Música, sexo y drogas afectan de forma similar al cerebro

Un estudio de la Universidad de McGill demostró que la música dispara la liberación de endorfinas y neurotransmisores de la misma forma que lo hacen, el sexo, las drogas o el alcohol.

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Regeneración, 08 de febrero 2017.- La música dispara la liberación de opioides endógenos como endorfinas y neurotransmisores como la dopamina, al igual que lo hacen la comida o el alcohol, así lo concluyó un estudio con un fármaco destinado a combatir adicciones o exceso de peso, que se descubrió, también inhibe el placer musical.

Un grupo de investigadores canadienses empezaron a investigar los procesos neuroquímicos relacionados con la experiencia musical, empezando por el final, la consecuencia última de escuchar una canción de agrado y el placer que provoca, lo cual, fue comparado con otras cosas que provocan placer como el sexo, las drogas o la comida, encontrando que todas, independientemente de sus efectos secundarios, activan circuitos de recompensa en el cerebro.

El estudio que fue publicado el día de hoy en Scientific Reports, sostiene la hipótesis de que la naltrexona (sustancia usada para la adicción al alcohol, opiáceos como heroína, la obesidad y que se ha demostrado bloquea el placer del orgasmo o de la adicción a la cocaína) también debería reducir las reacciones emocionales a la música, lo cual, implicaría que los mismos circuitos neuronales que intervienen en otras actividades placenteras, también lo harían en la experiencia musical.

El estudio consistió en reclutar a 20 estudiantes de la universidad a quienes pidieron trajeran sus canciones favoritas. A la mitad de ellos se les administró 50 miligramos de naltrexona, mientras que a la otra mitad le dieron unas píldoras iguales, pero sin la sustancia. Después, colocaron sensores en la cara para obtener un electromiograma con la actividad eléctrica de varios músculos faciales y registraron su respiración, presión sanguínea, ritmo cardiaco y conductividad de la piel, antes y después del experimento.

Pasada una hora de la ingesta de la pastilla, les colocaron cascos y escucharon sus dos canciones favoritas, así como otras seleccionadas por los investigadores debido a su frialdad y su asepsia emocional. Repitieron el experimento una semana después, pero dándole el placebo a quienes habían tomado la naltrexona y al revés.

Los resultados

En ambas ocasiones, las personas que tomaron naltrexoarona, mostraron niveles bajos y muy similares cuando escuchaban sus canciones y las elegidas por los investigadores y sus gráficas eran muy inferiores a las que registraban quienes sólo habían tomado el placebo.

“Es la primera demostración de que los opioides endógenos del cerebro están implicados directamente en el placer música”, señaló Daniel J. Levtin, psicólogo de la Universidad de McGill de Montreal y principal autor de la investigación.

Con información de El País.