Pero hay que decir que la protesta ha sido, sobre todo, pacífica, y bien focalizada, aunque desde que el aumento de precio se hizo efectivo, protestas generalizadas están llenando las plazas públicas por todo el país.
Por Danica Jorden
Open Democracy
Mientras las protestas se extienden ante la subida inesperada del combustible conocida con “el gasolinazo”, Peña Nieto pregunta a los mexicanos: ¿qué hubieran hecho ustedes?
Los disturbios generalizados estallaron cuando el gobierno mexicano aumentó, el pasado 1 de enero de 2017, los precios de la gasolina a los consumidores en un desproporcionado 20%. Mientras que el presidente Enrique Peña Nieto afirma que el alza era inevitable para evitar recortes en los servicios públicos, los mexicanos pagan hoy el doble de lo que pagarían en las gasolineras de los Estados Unidos, Rusia, Brasil, China y la Unión Europea, con precios hoy el 95% más caros que en la ciudad de Nueva York.
Teniendo en cuenta la caída en picado del peso mexicano como consecuencia del resultado de las elecciones estadounidenses –de 13 pesos / dólar el año pasado a 22 pesos / dólar hoy— el impacto, en términos reales, en la gente en México es aún mayor. De la noche a la mañana, si nos basamos en el tipo de cambio pre-Trump, el precio que los mexicanos están pagando por la gasolina casi se triplicó.
Como consecuencia de que se dispararon todo tipo de precios al consumidor, la respuesta de la gente al «gasolinazo» fue rápida, incluso saqueando pequeños y grandes almacenes por todo el país. Pero hay que decir que la protesta ha sido, sobre todo, pacífica, y bien focalizada, aunque desde que el aumento de precio se hizo efectivo, protestas generalizadas están llenando las plazas públicas por todo el país.
Añadiendo alegremente leña al fuego, el presidente Peña Nieto apareció en la televisión nacional cinco días después el Año Nuevo para explicar el brusco incremento de precio. Argumentando que los precios internacionales del petróleo han aumentado «casi el 60%» el año pasado, el presidente declaró que «tratar de mantener artificialmente los precios de la gasolina nos habría obligado a recortar los programas sociales, aumentar los impuestos o la deuda nacional y a poner en riesgo a toda la economía», lo que costaría a la nación $ 200 mil millones pe pesos mexicanos. Sostener lo contrario habría significado el cierre durante cuatro meses de hospitales y guarderías o tres años de suspensión del seguro médico para 50 millones de familias, dijo el presidente, agudamente iluminado, bien encuadrado en verde sobre un fondo de banderas mexicanas, presentado en un espectacular primer plano: “¿Qué hubieran hecho ustedes ?»
La mañana siguiente, en Internet se fueron publicando listas de recortes alternativos radicalmente distintos. En respuesta a la pregunta de Peña Nieto, #Quéhubieranhechoustedes, se enumeraron una multitud de respuestas, entre ellas estas de ManE (@ manhus21):
Ricardo Padua (@rikrdopadua) publicó una combinación de los recortes sugeridos, añadiendo uno más: «dejar de robar».
La antropóloga social Nadia Vera y el reportero gráfico Rubén Espinosa criticaron al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, hasta que fueron asesinados el 31 de julio de 2015, junto con otras tres mujeres, en el apartamento prestado de la Ciudad de México a donde habían huido ante las amenazas de muerte. [7] Los cinco fueron torturados y golpeados antes de ser ejecutados, y las mujeres presentaron signos de violencia sexual. Nueve meses antes, Vera había hablado a la cámara en un documental titulado «Veracruz: la fosa olvidada» y dijo que temía por su vida, señalando a Duarte y su gobierno. «Responsabilizamos totalmente al gobernador del estado Javier Duarte Ocha y a su gabinete de todo lo que pueda sucedernos».
El jueves 12 de enero, el 90% de los conductores de autobuses celebraban su segundo día de huelga en Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, en respuesta al aumento obligatorio de los precios de los boletos y a la falta de protección de los trabajadores. Miles de personas de todos los extractos sociales vienen llenando la famosa plaza del Zócalo de la Ciudad de México en protestas diarias contra el alza de los precios de la gasolina. Gustavo Sánchez, alcalde de Mexicali, capital de Baja California, ordenó la apagar las luces en la plaza principal para impedir las protestas el pasado jueves 12, pero los residentes regresaron el viernes. Más de 10.000 se manifestaron al día siguiente hoy, mientras las estaciones de servicio se quedan sin suministro debido al incremento del precio de la gasolina.
A todo esto, el mismo viernes 13, se dio a conocer que los líderes del Congreso se habían adjudicado bonos extra para hacer frente al incremento de los precios del combustible. De acuerdo con El Universal, un total de 12 gobiernos regionales han decidido proporcionar subsidios a la gasolina de hasta 20,000 pesos mexicanos al mes para sus funcionarios. En el estado de Quintana Roo, donde se ubica la región turística de Cancún, «Eduardo Martínez, partido del PAN y líder de la mayoría, admitió que se estudió un monto de 40,000 pesos pero, a la vista de frente a las críticas de sus respectivos distritos, la propuesta finalmente se desestimó”.
Con tanta incertidumbre ante el futuro inmediato de México, ni que fuera para poder afrontar las amenazas provenientes de la frontera norte, Peña Nieto debería habérselo pensado dos veces.