Los sacerdotes Martín Mena Carrillo y Francisco Velázquez Trejo fueron demandados por cometer abuso sexual contra Luis Felipe Izquierdo Cundafe entre 2007 y 2008.
Regeneración, 9 de febrero de 2016.- Luis Felipe Izquierdo Cundafe presentó una demanda por daño moral en el Juzgado Tercero Civil del Primer Distrito Judicial de Campeche contra los padres Martín Mena Carrillo y Francisco Velázquez Trejo, además demandó a Ramón Castro y Castro, Obispo de Cuernavaca, y José Francisco González González, Obispo de Campeche, por supuesto encubrimiento.
El actual «sacerdote veterocatólico», como se define, presentó la demanda por daño moral y psicológico el 30 de noviembre del año pasado.
Ya en julio de 2015, el originario de Huimanguillo, Tabasco, había hecho público el presunto caso de pederastia, aunque no había emprendido acciones legales.
El escrito que Izquierdo presentó al juez señala que a principios de 2007, cuando tenía 16 años, viajó de Mérida a Ciudad del Carmen, para participar en una misión de paz.
Durante la misión de 15 días, a la cual fueron otros jóvenes, conoció en la parroquia de la «Divina Providencia» al padre Martín, quien lo invitó a entrar al Seminario de Campeche.
Izquierdo aceptó y en julio del mismo año regresó a dicha iglesia, donde Martín le dijo que primero se haría cargo del apoyo espiritual a grupos juveniles de la comunidad.
Según la demanda, el padre dio a Izquierdo un trato «muy especial», con regalos y paseos, hasta que una noche de agosto lo invitó a su habitación, en la casa de la parroquia.
«Estaba (el padre) con una botella de licor y me dijo ‘toma’, y me dio a tomar, era la primera vez que tomaba licor. Entonces comenzó a tocarme la pierna y acariciaba mi parte íntima.
«Mientras me acariciaba mi miembro, con voz excitada me decía ‘esto es normal, no pasa nada, esto es cariño que se demuestra cuando uno quiere mucho, y yo te quiero mucho’. Ese día me hizo sexo oral en la hamaca donde dormía», aseguró Izquierdo en el documento.
Días después, Martín lo volvió a invitar a su cuarto, a lo cual accedió. El escrito señala que esa noche el entonces adolescente fue obligado a penetrar al padre. En octubre del mismo año, Luis Felipe conoció en la ciudad de Campeche al padre Francisco Velázquez Trejo, «El Bimbo», de la parroquia del «Sagrado Corazón de Jesús».
Meses después, ya en 2008, el padre Francisco fue a la «Divina Providencia» y luego de ingerir bebidas alcohólicas con el padre Martín y Luis Felipe, invitó a éste a su habitación.
«Comenzó a tocarme mis genitales. Yo estaba muy nervioso porque el cuarto de Martín quedaba cerca y se podía enojar conmigo.
«En ese momento el padre Francisco me dijo que lo penetrara porque sabía lo que hacía con Martin, y me amenazó. Me vi obligado a (hacerlo)».
Intentos de suicidio y exilio
Luis Felipe relata que también fue acosado por otro padre identificado como «Leobardo», por lo que intentó suicidarse en tres ocasiones, cuando ya había entrado al Seminario.
Cuenta que el 18 de marzo de 2009 se tomó «un montón» de pastillas que había en la enfermería del seminario. Días después hizo lo mismo y luego trató de ahorcarse.
El joven llamó entonces a sus tíos Rafael y Miguelina, quienes fueron por él una semana después. Sin embargo, regresó al Seminario a finales del mismo año.
Durante «buen tiempo», refiere, se dio cuenta que Martín le hizo lo mismo a otros menores, por lo que decidió revelar el abuso al entonces Obispo de Campeche, Ramón Castro y Castro.
Sin embargo, éste lo amenazó con meterlo a la cárcel si ventilaba algo. El padre Francisco también lo contactó para ofrecerle dinero a cambio de no decir nada.
Luis Felipe se fue del seminario y viajó a Chile donde radica actualmente y profesa la religión veterocatólica, también conocida como Iglesia católica antigua.
Revelación
El demandante dice que envió cartas contando lo sucedido al Cardenal Norberto Rivera, al Obispo de Tabasco Gerardo de Jesús, así como al Arzobispo de Yucatán y al Nuncio Apostólico.
«Pasaron los meses y me llegó un correo, era el Obispo Ramón Castro y Castro, reclamándome y reprochándome por qué había enviado cartas a los Obispos.
«Manifestándome que él me había apoyado económicamente y me apoyó en todo», apunta. En dicha comunicación, aparentemente en 2014, Castro le pide a Luis Felipe hablar primero antes de recurrir a «otras formas».
El año pasado, Luis Felipe envió una carta al Papa Francisco con detalles del caso. El contenido de la misiva se publicó en el Diario Tribuna de Campeche el 2 de julio.
«Entre los sacerdotes hay autoprotección, son una mafia porque la Iglesia no sanciona a los responsables. Tengo la decisión de denunciar estos hechos ante las autoridades competentes.
«Con el fin de que no continúen esos atropellos y violaciones cometidos por los sacerdotes católicos, porque no sabemos cuántos menores han sufrido lo mismo», indica.
Luis Felipe asegura que los «predicadores de la fe» se aprovecharon de él para obligarlo a cometer actos indignos, denigrantes y humillantes que dejan secuelas perdurables.
«Se me expuso al descrédito, deshonor y desprecio de amigos, familiares y de la sociedad, con lo que se me afectó en mis sentimientos, honor, decoro, reputación, creencias, vida privada».
Con información de Reforma.