Dirás que idea de la Cuarta Transformación es “baraja de proyectos irrealizables” pero no darás un solo argumento ni una sola cifra para sustentarlo
Por Beatriz Aldaco/ Suave Matria
Regeneración, 20 de junio del 2020. Se trata de la segunda entrega en la que la autora desmenuza los métodos de uno de los intelectuales más emblemáticos, opositores a la democratización de México.
Héctor Aguilar Camín, pensamiento fashion de la onda neoliberal (II).
Dirás que la idea de la Cuarta Transformación es una “baraja de proyectos irrealizables” pero no darás un solo argumento ni una sola cifra para sustentar tu aseveración.
a)Ejemplificarás con el rescate a Pemex fingiendo que no conoces los datos duros que contradicen tu pontificación de que la acción es “irrealizable”;
b)Continuarás con la inversión en la refinería de Dos Bocas calificándola de “loca”, vulgar adjetivación que sustituye la carencia de argumentos para asegurar que es inviable;
c)Dirás que el aeropuerto internacional de Santa Lucía es una quimera y que el Tren Maya y el Canal Transístmico son proyectos fantasmales.
No te importará pasar por quien no se toma el tiempo de investigar ni hace uso correcto de los términos que utiliza (casos de “quimera” y “fantasmal”); tampoco será un problema ignorar las herramientas que habrías aprendido a utilizar como historiador y periodista: el rigor y la argumentación.
Pretenderás hacer creer, nuevamente sin cifras ni evidencias, que los proyectos de la 4T no son “conducentes” para los propósitos esenciales de ese plan, como la redistribución de la riqueza, la disminución de la pobreza y la disminución de la desigualdad.
Para ello, omitirás verdades que echan por tierra tus execraciones, como que Enrique Peña Nieto convirtió a Pemex en la empresa más endeudada del mundo y que, hasta para la persona más desprovistas de criterio, eso y los antecedentes de las políticas en materia de energía de los anteriores sexenios han contribuido a acentuar la pobreza y la desigualdad.
Senteciarás que los beneficiarios de la 4T “son todavía un proyecto, una promesa, más que una realidad”. Sin reparar en tus errores de sintaxis, simularás que los 8 millones de adultos mayores que reciben su pensión, los 10 millones de niños y jóvenes adscritos al programa “Becas para al bienestar Benito Juárez” y los 900 mil becarios del programa “Jóvenes construyendo el futuro” beneficiados en 2019, son “proyectos”, “promesas”.
7.- Uitlizarás formas silogísticas para manipular.
Harás remembranza de un recuerdo (valga la repetición) no tuyo, sino del expresidente español Felipe González ,de“la polarización que indujo en España el plebiscito sobre permanecer en la OTAN (…) luego de su entrada a la Comunidad Económica Europea”.
Mencionarás pleitos, división de familias, separación de amigos y satanizarás al sí y al no del plebiscito en tanto“dilema maniqueo” que dañó profundamente a la sociedad española, en contraste con las opiniones matizadas sobre el problema que existían antes de la aplicación de ese instrumento.
A continuación, establecerás un parangón fallido entre el plebiscito español y el reciente llamado de López Obrador a los ciudadanos a definirse, o no, por el proyecto de transformación que él encabeza, aun a sabiendas de que el objetivo con respecto al cual hay que pronunciarse, según lo ha especificado el presidente, es el de limpiar de la corrupción a México, o no hacerlo.
A manera de chantaje anticipatorio y como si vivieras en el mundo virtual de un México sin confrontaciones, diferencias y debate permanente deideas y posturas como nunca antes, afirmarás que no conoces “un amigo que haya roto con otro discutiendo si está o no con la llamada 4T (…) (ni a) “una familia que haya dejado de reunirse a comer porque esa discusión hace imposible la convivencia”.
Así, anticiparás que AMLO será el culpable de romper con esa idílica armonía en la que según tú vivimos, al “convocar” a un plebiscito al que jamás ha convocado, pues únicamente se limitó a plantear la disyuntiva a los ciudadanos en la conferencia mañanera del 6 de junio y en otras subsiguientes a raíz de preguntas de los reporteros.
Tu gran conclusión después de ese forzada concatenación silogística será tan relumbrante como la siguiente:“una opción para no alimentar ese proceso es, sencillamente, dar un paso fuera del plebiscito”.
8.- No evitarás llamarle“población improductiva” a los menos favorecidos (y a los trabajadores de Pemex).
Con firmeza, sostendrás que “social y demográficamente visto, el ‘país del pueblo’ en que piensa el gobierno es el más desprotegido y también el más improductivo (sic)”.
Serás meticuloso y preciso al indicar quiénes componen ese “país”, y son:los beneficiarios de los programas sociales, los microempresarios con acceso y posibilidad de obtener préstamos y créditos a la palabra y los contratistas y trabajadores de PEMEX, el Tren Maya, Dos Bocas, aeropuerto Felipe Ángeles y de otras obras emblemáticas de la administración actual.
Con total ausencia de rigor y con un concepto subyacente bastante peculiar de “productividad”, calificarás de improductivas a poblaciones tan disímbolas como los adultos mayores y los contratistas del Tren Maya; jóvenes que hacen sus prácticas en empresas mexicanas y trabajadores de una refinería; a los estudiantes becados, los propietarios de pequeños negocios y la planta laboral de Pemex.
Por improcedente, forzado y discriminatorio que parezca, asentarás que lo que tienen en común los beneficiados con todos y cada uno de los programas y obras de esta administración, es la improductividad.
Lejos de ser un desliz conceptual o “de dedo” producto de la compulsión por desacreditar diariamente lo que provenga de Palacio Nacional, días antes de esas declaraciones ya habías hablado de ese “México marginado, pobre, improductivo, Pemex incluido (sic), que el gobierno tiene en la cabeza”.
¿Lo componen? Va de nuevo: “adultos mayores, jóvenes becarios, jóvenes aprendices, agricultores pobres, pequeños negocios familiares. Y además Pemex, siempre Pemex, que recibirá exenciones fiscales por 65 mil millones”.
La pifia te deparará fuertes cuestionamientos como el de Esteban Garaiz: “Deberías recordar -le escribe en tuiter a HAC- que tus estudios profesionales (y los míos) se cubrieron con los derechos petroleros aportados por Pemex. Jamás te atrevas a llamar improductivo a Pemex”.
Evidentemente, no te disculparás y mucho menos te retractarás.
Aferrado a que AMLO sólo gobierna para los improductivos, omitirás todo aquello que conoces pero no puedes mencionar para que tu edificio de inconsistencias no termine por derribarse. Fingirás que no te has asomado (o en realidad no lo has hecho) a las páginas del portal de la Secretaría del Trabajo o a alguna de las conferencias vespertinas que da la titular de esa dependencia todos los días, o, para no ir tan lejos, a notas periodísticas del mismo diario en el que escribes y que documentan los programas para beneficiar a ese México “productivo” que tanto te preocupa:
- Más de 500 mil empleos en la construcción de bancos del bienestar, caminos rurales, universidades e instalación de internet para todos.
- Casi un millón y medio de empleos en proyectos de infraestructura como el de las 50 ciudades, mantenimiento y conservación de carreteras, modernización de plantas de generación de energía eléctrica, rehabilitación de las seis refinerías, terminación de presas y canales, entre otros.
9.- Negarás la existencia de una conducción gubernamental de la pandemia en México.
Tras dos semanas del inicio del confinamiento por la pandemia, ignorando la información oficial disponible desde el 28 de febrero una hora diaria por las tardes y todos los martes desde enero en la conferencia matutina del presidente, decidirás divulgar que te sientes desamparado por el gobierno en la crisis de salud y, con ostensibles sentimientos de autocompasión, escribirás la columna titulada “A solas con el virus”.
En un tono que (voluntaria o involuntariamente de tu parte) resulta por momentos conmovedor, escribirás que de nada te han servido “las indicaciones del gobierno para protegerme como persona o como familia de la pandemia en que estamos”.
Negarás haber escuchado algo claro que te ayude a afrontar la crisis, por lo que confesarás haber tenido que actuar como mejor crees, leyendo o preguntando a especialistas. Es decir, procurando allegarte de información siempre y cuando no sea la oficial, y siguiendo instrucciones de especialistas, excepto la del subsecretario López-Gatell e integrantes de su equipo.
Pretenderás hacer creer que las autoridades no han “explicado con rigor qué información tienen”, “en qué tiempos de pandemia están pensando”, “cuántas pruebas de infectados (sic) han hecho” y si nos vamos a parecer a Italia o a Alemania.
Simularás que el doctor López-Gatell se entretiene en “generalidades”, habla “a medias” y no proporciona datos precisos, planes de acción ni reglas de conducta para la ciudadanía. Nada claro dices haber oído sobre cómo procederá el gobierno en este trance. En una palabra, negarás la abundancia de información por parte del gobierno sobre el tema y su liderazgo en la pandemia. Poco te hará falta para negar la existencia del mismo López-Gatell.
Un mes y medio después, a mediados de mayo, harás una declaración rotunda y abrumadora: “No creo que haya un solo gobierno estatal que haya encontrado en la posición del gobierno federal ante la pandemia, ni claridad ni apoyos precisos para combatirla. Cada quien ha tenido que rascarse con sus propias uñas…”.
No te cuidarás de matizar tus dichos: según tu visión, el gobierno federal ha abandonado totalmente a las entidades federativas en la crisis. No te importará que la realidad te contradiga, que los ejemplos de coordinación con los estados estén a la vista, independientemente de comportamientos como el de Enrique Alfaro o el de los gobernadores panistas que se han reunido para hacer un frente común.
Pasarás por alto las conferencias virtuales periódicas entre las autoridades federales y estatales de Salud, y las imágenes disponibles mediante un click del arribo de material médico procedentes de la Ciudad de México a los aeropuertos de las entidades federativas, por gestión del gobierno federal.
De lo que se trata es de proferir infundios, que algo quedará como cierto en la mente de quienes te leen.
Al arribar junio, la sensación de desamparo gubernamental permanecerá en tu ser, sentirás “salir a tientas”, frase con la que titularás tu primera columna del mes, negando una vez más que el gobierno haya dado instrucciones precisas sobre cómo protegerse de la epidemia y quejándote de la inexistencia de protocolos y de normas generales.
Como si lo que dices fuera expresado por primera vez, pretenderás ilustrar a la población con este mensaje.
“El riesgo varía enormemente de ciudad a ciudad, de colonia a colonia dentro de las ciudades, de pueblo a pueblo. Varía enormemente también de actividad a actividad. Acudir a trabajar a una fábrica es muy distinto que acudir a una obra en construcción, a un hotel turístico, a un supermercado o a un mercado popular”.
Después de casi tres meses de pandemia y de estar discutiendo e informando día a día sobre esos tópicos, pretenderás aparecer como quien viene a suplir la falta de información, la supuesta ausencia de datos y lo “poco pedagógico en la conducta” del gobierno federal.
Fingirás no entender por qué AMLO retomó sus giras, pues no te dignarás a reconocer que las del presidente son actividades esenciales, y retomarás el sentimiento de autocompasión que te ha invadido todo este tiempo con un “En medio del desorden, quizá esta última sea la mejor decisión que pueda tomarse: determinar cada quien el riesgo que va a correr y hacerse un traje a la medida”.
10.- Harás uso de frases hechas y figuras retóricas para intentar convencer.
Compondrás párrafos utilizando textos de refranes, por forzado que resulte:
“Un eje de la dimensión trágica de lo que sucede en México es la obcecación, mezcla de soberbia y terquedad, con que el presidente Andrés Manuel López Obrador se empeña en tropezarse con la misma piedra infranqueable donde hace tropezar al país”.
Esa piedra es ni más ni menos que el mismo proyecto de la Cuarta Transformación. Es decir, para ti el presidente no ha interiorizado su proyecto, es externo a su persona, tan es así que se tropieza con él. Su mayor fortaleza, el plan de transformación del país, por el que ganó la presidencia con el respaldo legítimo que no había tenido un presidente en mucho tiempo, te parece un estorbo.
Mediante figuras retóricas como la hipérbole, y sin, por supuesto, el mínimo intento de ejemplificar razonablemente tus dichos,intentarás inocular la idea del caos que según tú se está padeciendo.
Así, hablarás de “ondas sísmicas de malestar y desacuerdo que sacuden al pacto federal”, con lo que se entiende entonces qué tan fuerte es capaz de proyectarse, inconscientemente quizás, el malestar y el desacuerdo que se generó en tu persona como integrante de ciertos grupos de periodistas y empresarios de la información, cuando desde presidencia se decidió eliminar las prebendas y lo que popularmente se ha dado en llamar “chayote”.
Fuentes:
6.- https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/antidotos-contra-la-soberbia 13 de abril de 2020.
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/puede-perpetuarse-la-llamada-4t 9 de enero de 2020.
7.- https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/polarizacion 9 de junio de 2020.
8.- https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/el-pais-que-olvida-el-presidente 27 de abril de 2020.
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/para-quien-gobierna-el-gobierno-de-mexico 7 de abril de 2020.
9.-https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/a-solas-con-el-virus_2 27 de marzo de 2020.
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/la-epidemia-y-los-gobernadores 15 de mayo de 2020.
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/salir-a-tientas 1 de junio de 2020.
10.- https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/antidotos-contra-la-soberbia 13 de abril de 2020.
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/amlo-y-alfaro-hacia-2021