Científicos descubren un mal componente en la sal de mesa

Investigadores realizaron un estudio de 39 muestras de sal de mesa recogidas por todo el mundo y descubrieron en 36 de ellas micropartículas de plástico

Regeneración, 26 de octubre del 2018.- ¿Te has preguntado donde acaba el plástico que tiramos? Tal vez, sólo vuelve a ti en forma de sal.

Los investigadores de la Universidad Nacional de Incheon (Corea del Sur) realizaron un estudio de 39 muestras de sal de mesa recogidas por todo el mundo y descubrieron en 36 de ellas micropartículas de plástico.

Los especialistas examinaron la sal de mesa producida en 16 países diferentes. En la sal marina fue donde más elementos de plástico encontraron: 1.674 por cada kilogramo de sal en promedio. La más contaminada resultó ser la sal elaborada en Asia. Por ejemplo, en cada kilogramo de sal de Indonesia hallaron 13.629 micropartículas de plástico.

La mayoría es PET (Tereftalatos de polietileno), que representa el 83.3 por ciento del total, seguido de PP (polipropileno) con un porcentaje de 6.7 y PE (polietileno) que alcanza el 3.3 por ciento.

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica Environmental Science & Technology.

Los científicos apuntan que el nivel de contaminación de los océanos es tan grande, que de seguir con la misma tendencia, se calcula que para 2050 habrá más volumen de plástico que de peces.

Los grupos ecologistas y la comunidad científica internacional ya llevan un tiempo advirtiendo sobre las miles de toneladas de plástico que se arrojan a diario al mar y sus posibles consecuencias en la salud humana.

El trabajo sugiere que una persona que respeta el consumo de sal recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de cinco gramos diarios, comería una cantidad teórica de 510 micropartículas de plástico.

La cantidad es baja con respecto a las concentraciones de otro productos, asegura el documento. Un marisco puede contener hasta 178 microfibras de plástico.

Además, el plástico tarda siglos en degradarse de forma natural y tiene la capacidad de absorber contaminantes del medio ambiente para transferirlos a la cadena alimenticia.

Microplásticos convertidos en Megaproblema

Cada año se tiran al mar alrededor de ocho millones de toneladas de plástico. Una vez en el agua, el plástico se rompe en miles de diminutos fragmentos. Muchos de ellos acabarán siendo consumidos por los animales.

Los microplásticos son resultado de piezas más grandes que acaban desintegrándose por la acción del sol, las olas o porque algunos animales las muerden, como los tiburones, por ejemplo. El viento y la corriente del mar concentran estos desechos que flotan en los llamados giros oceánicos. El océano funciona, explican los expertos, como una licuadora que los sigue dividiendo una y otra vez. Su cantidad podría ser el doble en diez años.

Además, mucho de este plástico, aseguran los investigadores, volverá a tierra tras haber recorrido miles de kilómetros por el mar.

Todo este plástico amenaza a las aves y a los mamíferos marinos. Además, destruye los ecosistemas del océano. En concreto, los científicos estiman que unas 600 especies de animales marinos sufren directamente las consecuencias de la contaminación por plástico de los oceános y que el 90% de las aves marinas tienen trozos de plástico en su estómago.