Aseguró que “si Trump no le hubiera dado una patada en el trasero a Peña Nieto, hubieran seguido vendiendo y privatizando México. Ya estaba todo preparado para la entrega de México, seguía la privatización de la salud y el agua”.
Regeneración, 14 febrero 2017.- El padre Alejandro Solalinde Guerra, aseguró que “si Donald Trump no le hubiera dado una patada en el trasero a Enrique Peña Nieto “nos hubieran seguido vendiendo, hubieran seguido privatizando México”.
De acuerdo con Solalinde, con la llegada de Trump a la Casa Blanca, el primer gran perdedor es Estados Unidos y el que saldrá ganando es México, “porque ya estaba todo preparado para la entrega de México, iba en automático la entrega de todo, la privatización de todo, seguía la salud y el agua”.
Agregó que Estados Unidos es el que frena esta privatización, esta dinámica. “Nos soltaron, volvimos a ser libres y esto hay que aprovecharlo para mirar a México, consumir lo nuestro y quitar a este mugroso gobierno corrupto que tenemos”.
El prelado conminó a la ciudadanía a elegir en 2018 a un verdadero gobierno de oposición y no a alguien que sea comparsa de los mismos poderes.
“Mientras nos dure Trump vamos a seguir construyendo un país hacia nosotros porque tenemos un país muy rico, pero administrado por esos traidores y vende patrias”.
Añadió: “Donald es un enfermo en lo social y lo espiritual, es un adicto. Un magnate como puede ser Carlos Slim. Son adictos al dinero, viven obsesionados para tener dinero, entonces pierden el sentido de la fe, no como religión; rompen con el Dios de la vida, de la justicia y sacrifican su vida, a la familia, para seguir teniendo. (Trump) Es un desequilibrado. Se le fue a Estados Unidos (elegirlo) porque es un error muy caro que tendrá que pagar”.
Sobre el tema los migrantes centroamericanos, Solalinde detalló que siguen pasando a México y que al albergue llegan entre 3 mil 500 a 4 mil cada mes.
“Ni la bestia ha podido contener a los migrantes porque ellos han encontrado muchos caminos. Ya hasta perdimos la cuenta de nuevas rutas. Me quedé con 17 y ya están por todos lados. Eso es bueno porque, ya no hay una ruta que les dé tiempo a los malandros para hacer negocio con ellos”, puntualizó.
Con información de Proceso