Trump amenaza con desplegar tropas en Baltimore, Chicago y Nueva York

Trump autorizó a efectivos portar pistolas y fusiles en patrullajes. Demócratas denunciaron que busca fabricar crisis con fines electorales

Regeneración, 25 de agosto de 2025. Unidades de la Guardia Nacional desplegadas en la capital de Estados Unidos por orden del presidente Donald Trump comenzaron a portar armas de fuego.

Esto es, una decisión que marca una nueva escalada en la inusual intervención federal sobre la seguridad local.

Y es que los portales señalan que el cambio, autorizado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, supone que los efectivos, hasta ahora desarmados, puedan llevar pistolas M17 o fusiles M4.

Lo anterior al realizar en patrullajes por la ciudad.

Armas

El domingo, un fotógrafo de The Associated Press registró a efectivos de la Guardia Nacional de Carolina del Sur frente a Union Station, en pleno centro de Washington, con sus armas enfundadas.

Asimismo Trump evalúa extender este despliegue a otras ciudades gobernadas por demócratas.

Se trata de ciudades como Baltimore, Chicago y Nueva York, en el marco de lo que él denomina una ofensiva federal contra el crimen y la indigencia.

Se trata de un uso sin precedente de la autoridad presidencial, que desplaza a los gobiernos locales y estatales de su control habitual sobre las fuerzas de seguridad.

Oposición

La advertencia de expandir los despliegues militares a ciudades bajo gobierno de la oposición surgió en medio de un cruce con el gobernador de Maryland, Wes Moore.

Mismo quien invitó a Trump a recorrer Baltimore y debatir sobre seguridad pública.

Trump rechazó la propuesta y sugirió que podría enviar tropas a esa ciudad, replicando la estrategia aplicada en Washington D.C..

Esto es, donde miles de efectivos de la Guardia Nacional y agentes federales patrullan las calles desde hace semanas.

“Crear una crisis artificial”

Algunos demócratas denunciaron que el mandatario busca fabricar una crisis con fines electorales.

Moore criticó duramente que Trump insista en describir a Baltimore como una ciudad ingobernable y destacó que las cifras oficiales muestran una mejora sostenida.

Entre 2023 y 2024 el crimen violento cayó un 8%, los delitos contra la propiedad un 20% y los homicidios un 42% desde 2021.

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Según el gobernador, los ataques del presidente son infundados y responden a una estrategia de confrontación.

Trump contra Moore

Trump usó su red Truth Social para lanzar duras críticas contra Moore, a quien acusó de manipular estadísticas.

Al tiempo que lo comparó con el gobernador de California, Gavin Newsom, a quien suele mencionar con un apodo despectivo.

Trump insistió en que, si lo considera necesario, replicará en Baltimore el despliegue que llevó adelante en Los Ángeles pese a la oposición de las autoridades locales.

En paralelo, Trump reiteró que Chicago y Nueva York figuran entre sus próximos objetivos, lo que ya generó resistencia de dirigentes locales.

El gobernador de Illinois, JB Pritzker, advirtió que no existe ninguna emergencia que justifique militarizar su estado -donde se encuentra Chicago-.

E incluso acusó al presidente de fabricar una crisis con fines políticos.

Chicago

En la misma línea, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, anunció que acudirá a la Justicia para bloquear lo que calificó como una “ocupación militar”.

Mientras en Nueva York líderes demócratas denunciaron un trasfondo racial en la iniciativa, señalada por el reverendo Al Sharpton como una maniobra “impregnada de intolerancia y racismo”.

Trump apuntó contra Johnson en su cuenta de Truth Social

Trump le respondió esta mañana a Johnson y defendió su estrategia en Washington asegurando que la presencia militar ya muestra resultados.

En tanto que el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, sostuvo que no existe “base ni autoridad” para desplegar tropas federales en Chicago.

Acusó al mandatario de intentar “crear una crisis artificial”.

Washington bajo patrullaje

En la capital estadounidense, más de 2 mil 200 miembros de la Guardia Nacional de seis estados diferentes patrullan las calles desde que Trump declaró una “emergencia criminal” el pasado 11 de agosto.

La orden colocó al Departamento de Policía Metropolitana bajo control federal directo, lo que generó protestas entre la población y fuertes críticas de los dirigentes locales.

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El Pentágono informó que, aunque los efectivos ahora están autorizados a portar armas, su misión principal sigue siendo la de actuar como elemento disuasorio visible.

Además de brindar apoyo a las fuerzas de seguridad federales y locales.

Bajo la normativa del Título 32, los soldados podrían realizar tareas policiales si así se les solicita.

Sin embargola Ley Posse Comitatus prohíbe a las tropas federales cumplir funciones de policía civil.

La Fuerza de Tarea Conjunta de la Guardia-DC señaló en un comunicado que sus efectivos solo usarán la fuerza “como último recurso y en respuesta a una amenaza inminente de muerte o lesiones graves”.

Armas

Sin embargo, la propia fuerza reconoció que la portación de armas podría derivar en detenciones y arrestos, lo que profundiza la implicación militar en la seguridad de la capital.

La presencia de los militares ha alterado la vida cotidiana de Washington.

Durante el fin de semana, se realizaron varias manifestaciones en distintos puntos de la ciudad, aunque algunas zonas céntricas permanecieron inusualmente tranquilas.

Videos de arrestos y detenciones circularon en redes sociales, mientras transeúntes caminaban entre grupos de guardias nacionales apostados en estaciones de metro y lugares de alto tránsito.

Oposición

Una encuesta reciente mostró que ocho de cada diez habitantes de la capital se oponen a la decisión de Trump de asumir el control de la policía y desplegar a la Guardia Nacional en las calles.

A pesar de las críticas, la Casa Blanca defendió la medida. Un vocero aseguró que los efectivos “continuarán protegiendo activos federales y brindando un entorno seguro para que los oficiales realicen arrestos si es necesario”.

La intervención de Trump en la seguridad de Washington y su amenaza de replicarla en otras ciudades gobernadas por demócratas sienta un precedente inédito en la política estadounidense.

Históricamente, el control de la policía ha sido prerrogativa de los gobiernos estatales y locales, mientras que la Guardia Nacional responde a las autoridades estatales salvo en situaciones extraordinarias.