Opinión: Gracias, Vicente Fox

Por Fernando Paz

RegeneraciónMx.- Si bien Marshall McLuhan nos previno de las redes sociales y su control sobre las inteligencias, nunca nos dijo que nos traerían momentos de sano esparcimiento. Y menos en boca de empresarios devenidos en políticos; ¿quién no ha reído con las barrabasadas de Vicente Fox? He decidido homenajearlo hoy, a poco más de 19 años del desafuero de su envidiada obsesión.

Por cierto, ¿dónde estaban cuando desaforaron a AMLO? yo, aquí en confianza, les digo: en 2005, mientras un solo mexicano cargaba con la esperanza de millones sobre sus hombros, yo solo trabajaba para mí, para mi bienestar y mi gozo personal; en 2005, en el tiempo en que el hoy presidente sacrificaba su tiempo familiar en la persecución de la democracia, yo, con un egoísmo rampante, perseguía quimeras; en 2005, cuando López Obrador luchaba desde su trinchera arriesgando su libertad y su integridad física, yo buscaba y me procuraba una libertad tendiente al libertinaje.

Hago público este ejercicio de introspección porque me es necesario y porque quiero mostrar a mis hijos y a los jóvenes lo equivocado de ese camino engañosamente cómodo y que nos hace perder el tiempo; un tiempo que tendría que servir para lograr más de lo que realmente vale, de lo que realmente importa para con nuestro querido México y para con quienes nos aman y amamos. Pero también lo hago público para colocar en su justa dimensión la lucha constante, digna y tenaz de un solo hombre por todo un país, por todo un pueblo, por la patria misma.

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Todos lo sabemos, pero no todos lo reconocemos: el esfuerzo de nuestro presidente no es de 2005 para acá, ni siquiera de 2000, fecha en que ganó la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, sino de prácticamente toda su vida adulta, cuando empezó en Tabasco al frente del Centro Coordinador Indigenista Chontal de Nacajuca y enseguida como Delegado Estatal del Instituto Nacional Indigenista; esto entre 1976 y 1982.

Con todo eso, hay quienes, en un éxtasis de cinismo, dicen que su gobierno es un “gobierno de ocurrencias”, intentando desvirtuar todo ese bagaje de lucha por la justicia social, por devolver al desposeído un poco de dignidad; esa dignidad arrebatada durante siglos y que hoy, los émulos de Miguel Miramón, de Pelagio Labastida y de Nepomuceno Almonte, jamás conocerán. Ya no digamos Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña; viles marionetas acomplejadas, unos por sus evidentes limitaciones intelectuales; otros, además, por su cortedad de estatura política pero especialmente por su bajeza de espíritu.

Es evidente el odio que estos codiciosos le tienen a AMLO; el tiempo perdido en envidiar no les ha dejado aprovechar la enorme oportunidad que les dio la vida de trascender para y por su país; han preferido el brillo de lo material hoy, para pasar mañana a la sucia opacidad del basurero de la historia.

En su destacado discurso de 2005 en la Cámara de Diputados, convertida en una cuasi Inquisición, López Obrador dijo que tenía la certeza absoluta de que no se le juzgaba por violar la ley, sino por su manera de pensar y actuar.

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Les recuerdo algunos fragmentos de su histórica disertación: “Son ellos [PRI Y PAN] quienes tienen mucho miedo a que el pueblo opte por un cambio verdadero y ese miedo cobarde de perder privilegios los lleva a tratar de aplastar a cualquiera que atente contra sus intereses y proponga una patria para todos y una patria para el humillado” … “Por eso desde esta tribuna acuso al C. presidente de la república, Vicente Fox Quesada, de estos procedimientos deshonrosos para nuestra incipiente democracia; lo acuso de actuar de manera facciosa, con el propósito de degradar las instituciones de la república…”.

Mi no estimado Vicente Fox, en mi homenaje a tu persona, doy gracias a tu torpeza política; gracias porque te vendiste a la oligarquía corrupta, traicionando a la democracia; gracias a tu excelso gabinete en el que resaltaron el brillante Santiago Creel y la genia Xóchitl Gálvez. Y termino: de todo corazón, gracias: fuiste el acicate involuntario perfecto que, casi estoy seguro, necesitábamos muchos para dejar nuestros egoísmos y así unirnos a este patriótico movimiento de transformación liderado por nuestro presidente.

P.d. No vuelvas a dejar las redes sociales, nos hiciste mucha falta.