Casi cuatro años después de que Venezuela sancionó una ley para prohibirle a Estados Unidos financiar grupos que suelen criticar al gobierno venezolano, estas organizaciones siguen recibiendo millones de dólares, según reveló un análisis de la Associated Press
Regeneración , 19 de julio 2014.-Casi cuatro años después de que Venezuela sancionó una ley específica que prohíbe a Estados Unidos financiar a grupos políticos en el país, algunas organizaciones opositoras siguen recibiendo millones de dólares para subvertir el orden interno.
Una investigación de la agencia estadounidense Associated Press reveló que el Departamento de Estado y el Fondo Nacional por la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro financiada por el gobierno, enviaron alrededor de 7,6 millones de dólares a organizaciones venezolanas el año pasado.
La cifra fue un 15 % mayor a la autorizada en el 2009. Al año siguiente, la Asamblea Nacional venezolana declaró ilegal ese tipo de financiamiento que socava la soberanía nacional.
En Washington, el Senado tiene en estudio un proyecto de ley para elevar la ayuda del Departamento de Estado a los “grupos partidarios de la democracia en Venezuela” de los actuales cinco millones de dólares a 15 millones como parte del endurecimiento de la política frente al actual gobierno de Nicolás Maduro.
El NED omite los nombres de los destinatarios venezolanos de sus informes anuales y desde el 2010 el Departamento de Estado no identifica públicamente a los grupos venezolanos que reciben fondos.
Sin embargo, existen evidencias claras de que la NED, junto a las agencias de inteligencia de Estados Unidos, estuvo involucrada en la creación y el financiamiento de grupos como Súmate, con una activa participación en actividades violentas a mediados de la década pasada.
Uno de los fundadores de Súmate es precisamente María Corina Machado, expulsada recientemente de la Asamblea Nacional y una de las cabecillas de las últimas expresiones de violencia que han costado la vida a decenas de venezolanos.
Varios gobiernos latinoamericanos también han sufrido este tipo de acciones por parte de Estados Unidos, entre ellos Cuba, donde recientemente se hizo público un escándalo que involucra a la Agencia para la Ayuda Internacional (Usaid), en actividades subversivas a través de las nuevas tecnologías.
El año pasado, Bolivia expulsó a la Usaid de su territorio y mostró evidencias de sus actividades para socavar el gobierno de Evo Morales.
Asimismo, Ecuador prohibió recientemente a esa institución financiar proyectos en el país.