A.C. para estimular la creación de tejidos en heridas crónicas, quirúrgicas, causadas por quemaduras, heridas traumáticas, evitando las complicaciones posteriores causadas por infecciones al acelerar la curación de este tipo de úlceras tan habituales en Gaza.
El hospital, con capacidad para atender a 50 pacientes externos e internos, atiende además a personas afectadas por lesiones de la médula espinal, derrames cerebrales, lesiones cerebrales, enfermedades neuromusculares, reumáticas o que han sufrido amputaciones; el objetivo del centro es ofrecerles niveles óptimos de independencia.
La alarma en Al-Wafa saltó el viernes por la mañana, cuando sufría el impacto de cuatro misiles lanzados desde drones, todos en el ala este del hospital. Los ataques causaron dos heridos leves. Tras esto, el director del centro, Dr. Basman Alashi, decidió evacuar a los pacientes que no precisaban asistencia continuada, mientras que el resto, un total de 14, fueron trasladados a la primera planta.
Tras estos ataques el director del centro recibió una llamada en árabe, con marcado acento israelí, que se interesaba por saber si quedaba alguien en la parte superior del edificio y preguntaba sobre las intenciones de evacuación del centro.
Ante esta realidad un grupo de 8 internacionales decidieron trasladarse al centro para actuar como escudos humanos y evitar un nuevo ataque ante la imposibilidad de evacuar a los enfermos y la determinación del personal de no abandonarles. Los enfermos, que dada su edad- todos mayores de 60 años- ya han vivido varias agresiones como la que ahora está sufriendo la población de la Franja de Gaza, no son ajenos a la situación, al ser conscientes del ruido y movimientos causados en el edificio por las explosiones que se producen en su interior y alrededores. Sus rostros reflejan miedo no tanto a la muerte como a ser abandonados, ante lo que el personal que les asiste ha tomado la férrea determinación de permanecer junto a ellos hasta que esto termine, en una u otra manera.
Los internacionales, procedentes de Venezuela, España, Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Suiza, Nueva Zelanda y Australia, comunicaron al régimen israelí mediante rueda de prensa su presencia en el hospital y las características de las personas que se encontraban en su interior, señalando que se trata de personas, todas mayores de 60 años, que sufren situaciones crónicas que obligan a una asistencia continuada de 24 horas, se trata de pacientes en coma, sujetos a alimentación intravenosa, con respiración asistida o discapacidades físicas, que limitan la posibilidad de que sean evacuados.
Sin embargo, esta actitud del personal del centro de rehabilitación y de los internacionales allí desplazados no ha evitado que el viernes por la tarde un proyectil golpeara la cuarta planta, 2 a.m., del hospital, demoliendo un muro y causando dañando puertas y ventanas. La estructura del edificio también se vio afectada por las explosiones que en la tarde del 12 de julio afectaron a una manzana de viviendas cercanas y que han dejado un total de 22 muertos y más de 50 heridos.
No podemos olvidar que el centro de Rehabilitación Al-Wafa se encuentra en el Noreste de la Franja de Gaza, donde la población está siendo amenazada constantemente por el ejército israelí que les ha advertido que deben abandonar sus casas, por lo parte que parte de los habitantes se han refugiado en el centro y el sur del territorio gazatí. Sin embargo, desde el centro Al-Wafa la respuesta es la de no abandonar a los enfermos que no pueden ser evacuados.
Los internacionales mantendrán su presencia allí junto a los enfermos y el personal sanitario, situación que es conocida por las fuerzas de ocupación israelíes, únicas responsables de lo que ocurra si se produce un nuevo ataque. Ante la indiferencia de la entidad sionista a la información que sobre los enfermos y la presencia internacional se le ha transmitido con la intención de evitar que un nuevo ataque sobre Al-Wafa se ha tomado la determinación de hacer llegar esta información a los diferentes gobiernos para que sean éstos quienes insten a la entidad sionista a no atacar el Centro de Rehabilitación y detener la operación israelí ante la evidencia de los crímenes de guerra que está cometiendo.
Información: Rebelión