El reciente bombardeo de EU y aliados a Siria sólo complicará más las negociaciones de desarme nuclear con Corea del Norte, quien querrá asegurarse de no recibir ataques contra su régimen
Regeneración, 15 de abril de 2018.- En un reportaje para CNN, el periodista experto en política asiática, James Griffiths, explicó que el reciente bombardeo a Siria por parte de Estados Unidos y sus países aliados sólo provocará que las negociaciones de desarme nuclear con Corea del Norte se compliquen.
En vista de que la Administración del presidente Donald Trump atacó, de manera súbita e incluso, se debate, sin ningún motivo razonable, a un régimen contrario a los intereses estadounidenses, el líder norcoreano Kim Jong-Un querría asegurarse de que no le pase algo parecido manteniendo su programa nuclear.
Avanza la amistad de las dos Coreas; Kim Jong-un promete no atacar con armas nucleares
Así lo han declarado varios analistas estadounidenses como el vicepresidente de la empresa Stratfor, Rodger Baker, quien expresó que el ataque estadounidense «es la verdadera razón por la que Corea del Norte quiere tener armas nucleares. Cree que así reduce la probabilidad de ataques punitivos de este tipo».
El autor agrega que Corea del Norte justificó el desarrollo de su armamento nuclear citando la intervención estadounidense en el mundo. De esta manera, para Pyongyang, el armamento nuclear es «un mecanismo vital para contener cualquier intento de cambiar el régimen por parte de Washington».
Sobre lo anterior, incluso el director de Inteligencia Nacional de la Administración de Donald Trump, Dan Coats dijo que el líder norcoreano «observó lo que está sucediendo con los países que poseen arsenal nuclear y qué influencia tienen. Así se dio cuenta de que un ‘as nuclear’ en la manga permite conseguir un serio potencial en términos de disuasión».
Existen antecedentes de Gobiernos que abandonaron su programa nuclear sólo para ser derrocados posteriormente por movimientos apoyados por Estados Unidos y aliados.
Un ejemplo de lo anterior ocurrió en 2003, luego de que el líder de Libia, Muamar Gadafi aceptara frenar el desarrollo de sus programas de armas biológicas, nucleares y químicas y se uniera a la «guerra contra el terrorismo» impulsada por los países de Occidente.
En marzo de 2011, Londres y Washington cambiaron su postura ante Gadafi y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) terminó apoyando a los rebeldes en contra de su régimen. Unos meses después Gadafi había sido ejecutado.
Corea del Norte tomó nota de ese hecho y lo consideró una «lección sombría» de que tendrían que mantenerse firmes para preservar la paz.
Otro ejemplo: en 2015, con Barack Obama, el Gobierno de Irán aceptó limitar su programa pacífico para el desarrollo de energía nuclear a cambio de que le retiraran sanciones. Posteriormente Trump declaró que el acuerdo anterior tenía «horribles defectos» y amenazó con abandonarlo si Irán seguía probando misiles balísticos, que no formaban parte del trato inicial.
Estos dos ejemplos que Corea del Norte usará en las negociaciones con EU, y ahora también el de Siria.
«Una lección para las futuras conversaciones con Corea del Norte es que no espere que EU cumpla una sola de sus promesas», el investigador principal del Instituto chino-estadounidense de la Universidad de Carolina del Sur, Mike Chinoy, para Sputnik.
El problema se reduce a una cuestión: ¿Qué garantiza que Estados Unidos no atacará a un país luego de convencerlo de que se desarme?