PAN y PRI con fines populistas impulsan sus consultas

La consulta energética, es La Consulta

Por Tony Cabrera | Morena Guanajuato  

Regeneración, 8 de agosto de 2014.-La consulta popular en materia energética que propone el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) eleva el nivel de discusión en la agenda político-económica y constituye un verdadero ejercicio democrático con pertinencia y visión a largo plazo.

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De esta manera, MORENA se aleja de la coyuntura populista que plantean las otras dos consultas que proponen el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), que se estructuraron al vapor de cara al proceso electoral del 2015. Para alguien que está atento a la dinámica política y para quien tenga buena memoria histórica, esto es fácil de notar. Pero no podemos dejar de lado que para muchos pasarán inadvertidos los objetivos meramente electorales del par de consultas impulsadas por el PRI y el PAN.

Por una parte el PAN propone por medio de consulta popular que sea modificada la Ley Federal del Trabajo, misma que ellos modificaron en el último año del sexenio de Felipe Calderón, para que se establezca un nuevo salario mínimo que esté, al menos, por encima de la línea de bienestar establecido por el CONEVAL (aquí agregaría que incluso los estudios del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) se quedan cortos en cuanto a niveles de bienestar, dado el método de medición que utilizan, pero es parte de otro debate, (véase : http://julioboltvinik.org/), con esto, primero, el PAN somete a consulta una obviedad que incluso se encuadra en el debate no sólo de México, sino de todo el mundo respecto de las graves consecuencias del aumento en los índices de desigualdad que a su vez desencadenan el incremento de la pobreza.

Por eso, en México, que es uno de los países con mayor desigualdad no solo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es una exigencia tácita de la población. Supongo que los impulsores de esta consulta desdeñan las cifras oficiales o investigaciones particulares serias que desde mucho antes de las administraciones panistas evidenciaron el grave deterioro de los ingresos y salarios desde la posguerra pues mantienen su tendencia de declive constante.

La doble cara del panismo que propone mejor salario.

Como segundo punto, si la consulta popular por el “salario digno” se encuadra en una estrategia para encaminar la agenda política hacia este importante tema, antes y después de que se realice o no esta consulta, y en todo caso obviando su resultado, el asunto debe pasar por el tratamiento y la firmeza de sus argumentos desde su dirigencia y también de sus integrantes en el Congreso de la Unión, para impulsar que los salarios ya no sean utilizados como “unidad de medida” pero sobre todo para que estos dejen de ser usados como ancla antiinflacionaria.

Tercero, la consulta que propone el PAN es, o una contradicción o un reconocimiento tácito de que la reforma laboral impulsada de manera prolija por ellos mismos ha resultado un fracaso. Entre otras cosas, por la flexibilización laboral que promovieron a través de dicha reforma que precariza el empleo y limita la creación de un salario más justo.

Es así como en la medida en que actúen a favor no solo de los salarios, sino del mercado laboral y en contra de los postulados comunes que promulgan que los ajustes al mercado laboral y para el fomento del empleo se debe hacer por la vía de los precios, en este caso por el precio del trabajo.

Es ahí donde se enmarca SU reforma laboral, que fue planteada desde lo patronal, en la contención a la baja de los salarios como mecanismo para la generación de empleos. Esta estrategia ha pauperizado a la población trabajadora de este país. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cerca del 10% de los que reciben algún ingreso perciben menos de 1 salario mínimo y casi el 50% de la Población Económicamente Activa gana de 1 a 3 salarios mínimos. Más aun, deben preguntarse si es suficiente esta reivindicación que proponen al salario mínimo, pues no solo son las remuneraciones directas, como el salario, las que se vieron mermadas con SU reforma laboral, sino el total de las remuneraciones (prestaciones, primas, etc.) las cuales disminuyeron de 31 a 27 por ciento del PIB de 2003 a 3012 curiosamente en administraciones panistas (http://www.elfinanciero.com.mx/economia/salarios-pierden-peso-en-la-economia.html). Bajo este escenario no basta con preguntar, incluso con cierta carga de cinismo, sino actuar contundentemente y sin ambages.

Por otra parte el PRI propone una consulta que a mi juicio posee las más grandes deficiencias porque advierte un oscuro trasfondo. La consulta que pretende impulsar se refiere a la propuesta de eliminar a los diputados y senadores plurinominales. Las reticencias en torno a esta propuesta se esclarecen a través de dos cuestiones: Primero, la ley federal de consulta popular señala en su artículo 11, numeral III que no podrán ser objeto de consulta popular la materia electoral. Siendo la cuestión plurinominal un asunto estrechamente ligado con el sistema electoral, la sola pretensión de la consulta despierta ya suspicacias, más aun cuando los legisladores del PRI se decantaron en contra de la eliminación de los “pluris” en la pasada reforma político electoral a propuesta de legisladores panistas.

Por lo tanto vale la pena preguntarse ¿a qué intereses responde esta táctica de la consulta? Es claro que luego de la intención de sectores de la izquierda de impulsar el ejercicio de consulta popular en materia energética, y de evidenciar el gran nivel de participación y exigencia de los ciudadanos, los demás inmediatamente dieron el aviso de arrancar una consulta en un claro intentando de reivindicar su imagen, pero sobre todo, con objetivo meramente electoral.

Digo esto pues para esta estrategia no escogieron cualquier tema. Eligieron ambos algún tema que calara hondo en la conciencia colectiva como es su paupérrima condición de miseria (consulta sobre el salario) y la animadversión que existe por los políticos en general (consulta sobre los “pluris”), pero no importa sí procede o no hacer la consulta ya sea en una materia u otra o precisamente esperando el rechazo de la suprema corte vanagloriándose al menos por las buenas intenciones. Aun más, son dos temas de los cuales ellos han sido los principales responsables.

Tardó, pero el PRI también propuso su engañosa consulta.

Por otra parte, el tema de la consulta que propone impulsar el PRI, ya sea que se logre o no, y que también el PAN amagó en la más reciente reforma político electoral, tiene importantes implicaciones en el modelo de representación de este país como ya lo ha señalado José Woldenberg 1 y parte de la desinformación y poca memoria que pudiera tener el electorado. Recordemos que los “pluris” aparecen en la reforma política de Jesús Reyes Heroles del año del 77-78 donde se modificó la constitución del Congreso de la Unión, precisamente para incorporar a la vía institucional y darle cabida a otras fuerzas políticas que aunque minoritarias, gozaban de un gran prestigio intelectual y formaban parte del gran descontento no sólo a nivel nacional, sino por la crisis mundial que se enfrentaba, fase culminante de la época de oro del capitalismo de la posguerra, y que en México se materializó con el hartazgo del sistema del partido hegemónico, entre otras cosas.

Es en este escenario, forzaron la entrada a la vida institucional del Partido Comunista de México (PCM), el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y el Partido Demócrata Mexicano (PDM) y al mismo tiempo surge el sistema mixto de representación plurinominal para contrarrestar la sobrerrepresentación de la mayoría artificial del partido hegemónico.

Así pues el asunto no pasa por la cuestión numérica de los representantes, que tiene un sustento demográfico, sino por lo oneroso e ineficientes que resultan los supuestos representantes populares y que se refleja claro en una grave crisis de legitimidad donde el elector no dudará en eliminar a los que siente que no los representan y que no se redue a “pluris”, sino a todos los demás.

Me permito aquí corregirle la plana al PRI y al PAN y que en lugar de tratar de eliminar a los “pluris”, la pregunta en todo caso debiera cuestionar: ¿estamos de acuerdo en rebajar el sueldo, salario o prestación de todo legislador a la mitad? Pero de este tema, pocos sentados en una curul hablan.