Un promedio de 4 líderes sociales son asesinados al mes desde que empezó Peña Nieto

Este grupo, que integra a activistas, defensores de derechos humanos, sacerdotes, presidentes municipales y periodistas, y sus muertes no han sido resueltas.

 

Isidro Baldenegro López ambientalista chihuahua

Regeneración, 03 de mayo de 2017.- Un promedio de cuatro líderes sociales han sido asesinados desde que empezó la actual administración, en la que no sólo se incrementó el número de asesinatos sino que se

Desde que Peña Nieto inició su administración, no sólo los asesinatos han incrementado, sino que en promedio, cuatro líderes sociales al mes son privados de la vida con completa impunidad, de acuerdo con un recuento que realizó Eje Central.

En este grupo, el portal cuenta a sacerdotes, defensores de derechos humanos, presidentes municipales y periodistas, mismos que suman 261 asesinatos en los 52 meses desde que Peña Nieto asumió el poder.

Detalla que se asesinó a 17 sacerdotes, 13 líderes sociales, 83 presidentes municipales en función y 38 periodistas.

“La mayoría de los ataques ocurrieron en municipios y regiones que coinciden con los lugares donde el crimen organizado estableció una estrategia para apoderarse del municipio”, dice el texto.

“Lo que explica el alto riesgo para los líderes que defienden en el país el medio ambiente, los derechos laborales en el campo o las minas, los que exigen justicia frene la impunidad ante las desapariciones o feminicidios o quienes exponen en medios informativos la presencia y operación de grupos mafiosos”.

Según recoge la publicación, el reporte Grug Violence in Mexico, hecho por la Universidad de San Diego, Estados Unidos, indica que la mayoría de los homicidios contra alcaldes y sus familias tiene qué ver con la delincuencia organizada y que estas ejecuciones repercute en la sociedad pues “amenaza el proceso democrático y socava el imperio de la ley”.

Además, en el informe Panorama de Homicidios en el Actual Sexenio del Centro Católico Multimedial, ubica a México, por séptimo año consecutivo, en el primer lugar en crímenes de odio contra sacerdotes, religiosos y laicos de América Latina.

Este informe señala que los asesinatos y desapariciones de religiosos fueron “acaecidos bajo la mirada indiferentes de las autoridades”.

Por otro lado, el asesinato de periodistas también está a la orden del día; de acuerdo con la organización de derechos Artículo 19, que con “su labor diaria de informar a la población hechos que atañen a toda la sociedad, suelen incomodar a actores políticos, privados o del crimen organizado que buscan que sus intereses no sean expuestos ante la sociedad cada vez más harta de los abusos e ineficiencia de las autoridades”

Aunque los homicidios contra periodistas y sacerdotes llegan a ser los más difundidos e indignan a varios sectores sociales, los ataques contra activistas y líderes sociales representan el mayor número de crímenes contra personajes comunitarios clave en el país, pues ascienden a 123 en este sexenio.

El homicidio contra el ambientalista rarámuri y ganador del premio Goldman en 2005, Isidro Baldenegro López, ocurrido el 18 de enero de este año, puso en evidencia, como lo planteó Michael Frost, relator especial de Naciones Unidas en su visita a Chihuahua, el riesgo que enfrentan en la zona tanto de los defensores de los derechos de la población indígena rarámuri como los activistas ambientales, particularmente por las operaciones de los grupos del crimen organizado en aquella entidad y la falta de protección que les brindan las autoridades.

Pese a los reclamos del relator especial de la ONU y otras organizaciones internacionales, las cifras de homicidios contra defensores de derechos humanos, el medio ambiente y la libre asociación tanto religiosa como partidista, se engrosan cada año convirtiendo a los estados de Guerrero, Oaxaca y Veracruz como las entidades más violentas con 28, 27 y 12, respectivamente.

La impunidad es el común denominador de estos casos, que la publicación llamó “metódica eliminación de líderes sociales”, pues con el asesinato de estas personas, las comunidades pierden confianza.

Vía Eje Central.