Si creías que solo los usuarios eran defraudados por las empresas, has vivido en el engaño. Los propios usuarios también cometen delitos y hay varias formas de estafar a las marcas durante las compras en línea. Aquí te decimos cuáles para que te prevengas si eres empresario.
RegeneraciónMx, 25 de marzo de 2022.- Hablar de compras online y fraudes implica, casi siempre, plantear escenarios en los que los usuarios son las víctimas de estafa y las empresas las victimarias. O de cibercriminales que se aprovechan de un exceso de confianza o del mero desconocimiento del consumidor.
Sin embargo, la conversación de fraudes a través de compras en línea también debería contemplar el otro lado de la moneda. Aquel en el que los usuarios abusan de políticas y lo traducen, aunque no lo parezca, en acciones fraudulentas, en una ilegalidad.
De acuerdo con un estudio elaborado por ClearSale, las personas que se dedican al e-commerce tienen muy bien detectados aquellos rubros que los clientes utilizan para quedarse con artículos o servicios sin pagar. Por ejemplo:
Abuso de promociones
Se presenta cuando una persona crea varias cuentas o se aprovecha de bugs para obtener recompensas y promociones una y otra vez. Acerca de este rubro, ClearSale señala que sólo 42% de los negocios tiene una tolerancia para el abuso de promociones por parte de los clientes, quienes en ocasiones se hacen de grandes cantidades del bien en cuestión para venderlo a precio real.
Abuso de artículo no recibido
Entra en juego cuando el cliente hace compras en línea, obtiene el bien y después presenta un reporte falso alegando robo o falta de entrega. Este abuso se origina en la filosofía de siempre darle la razón al cliente y ha llegado a tal grado que 76% de los comercios online afirma que el problema se fue al alza en los últimos 12 meses.
Abuso de devolución
Este tipo de fraude surge cuando el cliente devuelve un artículo que no está sujeto a política de devolución. El estudio antes mencionado arroja que una variable de este abuso es el wardrobing —popular entre usuarios de Instagram—, que consistente en tomarse fotos con el artículo que se compró en línea y después regresarlo. Los costos que implica este fraude son alarmantes y se calcula que al año hay una pérdida mundial de 24 mil millones de dólares al respecto.
El 53% de las tiendas en línea afectadas afirma que es incapaz de actuar a gran escala; sin embargo, hay soluciones tecnológicas como las real-time decisions, los collaborative models o el ajuste personalizado de las políticas en cuanto se detecte que un cliente tiene antecedentes de devolución en serie.