La guerra de las monedas: 800 casinos más contra maquinitas de barrio

Por Alberto Buitre | Los Ángeles Press

3 de octubre del 2014.-Don Samuel se ganaba la vida por una máquina tragamonedas; juegos electrónicos de apuesta muy populares en los barrios del país. Un fabricante le propuso ponerla afuera de su casa a cambio de una comisión de 200 pesos diarios. Tiene 72 años. Siempre trabajó independiente, era mecánico; no está pensionado, no tiene seguro social, y carga con una artritis reumatoide y afectaciones en los pulmones que le causan gastos médicos por arriba de los 800 pesos mensuales.  Viudo, solo y enfermo, aquel juego era su tabla de salvación. Le daba para comer y comprar medicamento. Hasta que hace un mes,  un operativo federal se la decomisó. El gobierno de México le declaró la guerra a estos juegos, incautando y clausurando locales dedicados al juego bajo amparo de la Ley Federal de Juegos y Sorteos que las tipificó como ilegales porque –indica-, “abre la puerta a la delincuencia”.  Don Samuel pudo guardar unos pesos, aunque, dice,  “ahora que se me acabe, igual ya me muero, ¿quién me va dar trabajo?”.

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De acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación, en México existen 300 mil máquinas tragamonedas. La mitad son ilegales. Afirma que de los dos millones y medio de jugadores de casinos, al menos unos 100 mil ya tienen adicción; ludopatía. El propósito del Gobierno mexicano es erradicar la actividad porque -en palabras de la directora general de Juegos y Sorteos de la SeGob, Marcela González Salas-, las maquinitas “son ilegales, altamente adictivas, especialmente para niños entre 4 y 12 años, en un nivel de dependencia similar a la cocaína y el crack”.

Pero “no somos delincuencia organizada, somos personas honradas con un trabajo digno”, dicen en contraste fabricantes de estas maquinitas. Videojuegos, pinballs, juegos de azar, ruletas, grúas de muñecos, rockolas y otras piezas, son hechas en talleres establecidos. Se distribuyen en farmacias, tiendas, casas particulares,  restaurantes, plazas comerciales. “Estas máquinas nos ayudan a pagar la renta, porque está muy cara”, dice un locatario. Son unas 175 mil en todo el país. Pero “no es un juego, es una adicción que abre la puerta a la delincuencia”, afirma González Salas. Hasta el momento se han decomisado 8 mil, según las autoridades mexicanas, gracias a denuncias anónimas mediante el teléfono 088.

Falso, dicen los fabricantes. Fueron unos 20 mil prevenientes de todo el país quienes marcharon el pasado 30 de septiembre en la Ciudad de México en rechazo a su criminalización. “Nuestro empleo es honrado y generan empleo donde antes no lo había”, afirman. Los talleres cuentan desde 5, 20, 80 y hasta más trabajadores de todas las edades, ambos géneros. Los compradores son cientos, generando ganancias hasta de 500 mil pesos al año, para empresarios mayoristas. Más, con su ilegalización, la mercancía está parada. “Yo tengo ocho empleados que los tuve que descansar. Estoy perdiendo el ochenta por ciento de mis ingresos y las bodegas están llenas”, declara uno de ellos. “Dicen que lo que quieren es generan empleos, nosotros los generamos, hay gente que se mantiene de eso totalmente, y nos lo están quitando. No se vale”, agrega.

800 nuevos casinos en 2015

Coincidencia o no, mientras la Policía Federal decomisa las máquinas tragamonedas y los medios de comunicación difunden en horarios estelares la propaganda oficial contra estos juegos, el Congreso mexicano está por aprobar la nueva Ley Federal de Juegos y Sorteos que avala la expansión de los concesionarios de casinos “hasta su máxima capacidad”.

Información recabada por la reportera Fabiola Martínez del diario La Jornada, los 340 casinos existentes en el país podrían expandirse hasta llegar a los 800. Esto gracias a un periodo de dos años que la nueva Ley abriría para que los actuales permisionarios de casinos, dueños de una  licencia de 25 años, la canjeen por un permiso en el cual lograrían duplicar su inversión en 24 meses. Luego entonces, no se avalarían más concesiones.

Uno de los principales beneficiarios de esta reforma sería el priísta, ex alcalde de Tijuana y miembro junto con el presidente Enrique Peña Nieto del club político conocido como ‘Grupo Atlacomulco’, Jorge Hank Rohn, cabeza del Grupo Caliente, dueño de un hipódromo-galgódromo y casinos con sucursales en 19 Estados del país. Además de hoteles y centros comerciales.

El pequeño local de maquinitas que la señora Hortensia tiene en un barrio de la colonia San Agustín, no sería competencia. En un cuarto de tres por cuatro, tiene cinco juegos; dos de ruleta, un pinballl y dos de apuesta. Cada crédito cuesta cinco pesos. Es madre soltera, sus dos hijos estudian la secundaria. Ella dice: “Lo único que les pedimos es que no nos quiten las máquinas porque gracias a las máquinas tenemos un empleo y de ahí mantenemos a nuestros hijos. Yo soy madre soltera y gracias a esto los mando a la escuela y mantengo sus estudios. Sí queremos la regularización de las máquinas, porque es nuestra fuente de trabajo y gracias a eso comemos y no hacemos cosas que no debemos”.

La  propaganda contra las máquinas tragamonedas asocia su distribución con el crimen organizado y empata su adicción al consumo de cocaína.

En respuesta, Eva, fabricante de máquinas tragamonedas, rechaza que su gremio esté asociado a la delincuencia e invita a la directora general de Juegos y Sorteos a visitar las calles donde tienen lugar estas maquinitas para que conozca la realidad de quienes las operan.

“No pertenecemos al crimen organizado. Así como se hace la invitación para denunciar este tipo de máquinas al 088, yo la invito a usted a que visite las calles donde operan este tipo de máquinas y se encontrará con una realidad totalmente distinta a la que usted se refiere en sus conferencias de prensa. Está usted empeñada en dejar sin trabajo a miles de familias, madres solteras, gente con capacidades diferentes, ancianos y padres de familia,  jóvenes que de ahí solventan sus estudios. Éste señora, es un trabajo digno”.

Pero González Salas desestima las quejas: “Lamentamos que alguien pierda su patrimonio, pero tenemos la certeza de que es una fuente de adicción al juego y de una actividad vinculada con otros ilícitos”, dijo. La nueva Ley para la ampliación de casinos entraría en operación este 2015.