Por Ana María Vázquez
RegeneraciónMx.- México ha sido testigo y víctima de severas represiones a lo largo del tiempo, en los años sesenta, cuando aun gobernaba Miguel Alemán, se inició la llamada Guerra Sucia surgieron varios grupos con movimientos sociales que fueron violentamente reprimidos, así, el sector magisterial, ferrocarrilero, médico, coprero y muchos más se fragmentaron y volvieron a unir en una lucha armada, la guerrilla como última opción a los reclamos que venían haciendo desde mediados de los años 50.
El gobierno de entonces olvidó leyes y reglas y continuó con la represión; en el plano internacional el “fantasma de la izquierda” se cernía con la figura del Che y Castro, mientras tanto, es contenida unos años la guerrilla hasta que finalmente estalla encabezado por la figura de un joven: Lucio Cabañas, quien, primero como estudiante y luego como maestro se destacó en la defensa de la lucha campesina. Grupos de Monterrey, guerrero, Culiacán y Guadalajara entre otros, formarán la Liga Comunista 23 de Septiembre y comienza la Guerrilla Urbana que se une a la rural.
Entre 1968 y 1971 el movimiento pasa formalmente a grupos armados, el gobierno de entonces, Alfredo Díaz Ordáz sigue el mismo camino represivo de su antecesor, pero con mano dura extrema, surgen las desapariciones, las violaciones, el destierro, tortura y persecución.
El marco legal que nunca existió estalla y muchos inocentes fueron torturados y encarcelados, primero y luego desaparecidos. Se inauguraron cárceles clandestinas.
No sé cuántos días estuvimos allí. Nos presentaro ante el juez. Estábamos confesos de haber ido a poner la emboscada allá en la sierra a los soldados, cosa que nunca aceptamos, antes preferíamos morirnos. Sin embargo, yo pienso que varios compañeros no aguantaron la tortura. Unos se murieron, otros desaparecieron, porque ya cuando nos trajeron a la cárcel ya no regresamos todos los que fuimos (…) No recuerdo si salimos o llegamos a la cárcel el 15 de septiembre, pero recuerdo que oía el grito en el radio y escuchaba que decían: “Viva México, viva la libertad”. Y yo me decía ¿cuál libertad? Entonces yo sentí que antes cuando conmemorábamos el 15 dee septiembre era muy bonito, porque yo creía en mi gobierno, pero después de lo que nos hicieron todo se me volteó. (en Sherer, 2004 :97)
La justificación del gobierno fue “Luchamos contra comunistas por el bien de México”.
Surgen nombres: Nazar Haro; surgen lugares: Campo Militar Número Uno; surgen las historias interminables y desgarradoras que aún cuentan los fallecidos o los hijos de ellos. Un México desgarrado se niega al olvido, así como no olvidamos Tlatlaya, Atenco, Guardería ABClos 43… un México que está renaciendo de las masacres y las guerras sucias como la de Calderón, quien también entra en la lista con legras sangrantes.
No olvidar es poner un muro de hierro que impida que estas historias se repitan; no olvidar es mantener la memoria viva de los que fueron víctimas inocentes; No olvidar es poder guiar por primera vez con paso firme a un país que renace.
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