El BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) es un arma contra los ocupantes de Palestina

Regeneración, 25 de julio 2014.-Las noticias que llegan sobre la realidad de Palestina son terribles como pocas en todo el mundo. El ocupante sionista que ignoraba al pueblo palestino o eso manifestaba públicamente, ahora se indigna porque desde los cuatro puntos cardinales la solidaridad pone en riesgo la misma existencia estable del invasor. De todas las partes del mundo las buenas gentes solidarias dejan de comprar productos que vienen con etiqueta de Israel o que aparecen con los números 729. Pero además, organizaciones de carácter comercial, política, social, alzan su fuerza en auxilio del pueblo palestino y señalan al estado de Israel como un estado que repugna a la condición humana. Nos informa de forma precisa sobre aspectos fundamentales de la realidad y la solidaridad con el pueblo palestino, una persona conocida por su compromiso, una persona cuyas palabras deben servir de elemento de referencia para mirar a Palestina, esa persona es Santiago González Vallejo, economista y miembro cofundador del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, asociación integrada en la Red de Solidaridad contra la Ocupación de Palestina (http://causaarabeblog.blogspot.com.es/ y http://www.nodo50.org/causapalestina/).

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1. El BDS es primera noticia en prensa, ¿el BDS progresa?, ¿hay empresas, estados, sindicatos, partidos, plataformas ciudadanas en todo el mundo que apoyan el BDS?, ¿cómo ves el futuro la empresa sionista?

-La Campaña de Boicot, Sanciones y Desinversiones, que es el significado de BDS, fue puesta en marcha por la sociedad civil palestina y acogida por los grupos de solidaridad de todo el mundo. Es un llamamiento moral y práctico al mismo tiempo. Si se quiere la paz, no se puede estar a favor de la ocupación israelí. Ni ser cómplice de la misma.

Es la sociedad civil la que está tomando la iniciativa frente a la ocupación israelí. Lo hace frente a los hechos consumados de la ocupación sionista, las colonias, la expropiación de tierras, el Muro, el bloqueo de Gaza, la discriminación y el apartheidque sufre la población palestina…, lo hace porque ya no se puede mantener la distracción de unas supuestas negociaciones eternas entre líderes mientras se profundiza en la ocupación y la colonización de la economía palestina, todo ello con la complicidad de los diferentes gobiernos y la “diplomática” comunidad internacional.

Estamos desarrollando la Campaña de Boicot, su porqué y contra quién. Identificamos empresa a empresa, producto a producto al que se le hace campaña de boicot, en función de la capacidad de los grupos más comprometidos. Pero este llamamiento ético, contra la ocupación y el apartheid sionista, hace que cada vez más, personas, entidades sociales y empresas se vean impelidas a tomar postura. No se puede ser indiferente ante la injusticia y no se puede colaborar con la ocupación comprando un producto israelí o aplaudiendo a un artista que avala la actuación del ejército de ocupación israelí. Pero nos falta mucho. Hay desconocimiento en muchos, a los que intentamos esclarecer los hechos. En otros hay una indisimulada complicidad con el status quo, que favorece la posición sionista, por su alineamiento con el más fuerte y su interés en relacionarse con los poderes. Pero chocan con la ética y con la defensa de los derechos humanos.

Esta bola de nieve del BDS, a favor de la justicia y contra la ocupación, seguirá creciendo. Y como en la Sudáfrica de la supremacía blanca, si las personas que no vivimos en Palestina, pero que sentimos empatía a favor de la paz y de la justicia, continuamos en esta labor, erosionaremos hasta la caída a este régimen sionista que promueve la ocupación y el apartheid contra los palestinos. Cada vez más, aún minoritarios, hay israelíes que se revuelven contra los fundamentos de su Estado y reclaman reconocer al ‘otro’, al palestino y sus derechos. Pero mientras se mantenga la supremacía de la conquista y no haya costes (y esa es la labor del BDS) para la ideología sionista, no conseguiremos romper el status quo de la opresión.

2. ¿Puede acabarse con la ocupación sionista mediante el boicot cultural, empresarial, político y social? 

-Todo tiene que contribuir. El que el físico Stephen Hawking haya renunciado a ir a Israel explicitando que «si hubiera asistido, habría dejado clara mi opinión de que la política del actual Gobierno israelí conduce probablemente al desastre» o que Saramago y otros escritores como Henning Mankell, participante del barco Mavi Marmara, pirateado por Israel, y artistas como Ken Loach se pronuncien a favor del boicot hace que éste vaya extendiéndose y popularizándose. Esto contribuye al boicot a las empresas israelíes y multinacionales, que se benefician de la colonización, independientemente de que estén en colonias o «dentro» de las fronteras reconocidas como Israel.

El boicot empresarial e inversor es otro de los caminos para romper la ocupación y el apartheid que sufre la población palestina, ya sea en los Territorios Ocupados o «dentro» de Israel. También lo sufren los palestinos del exilio. Un palestino refugiado en Siria no puede volver a su hogar, mientras una persona que se declare judía de Madrid, Nueva York o Buenos Aires puede solicitar la nacionalidad israelí y, si es joven, le pondrán una pistola para que, como cualquier israelí, amenace a los palestinos.

3. Con las declaraciones del enviado de Obama a Israel sobre el peligro que suponen las ocupaciones sionistas y la protesta del gobierno israelí por esas palabras, ¿crees que aparece una pequeña grieta entre los dos gobiernos?, ¿qué debía ocurrir para que se hiciese realidad que Israel quedase sin su financiador?

-John Kerry, Secretario de Estado estadounidense, verbaliza una tensión creciente entre las élites de Estados Unidos por la intransigencia israelí. Pero los lazos ideológicos entre el sionismo y las élites estadounidenses son muy fuertes y mantienen su alianza. Sólo hay que ver las manifestaciones de crítica, simples, cuando Israel sigue construyendo más colonias, o más Muro en Cisjordania, por otra parte semejantes a las declaraciones melifluas de nuestros gobernantes europeos y latinoamericanos. Sólo hubo una ocasión en que Estados Unidos amenazó con no avalar la deuda exterior israelí. Fue cuando Bush padre ofreció una Conferencia en Madrid de paz a cambio de la entusiasta participación árabe en la primera guerra del Golfo, sirviendo la estrategia estadounidense. La Unión Europea sigue ofreciendo más acuerdos a Israel sin contraponer nada y Latinoamérica, con Mercosur a la cabeza, pero también Colombia y México tienen acuerdos de libre comercio con Israel y siguen en sus declaraciones vacías. Pero por otra parte la Asociación de Estudios Americanos, una asociación académica de historia de EEUU, con 5.000 miembros ha proclamado el boicot académico a las universidades israelíes. Por eso es tan relevante la respuesta cívica del BDS. Hay ciudadanos estadounidenses que ya no se tragan el discurso de este Israel y no quieren ser aliados de la opresión.

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4. En el Gobierno israelí se discute si atacar a los miembros del BDS o no atender a las campañas que lleva a cabo, pero los activistas en favor de la justicia y la paz en Palestina han sido atacados de continuo por el Mosad ¿no es así?, ¿qué pueden estar planteándose entonces?

-Perdón, pero sí hay un ataque. Hay una ley israelí que castiga a los israelíes que pidan el boicot. Porque sí hay israelíes, que han nacido allí, qué casualidad, pero han abrazado la lucha por la justicia y contra la ocupación y son nuestros aliados y son perseguidos. Después hay otro grupo también minoritario, pero más amplio, que hacen boicot sólo a las colonias. Hay objetores de conciencia, etc.

La campaña de BDS es considerado un peligro por el Ejecutivo israelí, que lo ha encuadrado en el Ministerio de Asuntos Estratégicos. No tanto porque ahora sea el BDS grandísimo, aunque está creciendo, sino porque alberga la termita de la deslegitimación de la imagen que quieren imponer de un Israel ‘normal’ con sus problemillas, sus 15M, y sus chachis gays, etc, obviando su carácter globalmente imperial y racista. No puede ser democrático un Estado racista y que incumple el derecho internacional impunemente. Y ese es el mensaje del porqué el BDS rompe el espinazo de su supuesta legitimidad.

Por eso, la campaña del BDS también tiene que ser cuidadosa en el lenguaje, diferenciar a unos israelíes de otros, no identificar a judío con israelí, ni como racista. De hecho en el BDS hay muchos judíos, de muchas nacionalidades. Hay todo un departamento israelí y muchos grupos sionistas que trabajan para deslegitimar al BDS o que quieren rebajar el alcance del BDS, por ejemplo en el terreno académico, planteando la libertad de opiniones académicas, mientras apoyan a la universidad de Ariel en los Territorios Ocupados, tomando partido por el status quo y el mantenimiento del expolio palestino.

5. La UE admitió como socio a Israel, pero ahora ha aprobado una directiva en la que se dice que los productos que vienen de los Territorios Ocupados no pueden pasar como productos israelíes, ¿nos puedes explicar a qué se debe ese movimiento?

-No es una directiva, sino una recomendación, auspiciada por muchos países y sigue con retraso las recomendaciones de los cónsules europeos en Jerusalén (de todos los gobiernos y tendencias políticas). Obedece a buscar algo de coherencia entre sus acciones de ampliar los acuerdos con Israel, de investigación, farmacológico, etc., y sus declaraciones que dicen que las colonias ahogan la viabilidad de un posible Estado palestino, rechazando asumir las consecuencias lógicas que tendrían que realizar, paralizando cualquier acuerdo, porque las colonias son parte y no una excrecencia de la política que define al Estado sionista.

Las recomendaciones de la UE son una respuesta tibia a los llamados de la sociedad civil europea y también palestina que acusan con razón de que no había diferencia práctica entre las acciones del ’amigo’ americano y la UE con respecto a la política de hechos consumados israelíes. Todavía no se ha llevado a la práctica y todavía no ha habido ninguna afectación aduanera de esas recomendaciones. Pero su simple enunciación, hará mover la máquina burocrática y eso contribuye a la debilitación de la impunidad israelí.

6. La Jurisdición Universal fue limitada por el PSOE y anulada por el PP, unos empiezan la demolición y otros acaban la demolición, ¿afectó la Jurisdición Universal a Israel? Su anulación ¿da impunidad a los criminales sionistas en España? 

-La limitación de la Ley de Jurisdicción Universal realizada por el PSOE y aprobada por los restantes grupos nacionalistas de derecha y el PP, dejaba sólo la posibilidad de demandar si las víctimas eran españolas. Ahora la Proposición de Ley del partido PP (saltándose de esa manera los preceptivos informes del Consejo de Estado si hubiera sido propuesta por el Gobierno) ni siquiera da esa posibilidad, porque establece que el acusado debe encontrarse en España. Por lo que es difícil que en asuntos de crímenes de lesa humanidad se puedan plantear nuevos casos y, además, al pretender la retroactividad, conllevaría el archivo de los casos ya presentados.

Ésa sería la situación de los casos que afectan a Israel, en los que el CSCA forma parte de la acusación popular. Con la nueva propuesta, de estar vigente, decaerían. Pero la actitud del Gobierno y de su mala baba se ha demostrado antes incluso de la presentación del Proyecto mencionado. En noviembre pasado, el Gobierno invitó por medio del CESEDEN y del Centro Sefarad-Israel, dependientes del Ministerio de Defensa y de Exteriores respectivamente, a dos acusados de crímenes de guerra, Avi Dichter, ex jefe de inteligencia israelí y Dan Meridor, Ministro de Defensa en tiempos del asalto al Mavi Marmara, con víctimas españolas, repudiando cualquier atisbo de empatía con las víctimas y no facilitando ningún interrogatorio, dando carta blanca a la impunidad y a que se vuelvan a repetir más crímenes por parte israelí. 

7. ¿Qué tienen en común y en qué se diferencia la colonización sionista del apartheid sudafricano?

-En común que quieren deshumanizar al ‘otro’, sea el autóctono sudafricano o el de origen palestino. A partir de no reconocerle derechos, crean leyes específicas que dan supremacía a un grupo humano sobre otro, ley de ciudadanía, Fondo Nacional Judío, segregación de espacios (carreteras de uso exclusivo, colonias), etc. Hay en ambos la intención de apoderarse de los recursos económicos y naturales más valiosos.

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La diferencia es que el Estado de Israel se quiere quedar con todo el territorio de la Palestina histórica y promueve políticas de ir expulsando, poco a poco, en una relativa baja intensidad, a los palestinos. Les hace la vida imposible para que se vayan, que no haya esperanza de una vida mejor. Que se queden sin profesionales, que haya una total dependencia económica, que no puedan cultivar, vender sus productos, que no puedan ejercer su profesión… A los que se quedan, se les confina en unos nuevos bantustanes y se les expulsa del Negev, del Valle del Jordán o de Jerusalén. Se les hace cada vez más dependientes de la ayuda internacional. ¡Gracias a la forma de esas negociaciones, el ocupante pasa su responsabilidad jurídica, en función de las Convenciones de Ginebra, a la comunidad internacional para que les provea de recursos que, encima, en muchos casos, son comprados a los propios israelíes!

Lo que diferencia la situación palestina a la antigua Sudáfrica es la lentitud del proceso. Todo lentamente, con una violencia cotidiana de baja intensidad, con muertos y expropiaciones, que los medios no publican, aunque con graves matanzas que todos recordamos, con una opinión pública anestesiada por unas negociaciones eternas y la complicidad de la comunidad internacional. Frente a la burda represión sudafricana blanca, los israelíes se venden como democráticos, y con los mismos ‘valores’ occidentales, participan en Eurovision y el Maccabi juega las ligas europeas. Pero ahora con esas ‘negociaciones’ hay cerca de 5.000 presos palestinos, varios millones de desplazados y refugiados palestinos y… el despertar las conciencias y el mostrar la inoperancia de los gobiernos por parte del BDS. Un instrumento que nos vuelve a acercar a la experiencia sudafricana, donde no fueron los gobiernos -Mandela era un terrorista para los Estados Unidos-, sino los activistas, los artistas y el daño a las empresas que traficaban con esa Sudáfrica supremacista, los que cambiaron la situación. 

8. A pesar del genocidio sionista conocido en todo el mundo hay personajes públicos que colaboran o han colaborado con la ocupación, y gracias a que los activistas del BDS han actuado en favor de la justicia y la paz en Palestina hemos sabido que otros han actuado en Israel a pesar de los llamamientos del BDS para que cancelasen sus viajes como Sabina, Serrat, Merce, Chambao, Antonio Muñoz Molina… Y ahora Scarlett Johansson que se ha vendido a Sodastream para hacerles una campaña de sus productos, ¿qué hay que decirles a los colaboracionistas del sionismo y la normalización de la ocupación de Palestina? 

-La llamada de la sociedad palestina, que las gentes del BDS hacemos nuestra, es que no se debe colaborar con este Israel. Este Israel que hace de la conquista y del racismo su fundamento. No se puede admitir la normalización de un Estado que vulnera planificadamente los derechos humanos y que pretende la supremacía de un grupo sobre la población palestina. Y no se puede argüir que se está a favor de la paz y de unas negociaciones, mientras que es visible la ocupación y el ejercicio de la fuerza israelí. Hay que estar en contra de la violencia de la ocupación y del racismo. No vale ya el pretender ser equidistante en el ’conflicto’, eufemismo para evitar la palabra ocupación. El sufrimiento palestino no admite que una persona como Johansson crea compatible ser ‘embajadora’ de la paz y de los derechos humanos y publicitar a una empresa israelí sita en los Territorios Ocupados; que Noa, una cantante israelí, se junte con Serrat a cantar Mediterráneo y que apoye el bloqueo de Gaza; o que Muñoz Molina hable de reivindicar la memoria en prosa poética y reciba un premio del alcalde israelí de Jerusalén, el mismo que expropia y desahucia a los palestinos jerosolimitanos. Si se quiere una paz justa hay que luchar contra los ocupantes, nada de regalarles el oído, y menos después de sesenta años. 

9. ¿Cómo se puede colaborar con el BDS?

-Participando en esta Campaña que es de largo recorrido y tiempo.

Rechazar los productos israelíes. Identificar a los productos israelíes que hay en el mercado, sean patatas que Mercadona y otros importan; los bienes o sales de belleza Ahava o Premier, Sodastream, fabricante de maquinitas de refrescos, que, por cierto, sus acciones han caído tras divulgarse que la fábrica está en una colonia en los Territorios Ocupados y Oxfam rechazar a su anunciante, Scarlett Johansson, por ser incompatible para esta organización humanitaria que fuera su embajadora y promover anuncios de ese fabricante.

Hay páginas web que facilitan el trabajo, http://boicotisrael.net/. .

E incidiendo en las esferas empresariales de colaboración, lograr que nuestros bancos o fondos de inversión, como han hecho los noruegos o el banco holandés, PGGM, abandonen sus inversiones con empresas israelíes o rechazar que otras, como Veolia u Orange, multinacionales, sigan alimentando la ocupación. 

Finalmente, quería señalar que la lucha contra el apartheid en Sudáfrica duró años. Mandela siguió en la cárcel, mientras los Julio Iglesias, cantante, o los deportistas Ángel Nieto, Ballesteros y Orantes, disfrutaban de una Sudáfrica de blancos. Ahora alegarían ignorancia de su comportamiento y que quieren la ‘paz’.

No se puede alegar ignorancia. Hay toda una biblioteca de informes de las Naciones Unidas, de sus agencias, de los cónsules europeos, de múltiples organizaciones humanitarias que nos informan de cómo cada día se mantiene la aberración de la ocupación y el apartheid. Y está en nuestra mano evitarlo.

Ramón Pedregal Casanova es autor de “Dietario de crisis” (en Libros libres, de rebelion.org) y es autor de “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, edita Fundación Domingo Malagón.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.