Por medio de un comunicado indicaron que “un colosal dinosaurio herbívoro que murió en lo que debió ser un cuerpo de agua copioso en sedimentos” fue recuperado y estudiado
Regeneración 14 mayo 2021. Paleontólogos mexicanos identificaron en Coahuila una nueva especie de dinosaurio que murió hace 72 o 73 millones de años, informaron especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por medio de un comunicado indicaron que “un colosal dinosaurio herbívoro que murió en lo que debió ser un cuerpo de agua copioso en sedimentos” fue recuperado y estudiado.
Indicaron que tras varias investigaciones se determinó que los restos fósiles pertenecían a una nueva especie: Tlatolophus galorum.
Descubrimiento
Dicho hallazgo se publicó en la revista científica Cretaceous Research y señala que la investigación derivó de un proyecto de 2013 tras la recuperación de la cola articulada de un dinosaurio en la comunidad de Guadalupe Alamitos, municipio de General Cepeda, en la citada entidad.
Según los expertos, la prioridad fue rescatar la osamenta pues, algunas vértebras sobresalían de la superficie y estaban expuestas a la lluvia y la erosión.
El investigador del Instituto de Geología de la UNAM, Ángel Alejandro Ramírez Velasco indicó que habían perdido la esperanza de encontrar la parte superior del ejemplar.
Sin embargo, comenzaron a encontrar huesos como el fémur, la escápula y otros elementos.
Al principio encontraron un hueso muy alargado y con forma de gota que creyeron era parte de la pelvis, aunque posteriormente se dieron cuenta que era la cabeza del animal.
Tras la recolección, limpieza y análisis de otros 34 fragmentos óseos las piezas embonaron.
Así, los paleontólogos pudieron completar la cresta del dinosaurio con 1,32 metros de largo, además de otras partes del cráneo: mandíbulas inferiores y superiores, paladar e, incluso, el segmento que se conoce como neurocráneo, donde se alojaba el cerebro.
Buena preservación de restos
Los expertos indicaron que el cráneo se encontraba en perfectas condiciones, pues se preservó casi el 80% de la estructura ósea lo que permitió comparar el ejemplar con otras especies de hadrosaurios conocidas en la región, como el Velafrons coahuilensis.
Por su parte, la investigadora del Centro INAH Coahuila, Felisa Aguilar Arellano indicó que «la cresta y la nariz eran distintas al Velafrons y más parecidas a lo que se observa en otra tribu de los hadrosaurios: los parasaurolofinos”.
Después compararon la osamenta con la cresta tubular de Parasaurolophus, la especie más conocida de los parasaurolofinos, que habitó en los actuales territorios de Nuevo México y Utah, Estados Unidos.
«Finalmente nos convencimos de que estábamos ante un nuevo género y especie de dinosaurio crestado”, comentó Aguilar Arellano.
Agregó que este fósil es un caso excepcional en la paleontología mexicana pues tuvieron que ocurrir sucesos altamente favorables desde hace millones de años.
Los investigadores nombraron a esta especie Tlatolophus galorum, Tlatolophus deriva de la voz nahua tlahtolli (palabra) y del griego lophus (cresta), por lo que su traducción es: cresta palabra.