Joaquín Guzmán Loera emprendió su primer negocio cuando tenía seis años. Vendía naranjas y refrescos. A los 15, según dice en una entrevista con Sean Penn para la revista Rolling Stone, comenzó a sembrar amapola y marihuana porque su familia no tenía otra manera de sobrevivir.

Ahora afirma sin titubear: “Trafico más heroína, metanfetaminas, cocaína y marihuana que nadie en el mundo. Tengo una flotilla de submarinos, aviones, camiones y botes”.

Pese a que su fortuna de más de mil millones de dólares está salpicada por sangre, el Chapo no se considera un hombre violento. “Mira, todo lo que he hecho es defenderme. Nada más”, comentó a Penn. “¿Empiezo problemas? Nunca”.

La entrevista con Penn, un conocido disidente en Hollywood, añade un nuevo giro a la historia de uno de los prófugos más buscados del mundo. Guzmán, que ha evadido por años a las autoridades de México y Estados Unidos, y que ha escapado dos veces de cárceles mexicanas, fue capturado tras un tiroteo este viernes en su estado natal, Sinaloa, al noroeste de México.