Accidentes petroleros en Chicontepec, amenazan la vida de pobladores

Ni Pemex ni las autoridades informan sobre las consecuencias de vivir cerca de los yacimientos 

Por Leticia Ánimas

Venustiano Carranza, Pue.– “Aquí la autoridad ni se presenta, si no hay dinero de por medio ni existimos”, afirma Prócoro Medina Casados en la puerta de su casa ubicada a unos 50 metros de la macropera 24 del campo petrolero Coapechaca, en el municipio de Venustiano Carranza, donde ayer explotó y se incendió una compresora provocando lesiones a cuatro obreros.

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Pese a vivir casi al pie de los pozos del yacimiento Paleocanal de Chicontepec, igual que don Prócoro, otros pobladores de la comunidad de Vicente Guerrero aseguraron que hasta esta fecha carecen de información sobre cómo actuar en caso de alguna emergencia y desconocen qué son los comités de Protección Civil.

Lo que sí saben, es que desde hace poco más de seis años, cuando se incrementaron los trabajos de exploración y explotación de los veneros del oro negro y las plataformas y los mecheros se multiplicaron como hongos, hasta convertir a sus pueblos en una hoguera indeleble, viven sobre “una bomba de tiempo”.

“Yo siento –tercia en la plática doña María Domínguez Lazcano-, que si nos deberían, mínimo de dar una plática sobre qué hacer en caso de emergencia y riesgo. Quisiéramos que alguien viniera y nos dijera qué hacer en un caso como estos del lunes. A dónde acudir. Que nos dijeran algo que, más que nada, nos pusiera a salvo. Pero hasta ahorita no se sabe nada”.

La mayor parte de sus poco más de 300 habitantes, son descendientes de los fundadores del ejido que se llama igual que el municipio: Venustiano Carranza. Siembran maíz y cítricos, que se dan muy bien por el clima húmedo tropical que prevalece, y en el mejor de los casos, son propietarios de una o dos cabezas de ganado vacuno y algunas aves de corral.

Sobre el accidente ocurrido este lunes 3 de Noviembre conocen únicamente lo que sus sentidos les permitieron saber: “oímos un tronido, nomás sentimos un temblor y las casas empezaron a vibrar, las láminas del techo sonaban. Ya después fue la humazón negra, las llamas que salían de cerquita de la plataforma y pues sí nos asustamos. Más cuando empezamos a escuchar que llegaban las ambulancias. Vimos que iban tres y luego salieron. Pero hasta ahorita nadie, ni siquiera el Juez del pueblo, nos ha informado qué sucedió”.

Los vecinos aseguran que fueron los niños los más asustados, llegaron de la escuela corriendo a avisar que la “plataforma había explotado. Nos bajamos al panteón y vimos la humareda”. Pero ni Pemex ni las autoridades, reiteran, les han dado alguna información.

“Nosotros consideramos que tenemos mucho riesgo. Imagínese si prende, a dónde vamos a dar. Quedamos achicharrados”, agregan y tratan de dar una explicación a la indiferencia con que las autoridades se comportan respecto a la inseguridad que representan vivir en esas condiciones: “estamos a la espera de que venga. A lo mejor ellos lo toman a la ligera y dicen fue poco y hasta allá”.

Pero no se trata sólo de eso aquí, describen, parece que hay un infierno permanente, más en los meses de abril y mayo cuando se planta el calor y el humo de los mecheros provoca un efecto invernadero. “Ojalá pudieran quitar por lo menos los mecheros. Son gases venenosos que ni Pemex aprovecha, mejor los quema y nada más contaminan”.

Así que afirman “la verdad no sabemos ni qué pedirle a las autoridades. Pero por lo menos que nos digan qué debemos hacer. A lo mejor esta vez no pasó a mayores, pero no sabemos en el futuro qué pueda suceder. A algunos de los que vivimos aquí, sólo la carretera nos divide del pozo y así estamos en todo el municipio”, completaron.