Hace 90 años nació Ana Frank, niña relatora de los crimnes del nazismo

Hoy Annelles Marie Frank, cumpliría noventa años. Su diario ha pasado a ser un clásico universal que describe las barbaridades de nazismo
Regeneración 12 de junio de 2019. Ana Frank fue una joven judía que vivió los horrores de los nazis y un día como hoy de 1929 nace en Francfort, Alemania.
Su familia para sobrevivir, se trasladan a Ámsterdam, donde fundan una empresa. Desde entonces es notable el talento de Ana para la escritura, por lo que su padre le regala un cuaderno. 
El 10 de mayo de 1940, Alemania invade Holanda y la familia decide esconderse al saber que son citados para ir a un campo de trabajos forzados.
En medio del miedo Ana mantinen su diario, al que bautiza como ‘Kitty’. Él le salvará de la rutina y el pavor cotidiano.
En su diario describe la opresión vivida bajo el régimen de los alemanes con el sueño de que algún día sea piblicado
El 1 de agosto hace su última anotación porque, tres días después ,el 4 de agosto de 1944, el escondite sale a la luz. Alguien los ha delatado.
Los ocho ocupantes del escondite son deportados a Auschwitz, previo paso por el campo de tránsito de Westerbork.
Ana y su hermana, tras permanecer un mes en Auschwitz, son enviadas al campo de concentración de Bergen-Belsen.
Allí fallecen víctimas del tifus en marzo de 1945, poco antes de la liberación.

Ana tiene sólo 15 años.

Franz, Otto, es el único superviviente de la familia, a su regreso a Ámsterdam, finalizada la contienda, es informado del fallecimiento de todos los demás.
Es entonces cuando sus antiguos empleados, que le habían protegido durante dos años, le entregan el cuaderno de Ana.
Decidido a cumplir el último deseo de su hija, lo da a la imprenta.
Publicado en Holanda en 1947 por vez primera con el título de La casa de atrás.
El libro inicia una carrera singular como superventas durante décadas, convirtiéndose en inspiración para ver la esperanza ante la adversidad, por más dura que esta sea.
Setenta años después de su muerte, esas páginas, traducidas a más de sesenta idiomas, constituyen un símbolo de todos los niños que perdieron sus vidas en el holocausto nazi.