Los empresarios golpistas y el grupo de los «notables», ¿una misma cosa? (Segunda parte)

El documento dirigido hace unos días al presidente AMLO fue suscrito por un total de 320 personas, sin embargo, se trata de un pequeño núcleo de personajes de la vida pública nacional las verdaderamente “notables”

 

Regeneración, 28 de abril de 2020. Análisis sobre la carta que 320 personajes enviaron al presidente Andrés Manuel López Obrador, en esta segunda entrega, nos referiremos específicamente al que de hecho sería el verdadero y selecto grupo de los “notables”.

 

Los empresarios golpistas y el grupo de los “notables”, ¿una misma cosa?

(Segunda parte)

 

José René Rivas Ontiveros*

Si bien es cierto que el documento dirigido hace unos días al presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, al Congreso de la Unión y a la opinión pública fue suscrito por un total de 320 personas, lo es también que el número de estas realmente conocidas, es decir, de las verdaderamente “notables”, no es mayor a 50, mientras que las restantes 270 firmas corresponden a personas que por lo menos en el ámbito público son totalmente desconocidas.

Por eso, en esta segunda entrega, nos referiremos específicamente al que de hecho sería el verdadero y selecto grupo de los “notables”.

Efectivamente, se trata de un pequeño núcleo de personajes de la vida pública nacional, quienes durante los últimos 30 de los 36 años de gobiernos neoliberales en México jugaron algún papel destacado o relativamente relevante como servidores públicos dentro de alguno de los tres poderes de la Federación (Ejecutivo, Legislativo o Judicial) en los organismos públicos autónomos del Estado, en el seno de algunas universidades públicas y aun privadas, en los diferentes medios de comunicación masiva, en los partidos políticos nacionales y en otros ámbitos de la vida pública nacional. Pero eso sí, ya sea directa o indirectamente, personajes siempre incrustados, al servicio y gozando de las mieles del poder.

En esta tesitura, desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari —uno de los principales artífices en el proceso de cooptación de una buena parte de este núcleo de “notables” que hasta antes de su gestión todavía se autoconsideraban militantes de la izquierda— y hasta el sexenio de Enrique Peña Nieto, la inmensa mayoría de los integrantes del multicitado referente, ahora furibundos e implacables golpeadores de un gobierno emanado de la izquierda, de una u otra manera se vieron significativamente favorecidos dentro de las nóminas del presupuesto público. Esta fue, sin lugar a dudas, la mejor medida que se utilizó desde el poder para finiquitar la mutación de una parte de estos “notables” sin principios ni convicciones de ninguna índole.

Fue de esta manera como los antiguos críticos del poder que antes levantaban barricadas en el campus universitario, que escribían artículos y libros cuestionando las arbitrariedades del poder, que militaban en organizaciones políticas y sociales de izquierda, que se solidarizaban con los movimientos sociales, que hacían suya la insurgencia sindical independiente, que asesoraban a los candidatos de la oposición progresistas, etcétera, de la noche a la mañana aparecieron del otro lado de la barrera con una visión de país completamente diferente a la que antes habían mantenido y, sobre todo, con ostentosos nombramientos en el aparato estatal, o como integrantes de algunos de los organismos públicos autónomos del Estado (léanse IFE, INE, INAI, etcétera), o como altos funcionarios de alguna universidad pública, o como comentaristas y analistas políticos de radio y televisión, a quienes sistemáticamente no solo se les abrieron esos privilegiados espacios, sino que también se les recompensó con millonarias asesorías, becas, contratos y otras concesiones.

Sin embargo, toda esa serie de concesiones no eran ni podían ser gratuitas, sino que tenían un costo y, por lo mismo, los nuevos “notables” tenían que cambiar de lenguaje y adaptarse a las nuevas reglas y condiciones del sistema que antes habían combatido desde la oposición.

 

*Doctor en Ciencia Política. Profesor e investigador de Tiempo Completo en la UNAM y miembro del SNI.