Mujeres contra “La Bestia”

“Con los rayos del sol en la cara, se levantan desde temprano para preparar los lonches que alimentarán a los viajantes de La Bestia. Amarran las bolsas para esperar atentas la llegada del tren y correr a la vía donde lanzaran, cual buen pitcher, los costalitos que tienen comida, agua y algunas veces ropa para los migrantes de centro y Sudamérica que van en busca de mejores condiciones de vida, en busca del famoso sueño Americano…”

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Por Edith Peredo.

Desde hace más de 20 años, Las Patronas; grupo de mujeres de Amatlán de los Reyes, preparan comida para alimentar a los migrantes que cruzan a los Estados Unidos en el tren conocido como La Bestia.

“No fue algo que hubiéramos planeado, fueron dos mujeres las que voltearon a ver el tren, porque los muchachos que iban ahí gritaron ‘Madre tengo hambre, madre tengo sed’, imaginábamos que esa gente que iba en el tren eran mexicanos, después pusieron atención en la voz de ellos y era diferente, se dieron cuenta que no eran mexicanos”, dijo Norma Romero Vásquez, Coordinadora de Las Patronas.

Este grupo fue formado por Leonilda Vázquez (madre de Norma Romero) y toma su nombre del mismo pueblo donde habitan: “La Patrona” y por la virgen de Guadalupe que se venera en el lugar el 12 de diciembre.

Comentaron que iniciaron con 30 lonches y al inicio todo se hacía con recurso propio; “mucha  gente empezó a decir que nos iba a acusar de polleras, yo decía, como es posible que darle alimento a una persona sea un delito. Actualmente preparamos hasta 300 lonches”.

La historia de “Las Patronas” es un modelo de asistencia colectiva, costeado por ellas mismas y por las personas que poco a poco se han sumado a la causa, extranjeros, mexicanos, veracruzanos, empresas privadas e instituciones educativas, pero nunca financiado por el gobierno.

Esta labor humanitaria fue reconocida con el Premio Nacional de Derechos Humanos 2013 y más que obtener premios por parte de instituciones o dependencias, “Las Patronas” se han ganado el reconocimiento de las personas no solo de México, si no de varias partes del mundo, que acuden a Amatlán para vivir de cerca el trabajo que realizan diariamente y apoyar a las decenas de migrantes centroamericanos que pasan a bordo de La Bestia.

Son mujeres sencillas y humildes que han logrado traspasar fronteras con su historia y proyecto de vida, que sienten y observan día con día las carencias y las pésimas condiciones en que viajan los migrantes, que han logrado sensibilizar a jóvenes en cada una de las pláticas o conferencias que ofrecen y que atentos escuchan las experiencias vividas a lo largo de más de 20 años de lucha por ofrecer comida y calidez al hermano migrante.

“Uno como mamá dice yo no quisiera que mi hijo estuviera en esa bestia que no es nada confortable, yo comprendo, uno cuando viene en el autobús, se mueve uno de un lado y del otro y ahora imagínate en ese fierro que cuando está lloviendo viene frio… es importante que vean porque solo viendo es como dices yo no quisiera estar en su lugar, es hacer conciencia”, dijo Norma Romero.

“Las Patronas” crean y forjan el presente de historias que serán recordadas por siempre, tienden la mano a personas que tal vez nunca vuelvan a cruzar por su camino. Regalan esperanza y solidaridad para aminorar el hambre, la sed y la necesidad a un completo desconocido.

“El migrante es un ser humano que tiene que salir de su comunidad por necesidad, no por gusto, y no es un delincuente, es una persona que lucha por sobrevivir, es un ser humano que se esfuerza por darle lo mejor a su familia. Nadie deja a su país por gusto, nadie va a tener que pasar todo lo que tienen que pasar. Los migrantes son gente buena, gente trabajadora y que ama sus lugares de origen pero que desafortunadamente no tienen como salir adelante”, aseguró Romero Vásquez.

Ojalá el ánimo nunca se agote y siempre haya una mano extendida y solidaria; ojalá en el futuro ya no tengamos que abandonar nuestra tierra y exponer la vida para “mejorar”… Ojalá.