Investiga FGR cuatro ‘fábricas’ de documentos falsos para ‘Estafa Maestra’

Estafa Maestra. En esos inmuebles se fabricaban contratos, recibos y comprobantes con firmas falsificadas, dijeron los testimonios

Regeneración, 6 de agosto del 2019. La Fiscalía General de la República (FGR) investiga cuatro inmuebles que funcionarios de la Sedesol y Sedatu habrían convertido en “fábricas de documentos falsos”.

Esos oficios al parecer se utilizaron como parte de la “Estafa Maestra” en la que se involucra a la extitular de Desarrollo Social Rosario Robles Berlanga.

Falsificación de documentos

Tres exfuncionarios lograron un acuerdo con la FGR, colaborando con ésta a cambio de inmunidad en el proceso judicial.

Se trataría de José Antolino Orozco, exjefe de la Unidad de Políticas, Planeación y Enlace Institucional.

También Marcos Ibarra Infante, exdirector de Coordinación de Delegaciones.

Así como María del Carmen Gutiérrez, extitular de la Unidad de Políticas y Enlace Institucional en la Sedatu y la Sedesol.

Según revelaron, varios predios de las colonias Anzures y Polanco operaban como “oficinas alternas” de colaboradores del exoficial Mayor Emilio Zebadúa.

En esos sitios se fabricaban contratos, recibos y comprobantes con firmas falsificadas, dijeron los testimonios.

Los colaboradores de Zebadúa presuntamente falsificaron las rúbricas de 11 exfuncionarios para justificar el desvío de 2 mil 800 millones de pesos de las mencionadas secretarías.

Lugar de operaciones

Uno de los predios está en Tennyson 77, Polanco.

La Fiscalía la identificó como oficina de Zebadúa, quien administró los recursos en Sedatu y Sedesol durante el encargo de Rosario Robles.

Otro es el Horacio 1840, cuarto piso, también en Polanco.

Francisco Báez Álvarez y Héctor José de la O Chi, exdirectores de Programación y Presupuesto de la Sedatu, lo usaron como oficinas temporales.

Los testimonios indicaron que un tercer inmueble, en Bahía de Magdalena 125 y 146, en la colonia Anzures, era el búnker de Claudia Morones Sánchez.

Ella es figura clave en la investigación, pues coordinaba las “fábricas de papeles falsos”.

La FGR señaló que esta red utilizada para desviar fondos de la Sedesol y Sedatu operó en otros 10 domicilios.

A esas oficinas se llevaron más de 700 millones de pesos en efectivo usando camiones de empresas de valores.