Nuevo vuelco a la “verdad histórica”: historia sobre Avispones, manipulada

Familiares de las víctimas del equipo rompen el mutismo y revelan lo ocurrido en dicho ataque en el que calculan se hicieron más de 300 disparos por parte de policías municipales contra el autobús, por lo que murieron un joven jugador de Los Avispones, el chofer del mismo, así como una pasajera de un taxi que sólo pasaba por el lugar.

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Información original de Gustavo Sánchez B para Aristegui Noticias.

Regeneración, 02 de marzo 2016.- La PGR estableció como parte de su “verdad histórica” que el ataque a balazos contra el camión de Los Avispones de Chilpancingo, el 26 de septiembre 2014 en Iguala, Guerrero, había sido una “confusión”: jugadores de futbol “confundidos” con normalistas de Ayotzinapa, también atacados esa noche en la que desaparecieron a 43.

Sin embargo, a un año cinco meses de los hechos, familiares de las víctimas del equipo rompen el mutismo y revelan lo ocurrido en dicho ataque en el que calculan se hicieron más de 300 disparos por parte de policías municipales contra el autobús, por lo que murieron un joven jugador de Los Avispones, el chofer del mismo, así como una pasajera de un taxi que sólo pasaba por el lugar.

En una carta dirigida a María Guadalupe Murguía Gutiérrez, diputada del PAN que encabeza la comisión especial sobre el caso Iguala, firmada por “padres de jugadores y cuerpo técnico” del equipo, se asienta una nueva versión sobre este ataque.

El testimonio documental revela que Policías Federales detuvieron a los Avispones, 20 minutos antes del ataque; y después, los mismos elementos policiacos no auxiliaron a los heridos por balas, entre ellos el joven futbolista David Josué García Evangelista, quien finalmente perdió la vida.

Los familiares exponen: “por lo ya sabido ocurrido (sic) con los normalistas, se montó un retén y desviación en el puente antes del Palacio de Justicia, donde nos pararon POLICÍAS FEDERALES (a padres asistentes que viajaron en sus autos y al mismo autobús de Avispones)”.

Frente al Palacio de Justicia en Iguala ocurrió uno de los principales ataques contra los normalistas de Ayotzinapa.

Después de unos 10 minutos, los federales “dejaron pasar indistintamente autos chicos y camiones”, pero no el del equipo de fútbol que había jugado en Iguala aquella noche.

Cuando dejaron pasar a los padres, fueron escoltados por federales hasta la caseta de la carretera Iguala-Cuernavaca. Una de las madres siguió “mensajeando” con su hijo, quien iba a bordo del camión parado kilómetros atrás, desde donde le decía que “seguían detenidos y que todos pasaban y sólo ellos seguían ahí”.

Las familias avanzaron y el autobús no. Los mensajes se cortaron cuando se perdió la señal de celular de los padres, pero después ésta regreso y con ello los mensajes siguieron.

Uno de los futbolistas le envió este mensaje a su padre: “Papá dónde estás, regrésate, nos balancearon y nadie nos ayuda, me dieron 5 balazos”.

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“Es evidente que los POLICÍAS FEDERALES los tenían detenidos, para que los policías Municipales se adelantaran y los esperaran apostados en el fatídico crucero (de Santa Teresa) y allá fuera el ataque”, consideran los padres.

Por ello, acusan a la PF de detener a sus hijos y de ser “omisos” cuando ocurrió el ataque, presuntamente por parte de policías municipales.

Los familiares aseguran que los federales “tenían conocimiento de todo lo que estaba pasando. Y veinte minutos después de que los dejan pasar sucede el ataque”, que ocurrió entre las 11 y 12 de la noche del 26 de septiembre 2014, a la salida de la ciudad.

“Manifestamos que el ataque a nuestros hijos fue planeado, ya que fue el último en perpetrarse y 3 horas después del primero y el Ejército y Policía Federal tuvieron conocimiento y participación en los operativos y deambularon toda esa noche y no hicieron nada por parar a 22 policías (municipales)”, acusaron.

Los familiares de los Avispones revelan que los federales incluso intentaron impedir que se llevaran a sus hijos a un hospital.

“No te lo vas a llevar… Ni se atrevan”, les dijo uno de los elementos.

Uno de los testigos de los hechos recuerda que vio, dentro del autobús balaceado, a David Josué García Evangelista, quien después perdió la vida.

Calculan que fue una hora y media en la que no se le brindó auxilio.

“El cuerpo técnico y los mismos jóvenes les decían que los ayudaran, que había heridos de gravedad y se estaban desangrando y sólo se limitaban a pedirles sus nombres”, indica el texto.

En cuanto a la actuación del Ejército Mexicano la noche del ataque a los Avispones y en la que desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa, indican que los vieron “en sus camiones y con armas”, por lo que difieren de la “verdad histórica” que estableció que los soldados no intervinieron.

Además, cuando parte del equipo fue a pedir ayuda al batallón de Iguala “sólo recibieron mal trato y amenazas”, “diciéndoles que no tenían indicaciones para ayudarlos. CLARO, LA ORDEN ERA OTRA”.

Los familiares aseguran que el autobús en el que viajaban Los Avispones recibió “más de 300″ impactos de bala, pese a que en el expediente del Ministerio Público se dio una cifra menor: 170.

Además, denunciaron la desaparición de pruebas, la falta de resguardo de evidencias, así como el hecho de que el autobús atacado, de la empresa Castro Tours, ya no es resguardado por la PGR, por lo que “ya anda circulando nuevamente por las carreteras del país”, y “ya no tiene ningún orificio de las balas, ningún vidrio roto”.

Las familias también acusaron ineptitud por parte del gobierno estatal y federal, y refirieron que la Comisión de Atención a Víctimas sólo les brindó “apoyo psicológico exprés”.

Respecto a apoyos económicos, reconocieron las cantidades que han recibido hasta ahora, incluso un proyecto productivo del gobierno, el cual “se nos concedió sin presentar ningún proyecto”.

Ante ese escenario recordaron sus exigencias principales: “Justicia y castigo a los responsables; información del avance de las investigaciones; atención médica y psicológica (…)”.

Y la principal: “Verdad en la investigación, incluyendo a Ejército y Policía Federal, ya que sí tuvieron participación toda esa noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014”.

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