#Opinión: Pseudofifís

Por Fernando Paz

Opinión

RegeneraciónMx.- A ti, libertario en cuerpo de chairo.

¿En qué momento de la vida te descompusiste, mi amigo?, ¿El ver tanta televisión abierta fue lo que te hizo sucumbir ante la publicidad que te decía que serías feliz y que te verías menos moreno solo si comprabas ese pantalón o tal perfume?

¿Fueron esos años de la infancia en que fuiste víctima de bullying y te juraste jamás volver a ser humillado pensando que si tuvieras dinero nadie te aplastaría?… Pero ¿Realmente lo tienes hoy?, y si consideras que lo tienes, ¿En verdad ya no te sientes menos?

¿Acaso sucedió cuando te empleaste al servicio de Don Ricardo, el de la mueblería de la esquina, aquel que hablaba maravillas del PRI y del PAN porque robaban, pero dejaban robar?, ¿O quizá cuando lograste un empleo en esa gran empresa que te dijo que si bien eras uno de los engranes pequeños, también eras importante porque ya pertenecías a ese membrete?

¿Tus propios complejos te convencieron de que eras “fifí” porque tenías un salario regular, hablabas inglés y traías una tarjeta de crédito oro?, ¿O de plano fue por el gran negocio de tu vida que significó ese contrato otorgado con ayuda de tu compadre el diputado, del que solo hiciste un tercio de la obra, pero lo cobraste completo con moche de por medio?

Dime, mi amigo libertario en cuerpo de chairo con el que compartí aula en las escuelas públicas (y hasta la cooperacha hacíamos para el pomo y las aguas de fin de semana): ¿Quién te dijo que por tener los codos negros vales menos?, ¿Es por eso que usas las cremas blanqueadoras mientras ruegas al Gran Espíritu que le baje a la melanina de tu piel, aunque sea un grado del pantone?

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Perdona tanta pregunta, compañero, pero son necesarias, porque te noto atormentado con todo lo bueno que está sucediendo en México, parece que quisieras que le fuera mal al país con tal de que “el vejestorio” López Obrador (tan solo 10 años mayor que tú o yo, pero más sano que algunos de nosotros) quede mal ante la nación.

Te podría enlistar todo lo que se ha logrado este sexenio, pero no lo puedes ver, no quieres verlo, porque la prensa vendida que lees y tus ideólogos de cabecera, es decir, Chumel, Loret, Joaquín y Krauze te indujeron a odiar al “mesías tropical”; sabiendo de tus mestizos genes entre los que seguramente viene parte de la Malinche, de Santa Anna y de Miramón, te exprimieron y los trajeron de vuelta.

Y ojo, porque estás trasladando ese odio hacia Claudia Sheinbaum, con el cobarde agregado de la misoginia y el patético machismo.

Apelo a tu inteligencia, amigo, para que dejes de anhelar la blanquitud que nomás no puedes tener; para que desistas de plañir por un apellido compuesto, para que pares de añorar el pertenecer a un país “poderoso” o a ser gobernado por alguien rubio ojo azul que no hable español, o si lo habla, que cecee y utilice el presente perfecto y no el simple.

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Recurro también a todo eso que dices haber leído, a pesar de que pareciera que alguien te convenció de que, si eras despectivo hacia esas ideas socialistas, no te verías tan “naco”, “chinto” ni “muerto de hambre”; porque total, “el pobre es pobre porque quiere”, y “tú sí trabajas y pagas tus impuestos”.

Ojalá dejaras de alimentar tus propios complejos, estimado camarada; pido a la vida que puedas comprender que ni el rencor, ni las marcas finas te darán hoy esa valía que empezaste a perder hace más de 50 años, odiando gradualmente la enorme distancia entre tú y lo exhibido en los escaparates de las tiendas caras en aquel sopor de tu juventud. 

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