#HechoEnMéxico: Bioplástico producido a partir de la semilla de aguacate

Los popotes y cubiertos hechos con el bioplástico a partir de semillas de aguacate se descomponen en solo 240 días, por lo que son amigables con el ambiente

Regeneración, 15 de julio del 2019. El mexicano Scott Munguía produce bioplásticos a partir de semillas de aguacate; esta alternativa que es considerada por la ONU como una de las innovaciones, creadas en América Latina, que «podrían cambiar al mundo».

El ingeniero químico descubrió en 2011 que la semilla de aguacate contiene un biopolímero similar al presente en el maíz, que se utiliza para producir bioplásticos.

“Un bioplástico tiene que ser sustentable… ¿Cómo uno hace bioplástico de alimento? Tanta gente muriéndose de hambre y hay tanto problema con los costos del maíz, que es absurdo e incongruente, (…) no hay que quitarle el alimento a la gente”, dijo Munguía.

LEER MÁS:  Se duplica número de mujeres muertas en conflictos armados: ONU

Los popotes y los cubiertos hechos con semillas de aguacate se descomponen en solo 240 días y no hay necesidad de incinerarlos.

Esto los convierte en una alternativa sostenible para ciudades o países que carecen de instalaciones de incineración en sus plantas de residuos.

En 2014, Mungía fundó Biofase, una empresa con sede en Monterrey que comercializa productos bioplásticos conformados en un 60 por ciento por el biopolímero del aguacate y en un 40 por ciento por compuestos orgánicos sintéticos.

Los productos de Biofase tienen un gran potencial de fabricación. Según Munguía, 300 mil toneladas de semillas de aguacate se descartan anualmente solo en México, con lo que se podría satisfacer 20 por ciento de la demanda mundial de bioplásticos.

LEER MÁS:  Se duplica número de mujeres muertas en conflictos armados: ONU

A diferencia de otros tipos de bioplásticos, esta alternativa no utiliza cultivos para el consumo humano, como el maíz o la yuca.

Junto con otros plásticos hechos de residuos de alimentos, los productos de Biofase podrían ayudar a responder a la creciente demanda de plásticos sin obstaculizar el progreso en la lucha contra el hambre.