Vecinos se organizan contra construcción de estadio del primo de Slim

La Deportiva Magdalena Mixihuca, un predio gigantezco que se extiende a lo largo de 3 delegaciones de la Ciudad: Iztacalco, Venustiano Carranza e Iztapalapa. ¿La amenaza? La construcción de un nuevo estadio de béisbol para los Diablos Rojos de México, impulsada por el dueño del equipo, Alfredo Harp Helú, primo hermano de Carlos Slim.

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Regeneración, 11 junio 2016.- Nayibi tiene 58 años y ha vivido toda su vida frente a la Deportiva Magdalena Mixihuca, un predio gigantezco que se extiende a lo largo de 3 delegaciones de la Ciudad: Iztacalco, Venustiano Carranza e Iztapalapa. ¿La amenaza? La construcción de un nuevo estadio de béisbol para los Diablos Rojos de México, impulsada por el dueño del equipo, Alfredo Harp Helú, primo hermano de Carlos Slim.

Para promover el avance del cemento sobre el bosque aquel, con el que ensueña Nayibi, el gobierno de la ciudad de México, entonces Distrito Federal, quitó a la Magdalena Mixihuaca la categoría de Área de Valor Ambiental que la protegía como el único pulmón verde de la zona Oriente de la ciudad.

El decreto que le quitó la categoría de bosque urbano -y la protección que conlleva-, fue publicado en el diario de la federación el 9 de julio de 2014, pero los vecinos recién se enteraron de la noticia cuando la vieron publicada días más tarde en una revista.

“¿Quién lee el diario de la federación? La justicia de la ciudad no ha querido aceptar nuestra demanda, argumentando que fue extemporánea, que nos pasamos del plazo que empieza a correr una vez publicada en el diario oficial” explica Naiyibi.

Los vecinos recurrieron a ProDESC, una organización no gubernamental que trabaja, fundamentalmente con la representación legal en conflictos por el territorio, en distintos puntos del país. Es el coordinador de justicia, Juan Antonio López Cruz, quien explica lo actuado hasta el momento en el terreno judicial.

Los vecinos y el ProDESC presentaron una demanda de nulidad contra el decreto de Mancera que desprotegió el bosque y promovió el avance de las construcciones, en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo. Tres veces fue rechazado con el mismo argumento: llegan tarde.

“Lo que buscamos ahora es que la justicia se promueva sobre el fondo del asunto”: la privatización del espacio público en manos privadas, sobre todo de un área que tiene un gran valor ambiental, en un contexto de contingencia ambiental en la Ciudad.

“Presentamos una demanda de amparo ante la Oficialía de Partes, del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de México, el 20 de abril, en contra de los sistemáticos rechazos del tribunal a dar entrada al amparo en contra del decreto de Mancera” explicó el abogado. Este puede hacer que el TCA atienda la demanda ciudadana y que, adopte una medida cautelar que detenga las obras. Sobre todo la tala de árboles, que avanza sin pausa.

“Queremos que por lo menos acepten nuestro amparo y que nos den posibilidad de impugnar el decreto, o al menos hacer lo posible para lograrlo. Sabemos que estamos luchando contra grandes intereses, pero lo peor es no hacer nada, ver y dejar cómo destruyen tu zona, dónde uno transita todos los días. Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo, pero aquí parece que el estado de derecho sólo se aplica para los ciudadanos de primera”, explica Naiyibi.

Los vecinos denuncian que 75 mil metros cuadrados de áreas públicas que pertenecían a la Ciudad Deportiva y que formaban parte de la protección como bosque urbano de la Magdalena Mixhiuca, fueron enajenados para la construcción del estado de los diablos rojos sin contrato ni estudios de impacto ambiental o urbano en la zona.

Los vecinos ya tienen la prueba de las dificultades que ocasiona cualquier espectáculo en el Foro Sol, que está dentro del predio, debido a cómo la movilidad se ve afectada por el cierre de calles y vías de salida que provocan los operativos para la afluencia de público. Quedan encerrados adentro de los perímetros. O los días que demoran en limpiar el parque de la basura que queda acabados los recitales.

La relación de los vecinos no es sólo un recuerdo en el pasado que evocan con añoranza. Aún, esquivando las moles de cemento intentan usarlo como espacio de esparcimiento y ejercicio, como el único pulmón verde de la zona Oriente de la ciudad, que se ve amenazado.

Además de la caída del decreto mencionado, la detención de cualquier obra y el comienzo de las tareas de reforestación, exigen que se forme el Comité de Representantes Vecinales, que estaba previsto en el decreto de protección de 2006 pero nunca se conformó. Los vecinos exigen participar activamente en la gestión de un espacio público que sientes suyo, porque explican, es ese aire, esos árboles y esa calidad de vida la que los ha hecho parte de lo que son ahora.